Ante la posibilidad de que Rafael Moreno salga con prisión domiciliaria, Cristina aseguró: “Que se quede encerrado hasta que Dios lo llame”.
Cristina, la mamá de Sergio Díaz, el colectivero asesinado por un jubilado en Lomas del Mirador en diciembre, no encuentra consuelo. Desde la puerta de la casa donde ocurrió el crimen, con un emotivo cartel con las fotos de su hijo, exige justicia y espera que Rafael Moreno no salga de la cárcel.
“Yo estaba de viaje en La Rioja y me llamaron para decirme que mi hijo había tenido un accidente. Decidí volver y cuando llegué lo terminé encontrando en un cajón. Quiero que se haga justicia y que ese hombre se quede encerrado hasta que Dios lo llame”, expresó en diálogo con TN.
“Dejaron huérfano a mi nieto, que tiene 9 años y que esperaba a su papá para celebrar la Navidad. Sergio lo tenía que pasar a buscar porque había pasado con su mamá el 24. Mi nieto se quedó esperándolo siempre”, agregó.
“Él era una persona trabajadora, un hombre tranquilo. Cada vez que veo un colectivo busco a mi hijo. Era una persona de bien y lo mataron como un perro. El hombre es un asesino porque se cruzó directamente a matarlo”, dijo la mujer entre lágrimas.
Ante la posibilidad de que Moreno reciba el beneficio de la prisión domiciliaria, la mujer exigió a la Justicia bonaerense que lo dejen preso: “No lo tienen que dejar libre. Yo a mi hijo lo voy a ver en el cementerio. A él que lo dejen encerrado hasta que Dios lo llame. Quiero que una vez por todas se haga justicia. No quiero que salga nunca más”.
También reveló otros hechos que habría cometido Moreno. “Ya se llevó varias vidas. Antes de mi hijo, él ya mató a dos personas. Una mamá vino a buscarme al velorio para decirme que había matado a su hijo y a su nieto. Lo reconoció por la tele”, contó.
Sobre la versión del jubilado, que dijo que se le escapó el tiro, la mujer expresó: “Él era un policía y juró cuidar a la sociedad, no a matar. No entiendo por qué no llamó a la comisaria si lo molestaban. Ya que conoce las leyes, ¿por qué no hizo las cosas como tenía que hacerlas?”.
“Dejó un infierno este hombre. Estamos destruidos. Yo no duermo de noche, tampoco puedo comer. Espero que el juez se ponga del lado de la víctima y que lo dejen preso. Mi hijo está bajo tierra y a él lo quiero encerrado, no me importa la edad que tenga”, cerró.
En tanto, la hermana de Sergio contó cómo fueron las últimas horas de la víctima con vida. “Yo estuve esa noche compartiendo con mi hermano la Navidad, escuchando música, tranquilos, sentados en la vereda”, detalló.
“A las 5 de la mañana me llevó a mi casa y me dijo que descanse, que nos veíamos al otro día para almorzar y comer lo que había sobrado. A las dos horas me llaman para decirme que a mi hermano lo habían matado”, relató.
“Estamos muertos en vida. No quiero que este ‘pobre jubilado’, como le dicen, vuelva al barrio y pensar que me lo puedo cruzar en la calle, gozando de una libertad que no le corresponde a un asesino”, expresó.
La fiscalía pidió que siga preso el policía retirado que mató a su vecino por el volumen de la música
El fiscal Diego Rulli solicitó que se mantenga la prisión preventiva para Rafael Moreno. El titular de la Unidad Fiscal de Instrucción y Juicio Especializada en Homicidios Dolosos hizo su pedido el martes, y ahora deberá esperar a la decisión del juez para definir si el policía retirado, que tiene 74 años, continúa preso o si sale en libertad.
El jueves hay una audiencia entre las partes, donde la defensa adelantó que pedirá que el jubilado siga imputado pero en libertad. Si llega a denegarlo la Justicia, irán por una morigeración de la prisión preventiva, lo que significa que podría salir con domiciliaria y permanecer monitoreado con una tobillera electrónica.
Ellos alegan que por su avanzada edad y porque no existe riesgo de fuga ni entorpecimiento de la causa, podría irse a la casa de algún familiar sin problemas, ya que al barrio no volverá. “Vamos a pedir que si va a juicio lo haga en libertad. No está en condiciones de estar en una unidad penitenciaria”, expresó el abogado Francisco Oneto.
Sin embargo, el fiscal argumentó que hay varios elementos que permiten pedir la preventiva: la falta de contundencia en las declaraciones del acusado, el pasado de Moreno como policía retirado, la reacción que tuvo luego de dispararle a Díaz y la distancia con la que efectuó el disparo.
“Yo el arma la llevé para intimidar, no con la intención de usarla. Me empezaron a agarrar del cuello, a empujar para atrás y me largaron un par de puñetazos. En ese momento se me dispara el arma, nunca tuve intención”, fue la declaración que dio Moreno ante la Justicia.
El fiscal rebatió esa justificación con un sólido argumento: “En los videos se logra ver perfectamente el instante en que Moreno, previo a apoyar el arma en el abdomen de la víctima, manualmente rebatió el martillo percutor para poder efectuar el disparo en una simple acción”.