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Bienestar

El hábito que puede complicar una cirugía y que los pacientes suelen ocultarles a los médicos

El anestesiólogo y el cirujano deben saber todas las costumbres de una persona antes de someterla a una intervención quirúrgica.

El uso clínico excesivo de marihuana está relacionado con una variedad de complicaciones después de una cirugía. Los riesgos incluyen coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, dificultades para respirar, problemas renales e incluso la muerte.

Un reciente trabajo publicado en la edición de septiembre de la revista Plastic and Reconstructive Surgery revela que los pacientes de cirugía plástica que consumen marihuana con frecuencia presentan niveles más altos de nicotina en sus cuerpos. Esta investigación, liderada por el Dr. Yi-Hsueh Lu del Centro Médico Montefiore en Nueva York, se centró en analizar el consumo tanto de marihuana como de nicotina en pacientes que optaban por procedimientos estéticos electivos.

El estudio involucró a 135 pacientes que acudieron a una clínica en busca de cirugías electivas. Los resultados mostraron lo siguiente:

  • El 50% de los participantes no consumía ninguna de las sustancias.
  • Un 19% reportó ser consumidor activo de nicotina.
  • Un 7% dijo consumir marihuana activamente.
  • Un 13% admitió usar ambas sustancias de manera regular.
  • Además, un 11% señaló haber consumido marihuana en el pasado, pero no de manera actual.

Conforme a las recomendaciones de la American Society of Regional Anesthesia and Pain Medicine (ASRA), debe preguntarse a todos los pacientes que se sometan a procedimientos quirúrgicos que requieran anestesia regional o general si utilizan la droga, con qué frecuencia y de qué forma.

Una de las razones: los pacientes que consumen cannabis con regularidad pueden experimentar dolor más intenso y náuseas después de la operación y pueden requerir más analgesia con opiáceos, afirmó el grupo.

Apresurarse a fumar después de una cirugía plástica en la cara, como una rinoplastia, lamentablemente es buscar problemas (Foto: Adobe Stock)
Apresurarse a fumar después de una cirugía plástica en la cara, como una rinoplastia, lamentablemente es buscar problemas (Foto: Adobe Stock)

Un dato preocupante que surgió de la investigación es que menos de un tercio de los pacientes que consumían activamente marihuana o nicotina lo informó al personal médico antes de someterse a procedimientos quirúrgicos. Este hecho pone en riesgo su seguridad, ya que la combinación de estas sustancias puede aumentar las complicaciones durante y después de la cirugía, aunque en este estudio específico no se encontró una relación directa entre los niveles de nicotina y un aumento en las complicaciones posoperatorias.

Sin embargo, los autores del estudio subrayan que el consumo de productos que contienen nicotina, incluida la marihuana, sigue siendo una preocupación significativa en el ámbito clínico, ya que puede representar un riesgo quirúrgico no reconocido.

El plan de anestesia o retrasar la intervención

“Antes de una intervención quirúrgica, los anestesiólogos deben preguntar a los pacientes si consumen cannabis, ya sea con fines medicinales o recreativos, y estar preparados para modificar el plan de anestesia o retrasar la intervención en determinadas situaciones”, declaró en un comunicado de prensa sobre las recomendaciones el Dr. Samer Narouze, presidente de la American Society of Regional Anesthesia and Pain Medicine y autor principal de la guía.

Fumar marihuana ¿afecta la recuperación?

“La falta de información precisa por parte de los pacientes sobre el consumo de productos como la nicotina y la marihuana afecta directamente la toma de decisiones médicas en cuanto a la viabilidad de ofrecer procedimientos electivos”, advierten los autores. A pesar de que no se demostró una correlación directa entre un resultado positivo en los análisis de orina y complicaciones graves, el consumo de estas sustancias sigue siendo un factor de riesgo que debe ser evaluado.

Este estudio pone de manifiesto la importancia de que los pacientes informen con precisión a sus médicos sobre cualquier consumo de sustancias, para garantizar su seguridad durante el proceso quirúrgico. Además, sugiere que los profesionales de la salud deben ser más proactivos al investigar el historial de consumo de sus pacientes, en especial en cirugías estéticas donde los riesgos asociados al uso de sustancias como la nicotina y la marihuana pueden pasar desapercibidos.

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