Fernando Pellegrino se formó como arquero, pero su principal pasión siempre fue la guitarra. Él se define como un buen guardavalla porque sino, no hubiera llegado a tener una carrera profesional. Desde hace meses, se reinventa en una faceta completamente distinta como es la música. “Es súper difícil poder vivir del fútbol y jugar 20 años como profesional. No hay jugador profesional que sea malo. Lo que sí aprendí es que hay distintos niveles de futbolistas, algunos llegan a la élite y otros como yo, se mantienen en la Primera División del futbol argentino o en el ascenso”, sentencia Pellegrino, de 38 años, en diálogo con Infobae.
Popularmente conocido como el Flaco Pellegrino, se formó en River Plate, aunque no llegó a debutar en Primera, ya que no tuvo oportunidades, porque competía en el puesto con German Lux, Juan Carlos Olave y Juan Pablo Carrizo. Tras su paso por Núñez, se fue a Ferro Carril Oeste y luego a Gimnasia y Esgrima La Plata, sin poder llegar a sumar minutos tampoco en estos clubes. Después, le tocó defender los colores de Atlanta, donde agarró continuidad. Posteriormente, logró el ascenso con Defensa y Justicia a la máxima categoría del fútbol argentino, para luego tener pasos por Banfield, Arsenal, Sarmiento de Junín y Huracán de Parque Patricios. El Globo terminó siendo un quiebre para su carrera.
“Fue un club donde me sentí muy bien, y justo se me terminó el contrato. Además, se inició la pandemia y me costó mucho conseguir un club al nivel de lo que era Huracán”, revela el ex arquero, nacido el 31 de marzo de 1985 en Vicente López. En 2021, el Flaco decidió dejar atrás su país natal y embarcarse en una etapa final de su carrera futbolística en el Tudelano, institución del ascenso de España, en la que encontró una conexión especial con la ciudad de Tudela y sus aficionados.
Retirado de la actividad profesional tras atajar en 14 clubes, el ex futbolista divide su rutina diaria entre escribir letras para su banda solista de rock Flaco and The Choclos y la formación de arqueros juveniles en varios equipos de la zona donde vive desde hace cuatro años. Hace un mes, presentaron su primer single “¿Joven o Viejo?”, un tema en el que reflexiona sobre los desafíos de un deportista al llegar a los 35 años, cuando su carrera profesional termina, pero queda mucha vida por vivir. El lanzamiento de este tema es solo el inicio de su aventura musical, que culminará en abril con la presentación de su primer disco en solitario –“Réquiem de Gloria y Olvido”- y en mayo una gira por Zaragoza, Pamplona y Logroño.
– ¿Qué es de tu vida, Fernando?
– Me retiré hace dos años y medio. Estaba jugando en España, en la primera federación, que hoy sería como la B Metropolitana. Estaba un poco cansado del fútbol, así que vine acá, jugué un año, colgué los botines y me quedé viviendo acá.
– ¿Acá te dedicas?
– Por un lado, estoy trabajando con la formación de arqueros, porque es lo que hice desde los 8 años, y por el otro, arranqué con mi carrera musical desde hace un par de meses. Siempre paralelamente estuve ligado al fútbol y a la música. Con el tiempo, fui componiendo y haciendo otras cosas que recién puedo llevar a cabo ahora, así que estoy a full con la música y esperando el momento para dedicarme por completo, que es mi idea y ambición.
– ¿Extrañás jugar al fútbol, ir al vestuario, los estadios y los entrenamientos?
– No, la verdad que no, no extraño nada. En mi última etapa, no la pasé muy bien dentro de un vestuario. Cuando era chico, veía a los jugadores grandes en los planteles de mal humor y enojados. Yo pensaba “a estos que les pasa”, pero cuando me di cuenta de grande que era uno de esos, que nada me caía bien, que me enojaba y discutía por todo, dije “hasta acá llegué”. Ese fue el punto final y nunca se me pasó por la cabeza volver a entrenar. Tampoco es que corté cien por ciento el fútbol, porque sigo trabajando con arqueros, pero de jugarlo, hace rato no lo hago. Me han ofrecido en España seguir atajando, pero la verdad que no tengo muchas ganas de ponerme los guantes de nuevo.
– ¿Cuál fue el momento de quiebre en tu carrera?
