El voto de los legisladores británicos la semana pasada a favor de una propuesta para legalizar la muerte asistida en el caso de algunos enfermos terminales fue señal de un profundo cambio en un país que rechazó decididamente esa idea hace casi una década.
También subrayó el creciente impulso mundial a favor de la legalización de la muerte asistida en esta época que los avances en los tratamientos médicos ayudan a las personas a vivir más tiempo, incluidos los pacientes con enfermedades terminales.
La muerte asistida es legal o parcialmente legal en alrededor de una decena de países, según un informe dado a conocer en julio por el Comité Nacional de Ética Médica de Suecia.
En el Reino Unido, una encuesta realizada antes de la votación del parlamento mostró que casi dos tercios de los habitantes de Inglaterra y Gales apoyaban la legalización de la muerte asistida. Esto refleja que el Reino Unido se está volviendo más liberal socialmente, afirmó Bobby Duffy, director del Instituto de Política del King’s College de Londres, que realizó la encuesta con más de 2000 adultos.
«Es importante recordar que no se trata de una tendencia mundial uniforme: el nivel de desaprobación todavía es muy elevado en muchos países más religiosos, más tradicionales y de menor desarrollo», señaló Duffy.
En los países que permiten la muerte asistida, las leyes se aplican de forma diferente: algunos permiten que los médicos administren los fármacos letales, mientras que otros no; algunos permiten que las personas soliciten la muerte asistida por enfermedades mentales, mientras que otros restringen la práctica a las enfermedades terminales; y algunos permiten que los menores soliciten la muerte asistida.
Estos son los países en los que la muerte asistida es legal o se está debatiendo.
Un país donde la muerte asistida ha sido legal por décadas
Suiza permite la muerte asistida desde hace más de 80 años, y el primer caso documentado se produjo en 1985, según la revista médica y de salud pública Deutsches Ärzteblatt International. La ley permite la práctica siempre y cuando no tenga motivaciones «egoístas», aunque en los años transcurridos desde la promulgación de la ley se han introducido algunas restricciones.
Ni los médicos ni los seres queridos pueden administrar los fármacos letales. La persona que desea morir debe llevar a cabo el acto final.
Pero los médicos pueden recetar los medicamentos y ofrecer asesoramiento, basados en directrices médicas que definen quién cumple los requisitos.
Organizaciones sin ánimo de lucro como Dignitas, fundada en 1998, y Pegasos, de creación más reciente, ayudan a las personas que optan por la muerte voluntaria. Dignitas indicó que había asistido a casi 4000 personas hasta el año pasado, la mayoría de las cuales viajaron desde países de fuera de Suiza.
Países que han legalizado recientemente la muerte asistida
En 1997, la Corte Constitucional de Colombia dictaminó que no se podía procesar a un médico por ayudar a enfermos terminales que hubieran dado su consentimiento informado para ponerle fin a su vida. En 2015, a instancias de la corte, Colombia promulgó una normativa para permitir la muerte asistida practicada por un médico, allanando el camino para lo que se consideró el primer caso legal del país. En la década de 2020, el país amplió la práctica para incluir la muerte autoadministrada y a los pacientes con enfermedades crónicas.
Los Países Bajos, donde durante décadas se practicó la muerte asistida informal, y donde los médicos han contado con algún tipo de protección contra los procesos legales desde la década de 1970, se convirtió en 2001 en el primer país de la Unión Europea en legalizar oficialmente la muerte asistida. Bélgica y Luxemburgo le siguieron en 2002 y 2009. España y Austria promulgaron leyes en 2021, y Portugal en 2023.
Canadá aprobó leyes de asistencia médica para morir en 2016, un año después de que la Corte Suprema declaró inconstitucional la prohibición de esta práctica. Posteriormente, las leyes se modificaron para incluir a personas que, aunque no padecen una enfermedad terminal o mortal, se encuentran en «un estado avanzado de deterioro irreversible».
En Nueva Zelanda, un referéndum público celebrado en 2020 legalizó la muerte asistida para los pacientes terminales y les autorizó a médicos o enfermeras diplomadas administrar la medicación.
Bélgica, Colombia y los Países Bajos permiten la muerte asistida en el caso de algunos menores.
Donde la muerte asistida está parcialmente legalizada
La muerte asistida es legal en 10 estados de Estados Unidos, además de Washington D. C. Otros 19 estados están estudiando proyectos de ley que podrían legalizar alguna forma de muerte asistida.
Oregón fue el primer estado de EE. UU. en legalizar la práctica con la aplicación en 1997 de la Ley de Muerte Digna. Washington y Montana le siguieron a finales de la década de 2000, y Vermont en 2013. Desde 2016, el Distrito de Columbia y seis estados han legalizado de alguna forma la muerte asistida: California, Colorado, Hawái, Maine, Nueva Jersey y Nuevo México. Las normativas difieren: algunos estados limitan la práctica solo a los residentes, mientras que otros exigen un periodo de espera.
Australia experimentó una oleada legislativa similar. Después de la aprobación en el estado de Victoria de una ley para permitir la muerte asistida voluntaria en 2017, la práctica ahora es legal en los seis estados, con diferentes normativas en cuanto a los criterios de elegibilidad y la administración de los fármacos letales. La muerte asistida entrará en vigor en noviembre en el Territorio de la Capital, donde se encuentra la capital del país, Camberra. Todavía es ilegal en el más remoto Territorio del Norte.
Países en los que la muerte asistida está en una zona legal gris o en estudio
Alemania ha tenido una relación cambiante con la muerte asistida en la última década. Una ley de 2015 la prohibió de hecho, pero la medida fue anulada por el Tribunal Constitucional en 2020. Alemania no ha aprobado leyes que regulen claramente esta práctica, lo que crea cierta confusión jurídica para médicos, pacientes y organizaciones.
En Italia, la situación también es compleja. La ley prohíbe la muerte asistida, pero en 2019 la Corte Constitucional del país despenalizó la práctica en circunstancias limitadas específicas. En 2022, tras una larga batalla legal, se le concedió a una persona de 44 años el derecho a la muerte autoadministrada; así, se convirtió en el primer caso de este tipo en Italia. Los servicios sanitarios locales han aprobado un puñado de casos más y la Corte Constitucional le ha pedido reiteradamente al parlamento que regule la práctica.
En 2024, el tribunal supremo de Ecuador falló a favor de una mujer con esclerosis lateral amiotrófica, un trastorno neurológico grave, que quería ponerle fin a su vida. La sentencia despenalizó la muerte asistida y les encomendó a los legisladores la tarea de redactar legislación a fin de regular esta práctica en un plazo de 12 meses.
Otros países, como Cuba, Francia, Irlanda, México y Chile, están considerando o han considerado propuestas relativas a la muerte asistida en años recientes.
Defensores de Compassion and Choices interrumpen sesiones de la legislatura estatal de Nueva York a fin de ejercer presión sobre los legisladores para que legalicen la ayuda médica para morir, en Albany, Nueva York, el 21 de mayo de 2024. (Cindy Schultz/The New York Times)