La acefalía del Partido Justicialista está lejos de resolverse, en un escenario de incertidumbre reforzada por el escándalo de la denuncia por violencia de género contra Alberto Fernández, quien renunció a la presidencia partidaria, en la que ya estaba de licencia. Con una fecha de elecciones internas fijada para el 17 de noviembre, los candidatos a tomar la conducción del partido escasean y, entre ellos, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, es el que se muestra con más ahínco. Su nombre cosecha respaldo en algunos sectores que lo consideran una buena alternativa, pero su intención no cuenta con unanimidad. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, le mostró respaldo al visitar La Rioja y en sectores del interior del país lo evalúan de forma positiva. Sin embargo, no alcanza el aval total de la tropa bonaerense y La Cámpora no lo respalda.
La presencia de Kicillof en La Rioja, hace dos semanas, para acompañar a Quintela en la presentación de la nueva Constitución provincial, fue todo un gesto de apoyo, aunque ese apuntalamiento se suele relativizar en el círculo más cercano al mandatario. “Por ahora, no está hablado ni discutido”, afirmó una fuente de confianza de Kicillof ante la consulta de LA NACION sobre el aliento al riojano. “No hay nada definido”, señaló un miembro del gabinete bonaerense.
Por fuera del entorno más próximo a Kicillof, su apuesta por Quintela, que la semana pasada fue recibido por el papa Francisco, se da por descontada. “Sería el candidato menos traumático y no habría elementos para que lo cuestionen severamente. A Kicillof le vendría bien, porque se sacaría un lío de encima”, subrayó un dirigente del peronismo de la tercera sección electoral que no dudó en señalar que la conducción del PJ sería un problema extra para el gobernador. “Axel lo apoya, y se supone que [Quintela] tiene buen diálogo con Cristina. Y tampoco hay decenas de candidatos”, sostuvieron cerca de un funcionario provincial.
“Hay un consenso sobre que Quintela podría ser. Tiene su banca: Axel yendo a La Rioja, algunos intendentes, apoyo de la institucionalidad del PJ. Pero también hay un grupo de mujeres que plantean que sea una mujer, [la senadora] Lucía Corpacci”, advirtió a LA NACION una fuente del justicialismo porteño.
Corpacci, exgobernadora de Catamarca, es señalada por fuentes partidarias como una candidata con respaldo de la expresidenta Cristina Kirchner.
En el interior, algunas señales a favor de Quintela se comienzan a expresar. “Realizó diferentes esfuerzos para construir consensos básicos entre referentes del Partido Justicialista, por lo tanto, esto se va encaminando. La inmundicia de lo que sucedió con Alberto Fernández saboteó parte de esta discusión. Quintela está haciendo los deberes. No se sabe qué pasará en este nuevo contexto”, dijo a LA NACION un dirigente del peronismo del norte del país. Una fuente justicialista cuyana, en tanto, repitió la postura a favor de Quintela, aunque aclaró que “hay que cuidar que no se crea que va a ser candidato a presidente de la Nación”, un lugar que interpreta reservado para Kicillof.
Pero Quintela -que muestra un perfil de férreo opositor al presidente Javier Milei, al punto de haber prometido renunciar si el libertario ganaba, de emitir una cuasimoneda en su provincia y de pedirle al jefe del Estado que se “corra” del cargo- no seduce al conjunto del peronismo. En la tropa bonaerense existen reparos, incluso cerca de Kicillof. Un dirigente de trato permanente con el gobernador considera que el riojano no es “confiable”.
Entre los intendentes del conurbano bonaerense, el gobernador de La Rioja es una alternativa que no se desecha, pero que tampoco entusiasma. “Está caminando sobre todo el norte del país, no lo descarto. Fue todo el mundo [a La Rioja, por la presentación de la nueva Carta Magna provincial]. Es un buen compañero, pero cualquiera de los intendentes tiene más votos”, indicó un jefe comunal del Gran Buenos Aires. “No es tan fácil entrar en el entramado bonaerense”, añadió.
“Quintela quiere. No cuenta con respaldo de La Cámpora y Kicillof está jugando con él. Pero falta”, describió otro intendente peronista de un distrito del conurbano. “Quiere ser presidente de la Nación y del PJ. No lo veo y no me siento cómodo ahí”, resaltó un jefe comunal que fue invitado a La Rioja para la presentación de la Constitución, pero no asistió.
El camporismo tiene bajo su control la presidencia del PJ bonaerense, que ejerce Máximo Kirchner, pero según fuentes partidarias está a la espera de definiciones de Cristina para el partido nacional. El nombre de la expresidenta es uno de los múltiples que se barajan para la titularidad partidaria, aunque muy pocos creen que asuma esa responsabilidad.