– Irme de Huracán, porque fue un club donde me sentí muy bien ahí y justo se me terminó el contrato, se inició la pandemia y me costó mucho conseguir club al nivel de lo que era Huracán. Eso me fue tirando un poco abajo, pero a partir de ahí, ya no me sentía cómodo en el fútbol y me había transformado en lo que siempre odié de chico. Cuando hice el clic, me di cuenta de que era uno de esos, entonces dije “hasta acá llegué”.
– ¿El ambiente de la música es distinto al del fútbol?
– La realidad es que recién lo estoy empezando a descubrir. Sí hay muchas cosas similares, que pasan en la música, en el fútbol y en otros trabajos, como cuando a uno le empieza a ir bien, se encuentra con gente envidiosa, que te critica y te tira mala vibra. Siempre encontré cosas similares entre los músicos y los futbolistas, aunque por ahí suene medio raro. Cuando a uno le hablan de un futbolista, las personas normales se creen que hablan de alguien millonario y súper famoso; de lujos y buena vida. Cuando te hablan de músicos de rock, se creen que todos somos The Rolling Stones, pero no es así. Después, la gran mayoría son laburantes, como los futbolistas. Si sacás los jugadores de Primera División, de ahí hacia abajo son todos laburantes que están muchos años en el ascenso y se mantienen allí, en la música pasa lo mismo.
– ¿Cómo fue tu formación como arquero en River Plate?
– Fue mi escuela. Viví desde los 8 años hasta los 21. Estudié en River y fue gran parte de mi crianza. No llegué a debutar, pero defendí muchos años esa camiseta. Fue mi etapa de fútbol-base y la formación. Son tan grandes esos clubes que 30 años después me preguntan por River. Así que guardo los mejores recuerdos.
– ¿Por qué no pudiste debutar en la Primera millonaria?
– Llegué a estar en el banco de suplentes en algunos partidos, tres o cuatro. Los clubes grandes son muy difíciles, porque hay un embudo muy grande cuando llegas al primer equipo. La competencia es muy grande, porque no solamente están compitiendo con el arquero que tenés al lado, sino con los nuevos y los juveniles que vienen de las divisiones inferiores, que son todos buenos. Son muchos los arqueros de puta madre que pudieron haber estado, y sin embargo, no llegaron a debutar como es el caso de Gonzalo Marinelli, entre otros. Varios te puedo nombrar que jugaron muy poco y se tuvieron que ir a otros lugares, porque la competencia en el arco de River no es fácil. Tenes que estar en el momento indicado y justo para aprovechar las oportunidades.
– ¿Te dieron oportunidades?
– No, porque estuve en una época en la que el equipo estaba jugando la Copa Libertadores, cuando se fue Franco Costanzo y quedó Germán Poroto Lux. Ahí surge Juan Pablo Carrizo. Había llegado Juan Carlos Olave que estuvo un tiempo. Fue una época media turbia, que se nos hizo difícil para jugar, pero tal vez no estaba preparado para jugar en River y lo tengo claro. Luego pude hacer una carrera y tuve buenos momentos. Tal vez, me faltaba un poco de madurez para estar en un equipo tan grande como es River.
– ¿Qué balance haces de tu paso por 14 clubes?
– Sí, fueron muchos clubes. Yo siempre decía que a los arqueros se nos complica encontrar lugar para jugar. Yo he ido un año a un club y me la pasaba en el banco de suplentes. Entonces, me iba a otro lado y me pasaba lo mismo. Es más, hubo clubes donde ni atajé. Recién cuando estuve en Atlanta conté con más continuidad. A partir de ahí, en la segunda etapa de mi carrera, ya tuve más rodaje y me transformé en un jugador profesional. Para un jugador de campo, es más fácil, ya que ingresa 10 o 15 minutos y todo eso te va formando. Pero para un arquero, es más difícil hasta encontrar un entrenador que te haga jugar 30 partidos seguidos. Mi etapa de arquero empezó en Atlanta.
–¿Tuviste un paso por el fútbol de Italia?
