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Juan Cruz Real, el DT que recibió una enseñanza clave de César Menotti y sueña con dirigir a Independiente

Como futbolista, cumplió su sueño de hincha de jugar en el Rojo y pasó por varios equipos de la Argentina y el exterior. En la actualidad es el entrenador de Belgrano de Córdoba, donde aplica las lecciones que aprendió en la liga de Canadá y busca inculcar “conceptos académicos” al plantel.

Juan Cruz Real es un inquieto personaje que tiene el fútbol argentino. El entrenador de Belgrano de Córdoba no tuvo ningún reparo siendo muy joven para irse a jugar a Colombia y luego como técnico buscó hacer su historia en Canadá, Costa Rica, Venezuela y Colombia.

El tandilense cumplió el sueño del pibe, poder jugar en el club del cual es hincha: “Tenía 14 años y empecé viviendo en casas de familia que trabajaban para Independiente. Hasta que mis padres tomaron la decisión de mudarse a Avellaneda y pude vivir con ellos. Fue una decisión de amor porque ellos dejaron la ciudad de toda su vida para que pudiéramos estar juntos. Recuerdo que el club les consiguió trabajo a mis viejos y yo me entregaba al máximo para retribuir todo ese esfuerzo para mi familia”.

“Soy hincha y respeto al entrenador de turno, pero mi deseo es dirigir en algún momento a Independiente. Dios sabrá cuándo”, se ilusionó.

El destino del fútbol quiso que un joven Juan Cruz Real fuera dirigido por César Luis Menotti. En diálogo con TN, lo recuerda de una manera especial: “Me hubiese gustado tenerlo siendo yo mucho más grande porque en esa época era un pibe que recién empezaba en la primera de Independiente. Lamento no haber podido absorber todo su conocimiento porque mi propósito solo era poder jugar. Algo lógico en un chico de 19 años. Menotti con sus metáforas te decía muchas cosas y desde su simplicidad tenía un gran poder de convencimiento. Era muy gráfico para enviar sus mensajes y al margen del nivel intelectual del jugador, uno lo podía entender porque tenía mucha claridad para explicar. Con nosotros fue muy paternalista y chicos como Ángel ‘Matute’ Morales, Cristian Díaz y Francisco Guerrero evolucionaron muchísimo porque Menotti les dio continuidad”.

Juan Cruz Real, junto al arquero Faryd Mondragón en Independiente (Foto: Gentileza Juan Cruz Real)
Juan Cruz Real, junto al arquero Faryd Mondragón en Independiente (Foto: Gentileza Juan Cruz Real)

¿Qué sueños tenía ese pibe que vivía en Tandil?

Yo fui un chico que creció en el interior sin la tecnología que tienen los pibes de ahora. Para nosotros poder ver un partido que se jugaba en Buenos Aires era excepcional, pero ya cuando me probé y pude quedar en Independiente los sueños se empezaron a incrementar. Vengo de una tierra de tenistas, pero lo mío siempre fue el fútbol. Vengo de una familia de clase trabajadora, donde nunca me faltó nada pero no dejábamos de ser laburantes. Crecí como futbolista en Independiente de Tandil, donde surgieron los hermanos Pérez Roldan, Patricia Tarabini y Juan Martin Del Potro. Tuve que ir tres veces en 1991 para ser fichado en Independiente.

¿Qué recordás del debut?

El que me impulsó para llegar a primera fue Humbertito Grondona y luego tomó al equipo Miguel Ángel López, que venía de dirigir en México. Fue un sueño debutar en primera porque siempre fui hincha de Independiente, pasión que me transmitió mi papá. Yo no me hice hincha cuando empecé a jugar en Independiente. Recuerdo que en 1985 fuimos a ver Santamarina -Independiente por el torneo nacional. Fui a ver al Rojo que ya había salido campeón del mundo y esa fue la primera vez. Por eso, poder debutar con esa camiseta fue un sueño.

¿Cómo anduviste?

Como Independiente estaba jugando partidos determinantes de Supercopa, muchos pibes tuvimos la chance de jugar en primera. Debuté el 29 de octubre de 1995 en la cancha de Ferro contra Deportivo Español y ganamos 1-0 con un gol de Carlos Casartelli. Esa tarde debutaron además Cristian Díaz y Javier Páez, que jugó de número 5. A pesar de que no jugué un partidazo, me quedó marcado para siempre. Fui reemplazado por Gabriel “Gurí” Alvez.

Juan Cruz Real aparece en la tapa de la revista Solo Fútbol después de un Vélez 2-Independiente 3 por la fecha 3 del Apertura 1996 en Liniers. (Foto: Gentileza Juan Cruz Real)
Juan Cruz Real aparece en la tapa de la revista Solo Fútbol después de un Vélez 2-Independiente 3 por la fecha 3 del Apertura 1996 en Liniers. (Foto: Gentileza Juan Cruz Real)

¿Cómo conviviste con dos campeones del mundo?

