La santafesina tiene 23 años y ya cuenta con un título universitario. Este 2025 subió en el ranking con los torneos organizados en Buenos Aires y se enfocó 100 por ciento en el deporte que la apasiona. Cómo cambia la vida de una profesional que cuenta con chances de sumar puntos cerca de casa
Una vieja canción de los 90 dice “si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia”. Y en el tenis está lleno de esas “otras” historias. Por el simple hecho que el uno por ciento de los que lo juegan vive de este deporte. Es muy difícil “llegar”. Se pierde casi todas las semanas. Muchas veces la soledad es la asidua compañera. El deporte de por sí es caro. Y así y todo hay chicos y chicas que le siguen dando a la pelotita amarilla con el mismo entusiasmo del primer día.
Resiliencia le dicen ahora.
Garra, voluntad, carácter se le decía años atrás.
Y en esta historia la protagonista es la santafesina María Florencia Urrutia quien gracias a los dos primeros torneos del año organizados en el país por la Asociación Argentina de Tenis (AAT) queda cerca del casillero 900 del escalafón de la WTA, su mejor lugar como profesional.
Ya dejó de ser una “habitante” con ranking de cuatro cifras. Se metió definitivamente en el Top-1000.
“Desde 2024 juego a full en el circuito ITF/WTA a perseguir el sueño de ser profesional. Entrenar siempre entrené. Estaba en el tenis universitario. Ahora postergué un Master porque quiero estar un ciento por ciento metida en torneos con puntos para el ranking mundial. Quiero darme la oportunidad”, comenta la jugadora de 23 años de buen arranque en los campeonatos disputados en el coqueto Tenis Club Argentino del barrio porteño de Palermo.
“Estuve 4 años en Estados Unidos. Me recibí de managment empresarial. Estuve primero un año y medio en la Universidad de Miami. Después fui dos años a Kentucky. Y terminé la carrera en Oklahoma”, dice lo que puede definirse como una viajera por los Estados Unidos.
“La pandemia me agarró justo cuando pasé de junior a profesionales. Demoró un poco mi inserción. De hecho me detuvo en Miami. Igualmente no estuve muy parada, lo que fue positivo. No jugaba torneos, pero sí entrenaba”, dice quien arrancó la temporada 2025 con un récord positivo de 5 victorias y 2 derrotas.
Urrutia apunta que “es muy bueno tener torneos en la Argentina”. Y justifica: “Facilita las cosas. Te ahorrás mucha plata en pasajes. Intento viajar con mi entrenador o a veces con mi papá. Para nosotros es muy importante que la AAT organice estos campeonatos internacionales. La semana pasada perdí el viernes en cuartos de final y el finde estuve con mi gente en Santa Fe, eso es impagable. En Europa es imposible. Hay que hacer una videollamada para ver a la gente que querés”.
El cuartos de final en el W35 de Buenos Aires I de la semana pasada, desde la qualy, fue uno de los torneos más importantes para la santafesina. También hay que agregar una semifinal en un W15 de Hilton Head, Estados Unidos, y otra en Rosario donde perdió con Guillermina Naya, ambos en 2023.
A la hora de planificar una gira hay muchos puntos que María Florencia -o Flor, como le dice la mayoría-, con su equipo de trabajo y su familia, pone sobre la mesa. Es como armar un rompecabezas. Y una de las piezas de esa programación es la plata. Cuánto dinero hay para irse a una larga recorrida por Europa.
“Las giras las planifico con mi entrenador. Hay que planear bien cuándo jugar torneos ITF y cuándo los Interclubes que dejan una plata que muchas veces no ganás jugando Womens 15 o 35. Es clave la estrategia. Una se va por varios meses”, cuenta.
“La plata, al no tener un sponsor, es un condicionante para armar el calendario y por eso ponemos arriba de la mesa cuanta plata hay porque, en general, no sobra y hay que hacerla rendir. En mayo, hago Interclubes y base en Alemania. Después vemos cómo nos movemos y qué jugamos. Pero el inicio lo tenemos claro”, explica la jugadora que entrena en la Academia de Enzo Artoni.
Artoni nació en Santa Fe pero con el correr de su carrera, donde llegó a ser 372 de ATP (abril 1999), se nacionalizó italiano. Jugó en su mayor parte Futures y enfrentó a tenistas como el brasileño Flavio Saretta, el italiano Filippo Volandri, el colombiano Miguel Tobón y los argentinos José Acasuso, Sergio Roitman, Juan Ignacio Chela y Diego Hartfield.
Cuenta la tenista que una vez entre varias jugadoras alquilaron una casa y resulta que la misma tenía un árbol en el medio. “Salía por el techo. Era muy raro. Fue para ahorrar plata. El problema es que era invierno”, se ríe Flor mientras recuerda aquella anécdota.
“Lo que más disfruto de los viajes es conocer distintas culturas, me hago un espacio para pasear. Y te vas haciendo conocidos que te vas encontrando a lo largo de la vida de tenista. Por ahí pasan tres años y te los volvés a encontrar”, cuenta.
Por último, a la hora de los objetivos, Urrutia, abocada totalmente a la carrera donde tiene que usar una raqueta y ya no una computadora cuenta: “Sólo quiero sumar partidos. Encontrar mis golpes. Estar ordenada dentro de la cancha. El tema del ranking llega sólo si juego bien, pero no soy de hacer cuenta. Me gustaría estar entre el 400 y 500 para jugar directo los main draw y no pasar por las qualies que siempre desgastan”, finaliza.