– Sí, cuando dejé River me fui un año a Italia, pero empecé el trámite de la ciudadanía y tardó por lo menos seis meses; fue un lío. Luego, estuve un año en Instituto de Córdoba, donde fuimos muchos ex River, de la Reserva. Pasé por Ferrocarril Oeste, donde debuté en Primera División. Luego, me fui a Gimnasia y Esgrima La Plata, como segundo arquero, detrás de Gastón El Gato Sessa. Además, surgió Fernando Monetti hasta que me fui a Atlanta, donde agarré continuidad en la B Nacional.
– ¿Lograste después el ascenso con Defensa y Justicia a la máxima categoría del futbol argentino?
-Sí, fue el club en el que más quedé identificado. Estuve tres años, siendo el capitán del equipo que subió a Primera y luego me mantuve una temporada. Pasé por Banfield, Huracán, Arsenal hasta que llegué a España, donde jugué un año antes de retirarme.
– ¿Paralelamente a tu carrera como futbolista estuviste metido en la música o era un pasatiempo?
– Descubrí mi pasión por la música desde hace mucho tiempo, mi pasión por la guitarra más que nada. Hay gente que se muere y no descubre cuál es su pasión en la vida. Entonces, soy un afortunado. El fútbol lo que tiene de hermoso es que te da tiempo para hacer otras cosas. En todo este tiempo, me fui formando y estaba con profesores. Tocaba sólo y si podía armar alguna banda, la armaba. Pero no era muy compatible con el fútbol hacer una banda de rock, porque tenía que tocar los fines de semana y son los días en los que tenés que jugar los partidos; era un poco complicado eso. Pero todo el proyecto musical que estoy lanzando, lo fui armando en los últimos años y hace poco estrené grabaciones que fui armando sólo.
– ¿Cuándo empezaste a escribir tus canciones?
– Hace tiempo. Lo que pasa que uno va madurando y entonces, lo que escribía cuando tenía 20 es distinto a lo que escribo ahora. El tema de la composición va cambiando un poco en la manera de hacerlo y en las letras. Cuando dejé el fútbol, me metí en la música y todo eso se unió rápido para poder sacar el disco.
– ¿En algún momento quisiste dejar el fútbol y dedicarte de lleno a la música?
– No llegué a decirlo, pero sí lo pensé. Es un tema tabú en el fútbol. Escuché a gente del fútbol criticar o decir algo de un chico que decía que le gustaba hacer otra cosa y que el fútbol era su trabajo, como era mi caso. El fútbol era mi trabajo y fui lo más profesional que se puede ser en esta profesión, pero sinceramente si tuviese que elegir entre la música y el fútbol, elijo la música. Eso no quiere decir que no podría haber hecho la carrera que hice. Hay gente que todavía se mantiene en el fútbol, que piensa que vos por ahí, teniendo otras inquietudes, vas a dejar el fútbol de lado o que tal vez no vas a rendir el fin de semana por tocar la guitarra. Me pasaba que subía en mis redes sociales un video tocando la guitarra e iba a jugar el fin de semana, y me insultaban al primer gol que me hacían. Se me venía la tribuna abajo, y me decían “deja la guitarra, hijo de puta”, “como hacés para tocar la guitarra, si no tenés manos”. El fútbol me dio un buen pasar y una carrera para vivir tranquilo. Pero siempre supe que el día que ponía punto final a mi carrera, me iba a dedicar a la música.
– ¿Cómo te nació el gusto por la música?
– No somos una familia muy de la música, pero mi hermano desde la adolescencia que formó su banda en el barrio, yo lo acompañaba como el hermano menor y me empezó a gustar. Después, él terminó dejando y yo seguí, pero yo no podía hacerme una banda estable por el tema del fútbol, ya que no podía decir “che, vamos a tocar cuando yo pueda”. Me compré la guitarra a la par que veía que mi hermano con sus amigos armaba su banda y me quedaba muchas horas practicando. Me pasó cuando me metí en la banda de mi hermano que teníamos que tocar, me cambiaron el día del partido y ahí me di cuenta de qué el fútbol y la música no iban de la mano en ese momento. Pero cuando te retirás, cambia. Hoy, tengo la posibilidad de tocar y formar una banda gracias a que en esos momentos me dediqué al instrumento.
¿Joven o viejo?, la primera canción del Flaco Pellegrino
– Cuando empezaste a jugar al fútbol, cumpliste el sueño de llegar a Primera. Ahora con la música, ¿cuál es tu mayor sueño?
