Mauro Ketlun es artista plástico y le hizo muchos cambios a su vivienda para que la mini pig se sienta en su hábitat natural. “Es un acto de amor inmenso, pero también un sacrificio muy grande”, le dijo a TN.
En un barrio porteño lleno de cafés, tiendas y galerías, donde la vida parece moverse al ritmo de lo impredecible, hay una historia que destaca por su singularidad.
En el corazón de Palermo, Mauro Ketlun, un artista plástico de 44 años, comparte su vida con un miembro muy especial de su familia: Clementina, una mini pig que, a fuerza de ternura, travesuras y una mirada profunda, se convirtió en un atractivo no solo en su casa, sino también en las calles del barrio.
Mauro, que antes de la pandemia convivía entre corporativos con altos cargos jerárquicos en las mejores empresas del país, jamás imaginó que una chancha se convertiría en su compañera de vida. De hecho, antes de Clementina, había tenido otra mini pig llamada Josefina, que murió inesperadamente mientras él estaba de viaje.
“Fue un golpe muy fuerte”, Mauro, que en diálogo con TN relató que, tras aquel trágico episodio, una persona de un criadero, al saber cómo había cuidado a Josefina, decidió regalarle a Clementina, que nació en 2021.
“Clemen es mi compañera, mi musa inspiradora. Me enseña cosas cada día con su simpleza, sus berrinches y su naturalidad. Es como un espejo de lo que uno va perdiendo con los años”, agregó. El cambio laboral en su vida, el cual ocurrió post pandemia, le permitió a Mauro dedicarle a Clementina el tiempo que un animal como ella necesita.
Desde la terraza de su casa, la cual alteró para que la chancha pueda vivir en un hábitat más ameno, él explicó que tener un mini pig requiere de mucha responsabilidad y de una atención continua.
“Tenerla en casa significa adaptar toda la vivienda a sus necesidades. Hay que resignar espacios, confort, hasta estética. Pero es una satisfacción”, contó. Luego continuó: “El jardín, que antes era un villar, ahora es mitad chiquero, mitad jardín. Y el sillón… tengo que cambiar las fundas una vez por semana, porque Clemen se sube con barro”.
Su vida con Clementina tiene una rutina establecida. De mañana y noche, Mauro se asegura de darle a su una alimentación natural, con frutas y verduras cortadas y legumbres cocinadas.
“Clemen tiene una dieta vegana, come todo lo que es natural, pero hay que cocinarle mucho, como porotos, garbanzos o lentejas, porque no existe comida preparada para ellos”, explicó. Y aunque a su chancha le encanten los dulces, Mauro remarca que no puede consentirla demasiado: “Es muy angurrienta, y si le dejás a demanda lo que quiera comer sería un desastre”.
Además de la comida, los paseos son una parte esencial de su día. Mauro la saca a caminar por las calles de Palermo muy temprano, aunque no demasiado tiempo debido a que su genética no le permite estar mucho rato sobre el asfalto.
Los paseos, además de ser su momento de ejercicio y distracción, también permiten que Clementina socialice con los vecinos y otros animales. “Cuando la saco a pasear, la gente se vuelve loca. Hay un momento mágico que sucede cuando alguien la ve y su cara de estrés o enojo se transforma en una sonrisa. Eso, para mí, es lo más lindo”, sostuvo Mauro, quien le creó a Clementina una cuenta en Instagram (clementina.pig) en donde comparten sus aventuras.
Para Mauro, la decisión de tener un mini pig no fue fácil. Él mismo desaconseja tener uno de estos animales, a menos que se tengan las condiciones adecuadas y el tiempo para su crianza y acompañamiento. “Es un acto de amor inmenso, pero también un sacrificio grande”, dijo.
Si bien Clementina es un ser excepcionalmente inteligente, requiere de mucha atención: “Es como una mezcla entre un perro y un gato. Tiene sus momentos de querer estar cerca, pero también sus momentos de independencia. Hay que saber leerla”, aseguró su dueño.
“Es un miembro de la familia, y cada día me sorprende. Tiene un radar increíble y sabe cómo volver a casa. También detecta en qué lugares le dieron comida, así que cuando salimos a pasear ella marca el recorrido a partir de esos recuerdos”, explicó Mauro.
El artista completó: “A veces pienso que Clemen tiene más memoria que yo. Aunque tiene su personalidad, eh. Ella es berrinchosa y mentirosa, pero también muy cariñosa y compañera”.
Fotos y video: Agustina Ribó.
Edición de video: Berenice Laciar.
