El Presidente admitió que esto se debe a la mayor confianza y la generación de divisas, pero que muchas empresas “pueden ir a la quiebra” si no se corrige. Por qué la competencia de monedas podría ayudar a aliviar esta tendencia
Javier Milei se refirió explícitamente a los efectos negativos que podría ocasionar la caída del tipo de cambio. El Presidente explicó que “la rápida baja nominal del dólar” no puede ser absorbida rápidamente por el sector real y reconoció que esta situación “podría llevar a muchas empresas a la quiebra”.
El antídoto que diseña el Gobierno, según el mismo había explicado en cadena nacional, es la competencia de monedas. “Queremos que la gente en vez de demandar pesos, directamente transaccione en dólares para evitar una caída más rápida del tipo de cambio”.
“La competencia de monedas es una promesa de campaña. Van a estar entrando tantos dólares para que no se caiga, que si los tenés que liquidar en el mercado se te cae el precio. Entonces el problema es que el precio del dólar caiga tan rápido que mande muchas empresas a la quiebra. Son problemas nuevos por hacer las cosas bien”, dijo el Presidente en el canal de streaming Carajo.
El efecto de una inflación que cerraría el año cerca del 120%, contra un tipo de cambio financiero que prácticamente quedó igual, implica una muy fuerte aumento de los costos en dólares.
Las empresas observan este fenómeno con preocupación y piden -como en el caso de la UIA- baja de impuestos, de costos logísticos y menores trabas burocráticas para poder competir. Este fenómeno, además, coincide con la decisión del Gobierno de acelerar la apertura comercial.
Milei consideró que existe presión para que el dólar continúe a la baja, por la generación de divisas por parte del campo, pero también proveniente de la energía, que el año próximo tendría un superávit no inferior a los USD 10.000 millones.
“Como nuestra decisión es mantener fija la cantidad de dinero, entonces no podemos salir a sostener el tipo de cambio. Por eso, queremos que la gente utilice directamente dólares para sus transacciones”. Además, reconoció que es complicado que se dé un proceso de deflación para que las empresas puedan ganar en competitividad.
En los últimos días se fueron tomando algunas medidas que apuntan a evitar una apreciación mayor del tipo de cambio. La baja de tasas, por ejemplo, apuntó a reducir el carry trade en pesos y generó un incremento al menos marginal de dólares.
Antes se le había permitido a los exportadores a demorar el ingreso de divisas, alargando los plazos vigentes en la actualidad. Y ayer se le permitió a los exportadores de servicios a ingresar hasta USD 36.000 sin necesidad de pasar por el mercado cambiario. Aunque no se trata de una medida que vaya a generar un gran impacto inmediato, claramente marca una tendencia hacia la reducción de trabas en el mercado cambiario.”
“El problema es que el precio del dólar caiga tan rápido que mande muchas empresas a la quiebra. Son problemas nuevos por hacer las cosas bien” (Javier Milei)
Milei reiteró que la idea es salir del cepo cambiario, aunque aclaró que para ello se harán negociaciones con el FMI y eventualmente también con bancos. El objetivo es fortalecer al Banco Central con más reservas netas, porque todavía continúan en terreno negativo.
El dólar libre ayer tuvo un nuevo salto hasta $1.095, tras haber tocado los $1.050 a principios de esta semana. El dólar MEP y el CCL también tuvieron subas pero menores. Este leve repunte parece relacionado con las últimas medidas adoptadas y en general con la señal oficial de cierta incomodidad por la rápida apreciación cambiaria.
Por otra parte, se supone que en los primeros meses de 2025 habría alguna modificación del dólar “blend”, reduciendo para los exportadores la posibilidad de liquidar un 20% de sus divisas a través del mercado financiero. Se estima que a lo largo de este año se destinaron unos USD 17.000 millones a tal fin, algo que resultó fundamental primero para controlar el valor del dólar y ya en los últimos meses para acelerar la baja.
Pero ahora que ya no hay necesidad de ajustar el tipo de cambio a la baja y con la brecha en niveles mínimos, no tendría sentido insistir en esa línea.