Jorge Macri designó a un ex jefe de policía del macrismo como ministro de Seguridad y alentó a Waldo Wolff para que tenga un rol activo en la campaña porteña. Para sumar volumen político, Hernán Lombardi tendrá un perfil alto para defender la gestión. El rol de María Eugenia Vidal. Los cafés de Larreta. La estrategia de Gutiérrez Rubí.
“Nosotros tenemos dos enemigos que tienen el mismo apellido: Macri”. La frase de un armador político de La Libertad Avanza resonó en la cabeza de un dirigente histórico del PRO. Estaba tomando un café, en un gesto de convivencia política, y todo se crispó. La confrontación entre los libertarios y el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires se torna casi inevitable y ambos espacios preparan sus herramientas electorales para la competencia del 18 de mayo. Jorge Macri asume que la disputa será ardua, que su partido pone mucho en juego, y patea el tablero en su Gabinete para una especie de relanzamiento de la gestión de cara a la carrera proselitista que arrancará formalmente en un mes.
A principios de año, Jorge Macri anunció la salida de Néstor Grindetti como jefe de Gabinete, para darle ese rol a Gabriel Sánchez Zinny. Días antes había sumado a Laura Alonso, histórica del PRO, como vocera. Ayer se dio otro paso para oxigenar su esquema de asesores. Waldo Wolff dejó el Ministerio de Seguridad y será reemplazado por Horacio Giménez, un policía que lideró la fuerza Metropolitana durante la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad. En tanto que Hernán Lombardi, diputado nacional y hombre de máxima confianza del ex presidente, desembarca en el Gabinete porteño como ministro de Desarrollo Económico. Además, Leticia Estévez dejó la Secretaría de Legal y Técnica y en su lugar irá José Grippo, asesor judicial ligado al alcalde.
El nuevo esquema exhibe dos aspectos: la mayor incidencia política de Mauricio Macri en el dispositivo de poder de la Ciudad y, en segundo término, una búsqueda de darle más espesor político al Gabinete. Sánchez Zinny, Alonso, Lombardi y, en partes, Giménez, son dirigentes ligados al ex presidente. Hay una idea, también, de que esos cambios confluyan con la narrativa de fortalecer y sostener la identidad del PRO, en pleno embate de La Libertad Avanza por el control político de la Ciudad, casa matriz del macrismo.

Giménez es ex jefe de la Policía Metropolitana, quien provino de la Policía Federal al momento del traspaso de la fuerza de Nación para constituir el cuerpo de seguridad porteño, cuando Mauricio Macri era alcalde porteño. Ese período estuvo marcado por la represión ocurrida en el Hospital Borda en 2013. Este evento, que involucró enfrentamientos entre policías y manifestantes, derivó en un juicio oral en el que Giménez fue imputado junto a otros funcionarios. El flamante ministro apeló una condena por esa causa, no obstante en 2016 la Cámara del Crimen confirmó su procesamiento.
En relación con Wolff, desde Uspallata explicaron que el motivo de la salida tiene que ver con que el alcalde pretende que el dirigente y funcionario saliente se concentre en la campaña electoral. Había llegado al Gabinete porteño en el último año de mandato de Horacio Rodríguez Larreta. Asumió un rol de comunicación, para defender la gestión porteña. Fue de los pocos dirigentes del PRO que optó por un rol de equilibrio en la campaña de 2023: apoyó a Larreta para presidente y a Jorge Macri para jefe de Gobierno.
Desde su ingreso a la política, siempre militó en el PRO y cultivó una relación cercana con Jorge Macri, incluso de amistad. Pese a la tensión en la opinión pública producto de las fugas de presos de las últimas semanas, el alcalde porteño respaldó a Wolff y, de momento, la relación entre ambos se mantiene en buenos términos.