– Cuando uno se inicia en el fútbol, sueña con llegar a Primera, pero siempre tuve bastantes dudas conmigo mismo, porque internamente pensaba “no sé si voy a jugar en Primera”. Después, te das cuenta de que sí, haces el clic y jugas. Pero en la música tengo mucha ambición, soy ambicioso con mi proyecto y muy detallista, voy a ir a lo máximo que pueda aspirar. Empiezo ahora desde lo más bajo y sé que tengo un empujón gracias a mi carrera de futbolista. No me estarían llamando si no fuese futbolista, porque músicos buenos hay por todos lados. Entonces, voy a aprovechar eso. Pero cuando me toque salir a la cancha, voy a tener que demostrar porque con eso no vale nada.
– ¿Ya empezaron a tener recitales?
– No todavía. En realidad, empezamos hace dos semanas con un par de acústicos. La banda se llama Flaco and The Choclos. Yo armé mi propio proyecto. Le dije a los chicos del grupo “elijan el nombre ustedes”. Yo vivo en la ciudad de Tudela, que es como la capital de las verduras en España. Por eso, eligieron Los Choclos y nos gustó como quedaba. Recién el 5 de abril empieza la etapa con Banda que es la presentación del disco. En mayo, tenemos varios conciertos por España, en Zaragoza, Pamplona y Logroño. Luego, tenemos pensado ir a Madrid y a Barcelona, que es el foco y la movida musical. En Argentina, me encantaría tocar, aunque la logística no es nada fácil. Tengo amigos músicos en mi país, que llegado el momento se podría armar una banda por allá, porque llevar a todos los integrantes de mi banda es muy costoso.
– ¿Tenes relación con otros ex jugadores-músicos como Daniel Osvaldo, Sebastián Dubarbier, entre otros?
– Con Osvaldo he cruzado algunos mensajes, pero con Dubarbier no. Conozco al Flaco Antonio, que tiene su banda Francia 98, que es un poco de rock/pop más cancionero, que le está yendo muy bien. Sé que hay muchos jugadores que se dedicaron a la música. Yo hago mi camino, y seguramente en algún momento tocaremos juntos.
– ¿Compusiste canciones dedicadas a tu pasado como futbolista?
– Mirá, recién saqué un single y va a salir otro el 14 de febrero. Luego, sale todo el disco entero. Viste que ahora se lanza de a singles, pero el disco ya está casi terminado. Lo mío es una especie de obra conceptual. Son 10 canciones, en donde vuelco parte de mi experiencia que viví en el fútbol, en una especie de ficción de la vida de un futbolista. No de uno súper exitoso, sino todo lo contrario, de uno que llega casi al éxito y luego termina olvidado y pobre, como muchos que he visto después de tantos años. No por tomar malas decisiones, porque en el futbol nos preparan para estar dentro de la cancha y cuando llegan, hacen mucho dinero, pero no lo preparan para manejarlo. Entonces, empiezan a tomar malas decisiones. Justamente de eso se trata el disco en general, pero voy mezclando con muchas anécdotas que he visto durante todos estos años. Lo tomó como una final para mi etapa con el fútbol, y paradójicamente, la salida de este disco será el final de mi etapa con el fútbol. Seguramente, el próximo disco cambie el tema de las letras y todo eso. Gracias, siempre es bueno acordarse de los ex futbolistas. Después de retirado, se retiran los focos y es normal, ya no te llama mucha gente.
La letra de ¿Joven o Viejo?, su primer single:
Es la ley universal,
nadie se podrá escapar,
algún día tiene que acabar.
No le importa si sos crack, amateur, profesional o una puta estrella mundial.
Es difícil si querés
mantenerte en este tren.
El sistema te dice “ya fue”.
¿Te parece un poco cruel?
¿Nadie piensa en el después?
Las cosas salieron al revés.
¿Eres joven?
¿Eres viejo?
¿Duele mirar el espejo?
¿Duele mirar el reflejo?
Fuiste el rey de este lugar.
Hoy te tratan tan vulgar.
Nadie lo parece recordar.
“¡Sos un genio, sos lo más!”
Todo eso quedó atrás,
no te aflijas que puede empeorar.
“El león perdió poder,
no le gusta envejecer,
ya no ruge como aquella vez”.