Una mujer británica fue condenada este martes a siete años y seis meses de cárcel por “negligencia extrema” por haber mantenido a su bebé durante tres años metida en un cajón debajo de su cama.
Según informó la Policía de Cheshire en un comunicado, la madre reconoció cargos de “agresión, malos tratos, negligencia y abandono de un niño para causarle sufrimiento o lesiones innecesarias” después de haber ocultado a su hija en un cajón de su cuarto desde el 18 de marzo de 2020 al 18 de febrero de 2023, cuando fue descubierta por una persona de visita que escuchó llorar a la chiquita.
Las autoridades confirmaron que la niña nunca había sido registrada tras su nacimiento y que la mujer había ocultado su existencia a su pareja y otras personas de su familia. “La niña había pasado toda su vida en el dormitorio, durmiendo en un cajón debajo de la cama”, indicaron.
Según indicaron los fiscales del caso, antes de ser rescatada, la nena “nunca había conocido la luz del día ni el aire fresco”.
Rachel Worthington, del Servicio de Fiscalía de la Corona, dijo que la niña no respondió a su propio nombre cuando fue encontrada y que a menudo su mamá dejaba que “se las arreglara sola” durante largos períodos, sin suficiente comida.
La nena estaba gravemente desnutrida, hasta el punto de que parecía un bebé de siete meses y no una pequeña de tres años, y que había sido alimentada con cereales machacados y leche a través de una jeringa.
También tenía paladar hendido y varios otros problemas se salud para los cuales su madre no había buscado tratamiento.
La trabajadora social que se encargó de la nena en el momento del suceso describió ante el tribunal un “horror abrumador”. Fue encontrada con cabello enmarañado, deformidades y erupciones. Según dijo, la mamá de la chiquita “no mostraba ninguna emoción”.
Al ser interrogada por la policía, la mujer dijo que no sabía que estaba embarazada y que estaba “realmente asustada” cuando dio a luz. También aseguró que la nena no estuvo guardado en el cajón debajo de la cama todo el tiempo y que el mueble nunca estuvo cerrado.
Además, afirmó que su hija “no era parte de la familia”. Con lágrimas en los ojos, la mujer declaró ante el tribunal que sus otros hijos, a quienes decía haber cuidado bien, ya no vivían con ella.
El juez Steven Everett dijo que la mujer había “privado a esa niñita de todo amor, de todo afecto adecuado, de toda atención adecuada, de toda interacción con los demás, de una dieta adecuada, de la atención médica que tanto necesitaba”.
“Una niñita inteligente que quizás ahora esté volviendo a la vida, después de haber estado casi muerta en esa habitación”, añadió.