Aunque parezca inofensivo, esta práctica está asociada con infecciones causadas por microorganismos como el Estafilococo aureus y la Escherichia coli
Los teléfonos móviles se han convertido en un dispositivo indispensable para la mayoría de personas. Algunos han llevado su uso hasta espacios como el baño, donde ocupan horas haciendo scroll, sin saber todos los contaminantes que hay en el entorno. En este artículo repasamos los riesgos de esta práctica común.
Recientemente, un estudio de la Universidad de Arizona ha identificado que los dispositivos móviles pueden albergar hasta 25.000 bacterias por centímetro cuadrado, incluyendo microorganismos como el Estafilococo aureus y la Escherichia coli (E. coli), ambos relacionados con infecciones graves.
La investigación señala que las bacterias presentes en los teléfonos no solo se acumulan en grandes cantidades, sino que también pueden sobrevivir durante largos periodos en sus superficies. Esto implica que, al manipular el celular en el baño, los microorganismos pueden adherirse a las manos y luego transferirse a otras superficies, alimentos o partes del cuerpo, aumentando el riesgo de infecciones.

Qué sucede al usar el teléfono en el baño
El baño es un entorno propicio para la proliferación de bacterias debido a la humedad y la presencia de residuos orgánicos. Al llevar el teléfono a este espacio, se facilita la adherencia de microorganismos a su superficie. Según el estudio citado, la E. coli, comúnmente asociada con infecciones intestinales, puede permanecer en el celular y trasladarse a otros lugares, incrementando el riesgo de enfermedades.
El Estafilococo aureus, también identificado en estos dispositivos, puede causar infecciones cutáneas y, en algunos casos, problemas sistémicos más graves. Estas bacterias pueden ingresar al organismo a través de heridas o contacto con mucosas, lo que resalta la importancia de evitar la exposición innecesaria a dispositivos contaminados.
Bajo la misma línea, el estudio de la Universidad de Arizona indica que el uso del celular en el baño puede contribuir a la propagación de enfermedades gastrointestinales. La transferencia de bacterias desde el teléfono a las manos y, posteriormente, a los alimentos o utensilios de cocina, facilita la transmisión de patógenos responsables de diarreas y otras afecciones digestivas.

Otro efecto negativo de permanecer sentado por largos periodos en el inodoro es la dificultad en la circulación sanguínea, lo que puede favorecer la aparición de várices en la zona anal, conocidas como hemorroides. “Estas pueden inflamarse, aumentar de tamaño y, en algunos casos, provocar sangrado o secreción de pus”, advierten el doctor Arturo Vargas, médico internista del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati.
Por otra parte, el hábito de llevar el celular al baño también tiene implicaciones en la salud mental. En lugar de ser un momento de desconexión, el baño se convierte en otro espacio de interacción digital, lo que puede contribuir al estrés y la ansiedad. La exposición constante a notificaciones, redes sociales y correos electrónicos reduce las oportunidades de descanso cognitivo y afecta el bienestar emocional.
Medidas para reducir riesgos
Para minimizar los peligros asociados con el uso del celular en el baño, se recomienda adoptar ciertas medidas preventivas:
- Evitar llevar el teléfono al baño.
- Establecer límites para el uso del dispositivo en momentos de intimidad.
- Lavarse las manos correctamente después de usar el baño y antes de manipular alimentos.
- Desinfectar regularmente el celular para reducir la acumulación de bacterias.

Según el estudio, la limpieza frecuente del teléfono puede disminuir la presencia de microorganismos, aunque la mejor solución sigue siendo evitar su uso en ambientes como el baño.
El uso del celular en el baño es una práctica extendida que puede tener consecuencias para la salud. La contaminación bacteriana, los riesgos de accidentes y el impacto en el bienestar mental son factores a considerar. La aplicación de medidas simples, como evitar el uso del celular en estos espacios y mantener una adecuada higiene, puede contribuir a la prevención de enfermedades y a la promoción de hábitos más saludables.
