Milagros Menéndez optó por irse a Asia con el objetivo de “hacer una diferencia económica” en su carrera. En su llegada a destino, se encontró con una cotidianeidad totalmente diferente a la que estaba acostumbrada, tanto desde lo deportivo como desde lo cultural.
El fútbol femenino crece a pasos lentos pero firmes y eso permite que se abran nuevos mercados para las argentinas. Hace algunas semanas, Milagros Menéndez se convirtió en la primera jugadora del país en la liga de Arabia Saudita: desembarcó en el Al Amal, equipo que ascendió en la última temporada y que pelea por mantener la categoría. Esta nueva aventura en su carrera no solo implicó una adaptación en lo deportivo sino también en su vida cotidiana y en sus costumbres.
La delantera admite que la principal motivación para asumir este nuevo desafío fue la económica. De hecho ella misma se propuso dar el salto al fútbol asiático después de haber tenido un buen paso por el Santos en la liga brasileña.
“Hablé con mi representante y le dije que quería ir a Asia a hacer una diferencia económica. Una de las prioridades era Arabia Saudita y por suerte se pudo dar. La oferta llegó, tuvimos reuniones con gente del club, traductores y abogados para cerrar el contrato y a los dos días se hizo el negocio y pude viajar”, relató Milagros en diálogo con TN.

A los 27 años, la marplatense ya sabía lo que era jugar en el exterior. Luego de sus pasos por UAI Urquiza y Racing, había desembarcado en España con pasos por el Elche y el Granada. Tras un breve regreso a la Academia, saltó a Brasil. Sin embargo, este nuevo desafío implicó empezar una nueva vida en una cultura muy diferente.
Del chófer a completa disposición al radical cambio en la alimentación
Desde su llegada, Milagros comparte un departamento con una compañera de equipo ecuatoriana. “No nos dejan movernos solas: tenemos un chofer a disposición todo el tiempo para nosotras. Cuando queremos ir a pasear, al gimnasio o a cualquier lado lo llamamos y él siempre está disponible”, reveló.
Aunque cuenta que en Arabia Saudita “todo es lujo” e “increíble”, el poder llevar una alimentación balanceada en su vida diaria le resultó bastante complicado: “Con mi compañera nos hacemos nuestra propia comida. Yo soy bastante delicada para comer y acá todo es muy picante, además de que la carne no es muy rica. Cambié mucho mi alimentación desde que llegué”.

Como mujer, la delantera también se encontró con algunas situaciones a las que no estaba acostumbrada: “Los hombres acá tienen su cultura. Cuando nos ven con mi compañera, que no estamos tapadas, nos dicen cosas en la calle. Yo salgo a la vereda todas las mañanas a tomar mate y cada auto que pasa me dice algo o me pregunta de dónde soy y se sonríen”.
“Acá están acostumbrados a ver mujeres tapadas. Nosotras en la calle de todas maneras no podemos andar con shorts, pero sí con remera. Solo podemos usar pantalones largos”, agregó.
Del mismo modo, opinó: “Acá tienen su cultura y hay que respetarla. Es muy diferente a la de los sudamericanos: me tengo que amoldar a esto y seguir adelante. En este tiempo que llevo acá estoy súper adaptada y no me costó porque la gente es muy amable, igual que mis compañeras”.
“La diferencia con el fútbol argentino es abismal”
El Al Amal ascendió el año pasado y es un club que está en pleno crecimiento, con el gran objetivo de mantener la categoría. “En lo futbolístico, si bien el nivel no es muy alto, lo que me gusta mucho de Arabia Saudita es la estructura. Se entrena en el primer nivel, los partidos se juegan en estadios y la liga es profesional”, destacó Milagros, que sostiene que no hay comparación con “el roce y lo físico” que caracterizan al torneo argentino.

Al ser una liga totalmente profesional, la argentina puede enfocarse solo en el aspecto deportivo y no tiene que preocuparse por tener otro trabajo para pagar las cuentas. Su día empieza en el club con las tareas en el gimnasio, después se va a su casa a descansar unas horas y por la tarde vuelve al predio para hacer el entrenamiento en el campo de juego.
Milagros llegó en el mercado de pases del invierno saudita y firmó un contrato por apenas cuatro meses. Sin embargo, su gran objetivo es poder rendir dentro de la cancha y quedarse más tiempo.
La Selección argentina parece ser un capítulo cerrado en su vida. Después de haber sido parte de las convocatorias durante varios años y de haber marcado un gol en el recordado empate 3-3 ante Escocia en el Mundial de Francia 2019, sus metas deportivas y personales pasan por otro lado.
“Hoy no está en mis planes volver a la Selección. Tengo objetivos, pero por fuera de lo deportivo. Fui feliz y viví momentos inolvidables que me llevaron a jugar en diferentes países”, planteó la jugadora que en Arabia Saudita ya pudo ir a ver jugar al portugués Cristiano Ronaldo en el Al Nassr.

Y, sobre su gran búsqueda actual, recalcó: “A mí me gusta la experiencia que gano al estar en este país y conocer otras culturas. Me quedo con eso y con la diferencia económica que puedo hacer para darme una estabilidad”.
