Camau Espínola y Romero evaluaron que pidiera licencia. La cordobesa Vigo tuvo que explicar que no estaba en Paraguay con el senador.
La detención de Edgardo Kueider en Paraguay detonó el interbloque Las Provincias Unidas (LPU), un grupo de senadores aliados a Javier Milei que se unieron por iniciativa de Santiago Caputo para poner un pie en la Cámara Alta y comerle poder a Victoria Villarruel.
Cuando estalló el escándalo, los colegas del entrerriano se sentaron a redactar el comunicado de descargo en el despacho de la cordobesa Alejandra Vigo, pero también discutieron cuál era la mejor manera de mitigar las repercusiones. El texto del parte de prensa, que expresaba la «firme voluntad de que la Justicia investigue los hechos hasta el esclarecimiento», fue tan insuficiente que hasta la esposa de Juan Carlos Schiaretti fue víctima de una fake news, tal como informó LPO.
Desde la televisión paraguaya mencionaron el nombre de Vigo como acompañante del legislador demorado en el vecino de país por la tenencia de más de 200 mil dólares sin declarar y la senadora tuvo que apelar a Twitter para informar que estaba en Buenos Aires.
Sin embargo, el principal problema es la defensa de Kueider para el oficialismo y los aliados. Fuentes parlamentarias admitieron ante LPO que Carlos «Camau» Espínola y Juan Carlos Romero plantearon que el entrerriano pida licencia antes que se confirmara su detención pero el trámite no era posible porque Kueider ya estaba fuera del país.
Un inquietante rumor recorría el Senado este miércoles por la tarde y sugería que un operador ligado a los libertarios habría pensado en fraguar un pedido de licencia fechado con anterioridad al bombazo de la detención. Alguien con buen tino habría abortado la fantasía.
El dato central para el bloque de Kueider, la fallida construcción parlamentaria de Caputo, es que el propio asesor estrella y su círculo «se guardaron». Los senadores aliados festejaron con desahogo el tuit de la Vicepresidenta, atribuyéndole al detenido pertenencia al kirchnerismo.
En ese contexto, los senadores más experimentados empezaron a discutir este miércoles si el caso obligaba a una sesión para debatir sobre el desafuero de Kueider. «Es boleta, ¿quién no va a sentar el culo para sesionar por esto?», dijeron en un despacho cercano al de Villarruel.
El razonamiento que recorre los pasillos de la Cámara Alta supone que el temor al trolleo en redes y una campaña mediática que dañe la imagen de los legisladores en la opinión pública haría que le suelten la mano al senador imputado por contrabando y lavado de dinero. «¿Quién puede hacerse el pelotudo? ¿Qué va a votar La Libertad Avanza?», comentaron en una oficina donde lamentan por anticipado la suerte de Kueider.