Las altas temperaturas afectan el funcionamiento del refrigerador, pero con algunos ajustes claves es posible optimizar su eficiencia y reducir el consumo eléctrico
La heladera es un electrodoméstico esencial en cualquier hogar, ya que permite conservar los alimentos en buen estado por más tiempo. Sin embargo, su uso diario implica ciertos desafíos, como la acumulación de malos olores, el consumo energético elevado y la necesidad de una limpieza periódica para garantizar su funcionamiento óptimo.
¿Por qué sirve poner un vaso de agua con sal en la heladera?
Según el medio Gizmodo, colocar un vaso de agua con sal dentro de la heladera es un método casero eficaz para combatir los malos olores y controlar la humedad en su interior. Este truco funciona porque:
- La sal absorbe la humedad acumulada en el ambiente del refrigerador, evitando que esta afecte la textura y conservación de los alimentos.
- Neutraliza bacterias que pueden generar olores desagradables y afectar otros productos almacenados.
- Evita la transferencia de olores entre distintos alimentos, lo que puede alterar su sabor.
El sitio recomienda preparar la mezcla con un vaso de vidrio o una copa de cristal, agregando una cucharada de sal gruesa. Para mantener su efectividad, se debe reemplazar cada 5 a 7 días.
Consejos para optimizar el uso de la heladera en verano
Durante el verano, las altas temperaturas pueden afectar el rendimiento del refrigerador. De acuerdo Gizmodo, estos son algunos consejos claves para mejorar su eficiencia:
- Ajuste de temperatura adecuado: La temperatura óptima de la heladera debe mantenerse entre 4 °C y 6 °C, mientras que el congelador debe estar entre -18 °C y -25 °C.
Ubicación estratégica
- Evitar colocar la heladera cerca de fuentes de calor como radiadores, estufas o la luz directa del sol.
- Asegurar una buena ventilación dejando espacio libre detrás del electrodoméstico.
Uso eficiente de la puerta
- No abrir la puerta innecesariamente o por tiempo prolongado, ya que esto provoca la pérdida de frío y obliga al motor a trabajar más.
- Guardar los productos en envases herméticos para reducir la exposición al aire y evitar la propagación de olores.
Optimización del espacio interno
- No sobrecargar la heladera, ya que el aire debe circular libremente para garantizar una refrigeración uniforme.
- Tampoco debe estar demasiado vacía, ya que esto provoca mayor pérdida de frío cada vez que se abre la puerta.
Revisión del sellado de la puerta
- Comprobar que las gomas de la puerta estén en buen estado. Si no cierran correctamente, se pierde frío y se incrementa el consumo energético.
Siguiendo estas recomendaciones, se puede reducir el gasto de electricidad y mejorar la conservación de los alimentos durante los meses más calurosos.
Cómo limpiar correctamente la heladera
La limpieza de la heladera es fundamental para evitar la acumulación de bacterias y la propagación de malos olores que pueden afectar la conservación de los alimentos. Para mantener el refrigerador en óptimas condiciones, es importante aplicar diferentes métodos según el nivel de suciedad. Si solo se necesita una limpieza ligera, basta con preparar una mezcla de agua caliente, jabón líquido y jugo de limón en un pulverizador. Esta solución es efectiva para eliminar residuos superficiales y refrescar el interior del electrodoméstico. Una vez aplicada, se debe limpiar con una esponja o un paño húmedo para retirar cualquier resto de suciedad.
Cuando la heladera presenta manchas pegajosas o suciedad moderada, es recomendable utilizar una mezcla más fuerte a base de agua hirviendo, vinagre blanco, jugo de limón y bicarbonato de sodio. Esta combinación tiene un alto poder desinfectante y desodorante. Se debe rociar sobre las áreas afectadas y dejar actuar entre diez y quince minutos antes de retirar con un paño húmedo. Este método ayuda a eliminar residuos adheridos y neutralizar olores sin necesidad de recurrir a productos químicos agresivos.
Para llevar a cabo una limpieza completa de la heladera, primero hay que desenchufarlo y retirar todos los alimentos, asegurándose de eliminar cualquier producto en mal estado. Luego, es conveniente desmontar los compartimentos internos y lavarlos con agua tibia y bicarbonato de sodio. Dependiendo del nivel de suciedad, se puede optar por la mezcla de agua y jabón, la de vinagre con bicarbonato o productos especializados.
Después de limpiar todas las superficies, es fundamental secarlas completamente con un paño seco para evitar la acumulación de humedad, que puede generar moho y bacterias. Finalmente, el exterior del electrodoméstico también debe limpiarse, especialmente si cuenta con pantalla táctil o acabados en acero inoxidable, para lo cual se recomienda el uso de un paño seco o ligeramente humedecido.