Tuve de compañeros a Néstor Clausen y Jorge Burruchaga. Imaginate que yo los veía en la TV desde Tandil cuando levantaban la copa del mundo. Todo eso era muy fuerte. Ese Independiente tenía a Faryd Mondragon, Roberto “Toro” Acuña y Fabián Carrizo, que ya eran jugadores consagrados. Mi primer televisor a color lo tuvimos cuando Argentina estaba jugando el mundial de 1986 y diez años después pude jugar con Clausen y Burruchaga.

¿Te dolió irte de Independiente?

Analizándolo con el paso de los años, no hubiera buscado salir de Independiente. Yo busqué la salida a pesar de que Héctor Grondona (presidente de Independiente) me decía que no me fuera del club. Pero estaba en un pico hormonal propio de la juventud y lo único que quería era jugar al fútbol. A partir de eso el club me empezó a dar a préstamo. No tendría que haberme ido. Tuve ciertas condiciones para jugar en primera división, pero como no fui un destacado nunca me terminé de consolidar. Y cuando lo analizo en frío, creo que esto de ser entrenador nació porque no me pude realizar como yo quise como jugador de fútbol. Siento una gran pasión por el juego, pero me quedó una espinita porque pretendía dar mucho más como jugador de fútbol.

¿Qué encontraste en Deportivo Español?

Era un club que no paraba de recibir jugadores y la mayoría llegaba de Boca. En ese equipo estaban José “Pepe” Basualdo y Héctor Almandoz, que venían de ser campeones con sus equipos. Español venía de la problemática de sus seis jugadores libres (NdR: un conflicto que derivó en una huelga general de futbolistas en 1997) y encima estaba peleando por el descenso. Éramos muchos jugadores, pero el técnico Eduardo Manera no contó con el tiempo necesario para darle funcionamiento al equipo.

¿Cómo apareció Canadá en tu vida?

Siempre fui inquieto porque voy en busca de conocimiento. Siendo jugador me fui a jugar a Colombia con 21 años. Y en la etapa final de mi carrera, cuando las lesiones me impedían jugar al cien por ciento, terminé en el fútbol de Canadá. Elegí ese país porque en 2003 la situación en la Argentina no era la mejor. Fuimos por poco tiempo y me terminé quedando diez años. Tengo una hija que es canadiense. A pesar de que el clima se torna complicado, allá empecé mi carrera como entrenador, con grandes proyectos de capacitación. Canadá tiene otra visión de lo organizativo y yo traigo bastante de eso. En el proceso formativo tuve a cuatro jugadores canadienses que fueron al Mundial de Qatar 2022. Tanto Canadá como Estados Unidos evolucionaron mucho en los últimos 20 años.

Juan Cruz Real es el entrenador de Belgrano de Córdoba (Foto: AFP)
Juan Cruz Real es el entrenador de Belgrano de Córdoba (Foto: AFP)

¿Y por qué dejaste el orden de Canadá?

Dejé la etapa formativa porque necesitaba competir. Empecé trabajando en Costa Rica, luego en 2016 me vine para Argentina siendo ayudante de campo de Cristian Diaz en Olimpo de Bahía Blanca, como técnico principal dirigí a Estudiantes de Mérida (Venezuela) pero fue en Colombia donde más me desarrollé. Pero como me desarrollé en la formación, cada vez que llegó a un club me interiorizo con que nivel de jugadores cuenta en sus divisiones inferiores. Reconozco cosas en los juveniles que a lo mejor otros entrenadores de primera no tienen. El fútbol de “vida o muerte” te pone a prueba permanentemente porque quiere saber si estás dispuesto a pertenecer a ese ambiente.

¿La Argentina siempre estuvo en tu mira?

Siempre estuvo el deseo de volver al fútbol argentino a pesar de haber dirigido equipos importantes como América de Cali y Junior de Barranquilla. Percibí que desde Argentina lo tienen como muy lejano al fútbol colombiano. Como que desde acá no se le da el valor que ese fútbol tiene. En el fútbol argentino es muy difícil imponerse porque tiene un desarrollo del juego muy particular. El jugador suele triunfar en el exterior porque tienen un alto nivel y mucho tiene que ver el gran poder de adaptación que tienen a diferentes culturas. Además es determinante en la Argentina el nivel de competencia que tiene en divisiones juveniles. En Independiente los clásicos te los hacían vivir como si fueran partidos de primera.

¿Dónde posicionas al técnico argentino?

El técnico argentino, producto de la gran competencia del medio, debe poner a prueba permanentemente su inteligencia. Nuestro fútbol es muy particular y creo que la ventaja con la que cuento es que, al haber trabajado en otros países, tengo en claro que el fútbol no es igual en todas partes. La formación teórica es esencial para luego poder transmitirla a los jugadores. Es importante la sensibilidad, pero poder transmitirlo claramente es importante. En otras palabras, no quedarnos simplemente con el vestuario, sino aportar conceptos académicos a los jugadores. Esa es una diferencia bien marcada del entrenador europeo sobre el resto.

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