El juicio contra Martín del Río por el doble parricidio en Vicente López comenzará el próximo 9 de diciembre a las 10:00 en el Tribunal en lo Criminal N° 7 y será ante un jurado popular. María Ninfa Aquino -más conocida como “Nina”-, la empleada doméstica del matrimonio asesinado y que estuvo detenida injustamente, será testigo.
El hijo de las víctimas está imputado por el delito de “doble homicidio calificado por alevosía”, por el vínculo, por el uso de arma y por ser “criminis causae”. El abogado de “Nina, Hugo López Carribero, aseguró: “Mi clienta dirá todo lo que sabe, y su testimonio sera clave para que Del Río sea condenado a prisión perpetua”.
El documento que detalla el inicio del debate oral indica que el mismo durará del lunes 9 al viernes 13 de diciembre en jornadas doble y que contará con 50 testigos. Entre ellos se encuentra Diego del Río, el hermano del acusado.
Así fue el doble parricidio en Vicente López
Martín del Río está acusado de haber asesinado a su papá José Enrique del Río, de 75 años, y a su mamá, María Mercedes Alonso, de 72, entre el 24 y 25 agosto de 2022 en su casa de Vicente López.
En un comienzo estuvo detenida “Nina” Aquino, la empleada doméstica, al creerse que fue la entregadora. Sin embargo, a los 13 días después fue sobreseída y se ordenó la detención del hijo menor del matrimonio.
Del Río hijo cayó tras ser individualizado como el “caminante encapuchado” que se observó en las cámaras de seguridad el día de los crímenes. Los fiscales sostienen que él ingresó a la casa de sus padres por el garaje y llevó a cabo “un plan que previamente había diagramado”.
Los fiscales detallaron que el acusado primero baleó a su padre y luego a su madre, a una distancia de menos de 50 centímetros: “El proyectil ingresó por la zona superior a la ceja derecha generando la pérdida del globo ocular derecho, todo lo cual provocó la muerte inmediata”.
Para la Justicia, el móvil del doble parricidio fue económico y sobre ello, mencionaron una frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del edificio Chateau Libertador del barrio porteño de Núñez, que el acusado nunca pudo concretar. Asimismo, también se estima que las víctimas iban a descubrir los desmanejos financieros que había tenido en los negocios familiares.