Una encuesta mundial determinó que valorar la comida también favorece la percepción de la vida.
La alimentación no solo es una necesidad básica, sino también una experiencia que impacta profundamente en nuestra salud física, mental y emocional. Lo que elegimos comer, cómo lo disfrutamos y con quién lo compartimos puede influir en nuestra percepción de bienestar y calidad de vida. Estudios recientes han puesto en evidencia que la satisfacción alimentaria no solo mejora nuestra salud, sino que también refuerza nuestras conexiones sociales y nos ayuda a vivir con mayor plenitud.
Un reciente estudio realizado por la Fundación Ando y Nissin Food Products, en colaboración con la Encuesta Mundial Gallup 2023, revela que el vínculo entre la satisfacción alimentaria y el bienestar general es innegable. En una consulta realizada a adultos de 140 países, el 81% declaró disfrutar de su comida y el 75 por ciento consideró que su dieta era mayoritariamente saludable. Sin embargo, estas cifras muestran un declive respecto al año anterior, cuando el 87% disfrutaba de sus comidas y el 82% las calificaba como nutritivas.
El informe subraya que las personas satisfechas con su alimentación tienden a sentirse más conectadas con su comunidad y reportan mayores niveles de bienestar. En promedio, quienes disfrutan plenamente de su comida califican su calidad de vida con un 6,2 sobre 10, mientras que aquellos menos satisfechos la puntúan en 4,9.
En América del Norte, esta relación es aún más marcada: los completamente satisfechos con sus elecciones alimentarias otorgan a su bienestar un 7 sobre 10, frente al 5,8 de quienes no lo están.
Factores que afectan el disfrute alimenticio
La satisfacción alimentaria varía según la región. Mientras que en América Latina, Europa y América del Norte el 92% de los encuestados disfruta de sus comidas, en países africanos este porcentaje desciende al 61-66%. Según los investigadores, la asequibilidad y la accesibilidad de los alimentos son barreras clave.
El Departamento de Salud de Terranova y Labrador (Canadá) destaca que un entorno agradable y compartir las comidas con otros pueden mejorar significativamente la experiencia. “Cuando vienes en compañía, sueles comer más sano”, asegura su sitio web.
La ciencia detrás del comer feliz
Un estudio alemán publicado en Scientific Reports concluye que consumir frutas y verduras tiene beneficios psicológicos inmediatos. Los alimentos ricos en nutrientes, como el salmón y las verduras de hoja verde, estimulan la liberación de serotonina y dopamina, neurotransmisores que refuerzan la sensación de bienestar. Además, el microbioma intestinal también juega un papel crucial al comunicarse con el cerebro y reforzar las decisiones alimenticias saludables.
Elegir alimentos frescos, saludables y disfrutarlos en buena compañía puede ser la clave para mejorar tanto la salud física como la mental. Comer bien no solo es un acto de nutrición, sino una inversión en el bienestar emocional y social.