Andrés Valenzuela, referente del grupo Los Ángeles del Puente, compartió en Natagalá de Verano, el impacto de su labor voluntaria en el Puente General Belgrano, que conecta las provincias de Chaco y Corrientes. Desde agosto de 2023, el equipo logró salvar 122 vidas, transformando un espacio de desesperanza en uno de contención y esperanza.
El grupo, que comenzó sus actividades hace dos años y medio, cuenta actualmente con 600 voluntarios, organizados en turnos de dos horas para patrullar y brindar apoyo emocional y espiritual a quienes atraviesan situaciones límite.
“Hemos convertido el puente en un lugar de prevención y contención donde las personas pueden ser escuchadas y encontrar esperanza”, destacó Valenzuela.
El protocolo de intervención incluye patrullajes constantes por el puente, realizados por duplas de voluntarios que se alternan entre recorridos y oraciones en puntos estratégicos. En caso de detectar una situación de riesgo, uno de los voluntarios inicia el diálogo con la persona mientras el otro contacta a las autoridades, principalmente Gendarmería, que actúa con rapidez gracias a su movilidad.
Una vez contenidas, las personas son trasladadas a centros de salud en Corrientes para recibir los primeros auxilios psicológicos. Los Ángeles del Puente mantienen luego un seguimiento con ayuda de profesionales y espacios de contención creados en su iglesia, abordando problemáticas como adicciones, desempleo y dificultades educativas.
Valenzuela compartió experiencias personales, como la de un joven que llegó al puente buscando quitarse la vida. “Le ofrecimos ayuda, lo escuchamos y le dimos esperanza. Hoy, ese joven forma parte de nuestro equipo de voluntarios”, relató.
Además, destacó el impacto de la formación espiritual combinada con el apoyo psicológico, herramientas que han sido esenciales para enfrentar estas situaciones extremas.
Desde que iniciaron su labor, Los Ángeles del Puente observaron una disminución significativa en los casos de suicidio en el puente.
Con un enfoque interdisciplinario que involucra a las fuerzas de seguridad, profesionales de la salud y la iglesia, el grupo se ha convertido en un ejemplo de cómo la comunidad puede organizarse para hacer frente a problemáticas complejas.
“Seguiremos trabajando mientras haya vidas por salvar. Nuestro objetivo es dar esperanza y mostrar que siempre hay una salida”, concluyó Valenzuela, agradeciendo el apoyo de las provincias de Chaco y Corrientes en esta labor conjunta.