Este domingo Agustina Fernández hubiera cumplido 22 años, pero un vecino que estaba obsesionado con ella la asesinó a golpes en julio de 2022 en la ciudad rionegrina de Cipolletti. En las últimas horas, su mamá le dedicó un conmovedor mensaje en las redes sociales.
“En unas horas tendrías que estar festejando tu cumpleaños 22, acá con los que dejaste sin aire, sin vida, sin tu luz. No te puedo pedir más, porque hasta fuiste donante, porque en tu corta vida nos enseñaste más de lo que juntos con papá podríamos haberte enseñado”, escribió en su perfil de Facebook Silvana Capello, madre de Agustina.
Y completó: “Espero esta noche me vengas a visitar, como te dije no te pido más, el cielo estará de fiesta, mi corazón está con vos… mi vida se está yendo hacia vos, mi niña… Te amo”. En pocas horas, la publicación de Capello tuvo miles de reacciones y cientos de comentarios.
El femicidio de Agustina Fernández
El 2 de julio de 2022 la joven estudiante de 19 años fue encontrada en grave estado en la casa de un vecino, Pablo Parra, quien en ese momento no se encontraba en el lugar. La primera hipótesis fue que Agustina había sido atacada durante un intento de robo.
Con el correr de las horas, Parra declaró que la había invitado a cenar y que cuando la joven llegó, él salió a hacer unas compras para preparar la comida. Al regresar, la vio tendida en el living, gravemente herida, y parte de la casa revuelta.
Sin embargo, la fiscalía demostró que Parra salió efectivamente con su vehículo, pero lo estacionó a unas cuadras de distancia y volvió caminando a su vivienda, aunque no ingresó por la puerta principal, sino que lo hizo por el patio, desde una obra en construcción, tras saltar el paredón.
Una vez que estuvo en el interior, sorprendió a Agustina golpeándola a traición en la cabeza y se escapó, saltando nuevamente el paredón para ir a buscar su auto. Lo que no tuvo en cuenta fue que, al hacerlo, dejó un trozo de tela de su pantalón en la concertina colocada por seguridad. También se encontró su ADN debajo de las uñas de la víctima.
Durante el juicio, se demostró que Parra estaba “obsesionado” con Agustina, quien mantenía una relación afectiva con otro joven, y el imputado fue condenado a la pena de prisión perpetua.