**¡MAS DENUNCIAS DE FALTA DE ATENCIÓN EN EL HOSPITAL FLEITAS!**
La atención médica es un derecho fundamental de toda persona, y cuando este derecho no se cumple, las consecuencias pueden ser desastrosas. Recientemente, se ha desatado una ola de quejas relacionadas con la falta de atención en el Hospital Fleitas, que han puesto en manifiesto una crisis en el sistema de salud de nuestra comunidad. La situación que vivió un ciudadano cuando su hermano sufrió un accidente y tuvo que esperar tres horas para recibir atención médica es solo una de las muchas denuncias que están circulando.
La experiencia angustiante de esperar interminables horas en un hospital puede ser devastadora, especialmente en casos de urgencia. En el relato de esta denuncia, un joven sufrió una fractura de clavícula y, a pesar de su evidente necesidad de atención, se encontró en un limbo de espera debido a la falta de médicos disponibles. Para cualquier persona, esta podría ser una experiencia traumática, y para las familias involucradas, es emocionalmente desgastante. La espera interminable ante una lesión severa no solo incrementa el dolor del paciente, sino que también puede conducir a complicaciones más serias si no se recibe atención inmediata.
El hecho de que, tras una larga espera sin respuesta, la familia se viera obligada a trasladar al paciente al Hospital Perrando es una clara señal de que hay un problema estructural en el Hospital Fleitas. Este tipo de situación no debería ser la norma, sino la excepción, y resalta un tema crucial: la disponibilidad y la asignación adecuada de recursos en los hospitales públicos. A medida que la población crece y la demanda por servicios de salud aumenta, es fundamental que las instituciones médicas se adapten y respondan de manera efectiva.
Los ciudadanos tienen el derecho de preguntar: ¿Por qué los médicos no estaban disponibles para atender emergencias? ¿Dónde estaba la supervisión adecuada que garantizara un funcionamiento eficiente? A menudo, la insatisfacción en el sistema de salud puede agitarnos como una comunidad, pero es esencial transformar esta frustración en acción. La administración del hospital y su directora, licenciada Karina Martínez, tienen la responsabilidad de ofrecer respuestas claras y soluciones efectivas a estos problemas. La falta de atención puede interpretarse como un abandono de funciones que no se puede tolerar en instituciones que se encargan del bienestar de la población.
Desde el momento en que un paciente ingresa a un hospital, tiene la expectativa de ser atendido con rapidez y dignidad. La salud es un derecho, y es el deber del sistema de salud asegurar que esos derechos sean respetados. La desatención, las largas esperas y el mal manejo de emergencias son señales de que algo no está funcionando correctamente y demandan cambios urgentes en la administración hospitalaria.
La comunidad necesita a sus representantes, desde el Ministro de Salud, Sergio Rodríguez, hasta el Subsecretario Marcelo Ojeda, y el Supervisor de Zona, Dr. Pagano, para que tomen en serio estas quejas. No se trata simplemente de números y estadísticas; se trata de vidas humanas, de compromisos que han sido olvidados o mal gestionados a lo largo del tiempo. La sociedad civil tiene el derecho de exigir explicaciones y cambios. Es fundamental que se lleve a cabo una investigación sobre estos casos denunciados y que se presenten soluciones realistas y efectivas para garantizar que nadie más tenga que esperar horas en condiciones críticas.
Es hora de alzar la voz como vecinos y ciudadanos, y de poner de relieve que merecemos un sistema de salud que funcione adecuadamente, que cuente con el personal médico necesario y que priorice la atención al paciente. Este clamor no es solo por el paciente que tuvo que ser trasladado de urgencia, sino por todos aquellos que, en silencio, han enfrentado situaciones similares.
La salud de nuestra comunidad debería ser una prioridad, y no podemos quedarnos callados ante la falta de atención y recursos en nuestros hospitales. Exigimos cambios, transparencia y, sobre todo, una respuesta eficaz por parte de quienes tienen la responsabilidad de cuidar de nuestra salud. Solo así podremos garantizar que los errores del pasado no se repitan y que todos tengan acceso a la atención digna que merecen.