Jorge Macri está concentrado en la campaña electoral de la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO enfrenta el desafío de contener la amenaza de La Libertad Avanza. Con el asesoramiento de Antoní Gutiérrez Rubí, el consultor catalán que asesoró antes a Sergio Massa, Macri ya cranea la estrategia electoral en la Ciudad. Waldo Wolff suena como uno de los nombres para ser candidato a legislador o diputado por el distrito porteño. En cualquier caso, en Uspallata deslizan que el funcionario saliente asumirá un rol activo en la campaña, como vocero, para defender la gestión del PRO y dar la disputa dialéctica con los libertarios y el peronismo porteño.
Lombardi conversó con Jorge Macri a finales del año pasado. Se puso a disposición para regresar a la política porteña y contribuir desde donde el alcalde lo estimara. Con el aval de Macri Mauricio, el diputado nacional del PRO asumirá un rol activo en la campaña. Será uno de los voceros de perfil más alto en la Ciudad. El jefe de Gobierno buscó sumar también a Diego Santilli y Cristian Ritondo, dos históricos del PRO que conocen la política porteña como la palma de sus manos. Ambos lo desestimaron, porque optaron por enfocarse en la provincia de Buenos Aires, desde donde promueven un acuerdo con La Libertad Avanza.
La situación es delicada para el PRO. Por eso, los Macri buscan que todos los nombres y figuras del partido salgan a la cancha para ponerse la campaña electoral al hombro. María Eugenia Vidal, que suena como posible candidata para la elección local o la nacional, se desenvuelve como jefa de campaña.
El laboratorio político de Uspallata diseña una narrativa de campaña que se centrará en reivindicar la gestión del PRO durante estos 18 años. “¿La Ciudad está peor o mejor desde que la gobernamos nosotros?”, se interrogarán durante el raid proselitista. El que espera tranquilo el lanzamiento de ese eslogan de cierta nostalgia es Horacio Rodríguez Larreta. Fundó el PRO con Macri, fue ocho años su jefe de Gabinete y dos mandatos jefe de Gobierno. ¿Es sostenible ese discurso de campaña si Larreta compite por afuera? Es un gran dilema para el alcalde de la Ciudad.
El ex jefe de Gobierno conoce eso, ya está al tanto de los pormenores de la estrategia. Tiene llegada a todos los pasillos de Uspallata y hasta amigos en común con Gutiérrez Rubí. Al margen de lo que arrojen las encuestas, tiene capacidad de daño simbólica: la narrativa del PRO de reivindicar la gestión de la Ciudad en los últimos años es casi una forma de hacerle campaña al propio Larreta. Una paradoja proselitista.
Por ahora, el ex alcalde se recluye en el bisoño MAD y amaga con competir solo, pero aún no cerró ninguna puerta. Emmanuel Ferrario, legislador porteño, es uno de sus principales armadores y tiene el teléfono para con interlocutores de toda la política local. Larreta tensionará hasta último momento (29 de marzo) para medir su fuerza en el escenario de la Ciudad y analizar si se preserva para la competencia nacional de octubre y juega en la votación local con candidatos de su entorno. Además de Ferrario, están cerca de su espacio dirigentes como Guadalupe Tagliaferri, senadora nacional, y Pablo Avelluto, ex ministro de Cultura de la Nación.

Gutiérrez Rubí, cuentan quienes lo escuchan, piensa que Jorge Macri debe conquistar el centro político para ganarle a La Libertad Avanza. Esa estrategia requiere de un acuerdo electoral con partidos externos al PRO. Viejos aliados. La UCR, la Coalición Cívica, Graciela Ocaña y, claro, el larretismo.
En la UCR, los Macri tienen teléfono fluido con Daniel Angelici, que tiene incidencia en el radicalismo porteño a través de Martín Ocampo, procurador de la Ciudad y presidente del Comité capital. La sintonía es baja, en cambio, con la rama radical Evolución, que lidera Martín Lousteau y tiene a Emiliano Yacobitti como artífice político. De igual modo, todas las conversaciones están abiertas.
¿Y Ramiro Marra? El fundador de La Libertad Avanza, excomulgado de ese espacio por Karina Milei, diseña un armado propio con gente de su cercanía. Apuesta a conformar una propuesta alternativa desde el liberalismo. Lo propio hacen, cada uno por su lado, Yamil Santoro y Eugenio Casielles. Otro referente liberal es Ricardo López Murphy, que viene manteniendo conversaciones con Larreta. La semana pasada se los vio en La Biela compartiendo un café. Fue pocos días después de un desayuno entre Jorge San Martino, armador del Bull Dog, con un operador político larretista en Coronado, el coqueto bar del Malba.
Movimientos y charlas a pocos días del cierre de alianzas, que es el 19 de marzo. Diez días antes que el cierre de listas porteñas.

No sin cierta maldad, en los corrillos de la rosca porteña hay quienes insinúan que Larreta es el mejor candidato de Milei -por el daño que le produce a Jorge Macri- y que Marra lo es para el PRO -porque disputa el voto libertario. Maquiavelo le recomendaría a Uspallata alentar la candidatura del legislador y broker mientras que aconsejaría a la Casa Rosada darle algún impulso al ex jefe de Gobierno.
Ni Santiago Caputo ni Rubí son Maquiavelo, aunque lo leyeron. Milei y Jorge Macri se disputan, a caso, otra analogía, ¿quién jugará el rol de Lorenzo De Medici y quién el de César Borgia 2.0? Viejas teorías en la era de las campañas algorítmicas.
