Las aftas bucales, también conocidas como úlceras orales, son pequeñas lesiones dolorosas que aparecen en la mucosa de la boca. Las causas de las aftas bucales pueden variar. Factores como el estrés, cambios hormonales, deficiencias nutricionales y lesiones en la boca pueden contribuir a su aparición.
Además, algunas personas pueden ser más propensas a desarrollarlas debido a condiciones genéticas o a un sistema inmunitario debilitado.
Comprendiendo las aftas bucales
Las aftas suelen aparecer en la parte interna de las mejillas, el paladar, la lengua o la base de las encías. Estas lesiones, que suelen ser de color blanco o amarillo con un halo rojo, son conocidas por su dolor y pueden dificultar actividades cotidianas como comer, hablar y tragar. Generalmente no requieren tratamiento médico y tienden a desaparecer por sí solas en una o dos semanas. Sin embargo, para aquellos que sufren de brotes frecuentes o aftas particularmente dolorosas, existen opciones para acelerar el proceso de curación y aliviar el dolor.
Existen diversos factores que pueden desencadenar la aparición de aftas bucales. Entre ellos, se encuentran: el estrés, cambios hormonales, deficiencias nutricionales (especialmente de vitamina B12, hierro y ácido fólico) y ciertas condiciones médicas subyacentes. Además, algunas personas pueden experimentar aftas después de haber sufrido una lesión en la boca, como mordeduras accidentales o irritación por cepillado dental.
Si los brotes son recurrentes o severamente dolorosos, es aconsejable consultar a un profesional de la salud. En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos tópicos o incluso tratamientos orales que ayudan a controlar la aparición de estas llagas. También es importante prestar atención a la dieta, intentando evitar alimentos ácidos, picantes o muy salados que puedan agravar la irritación.
Cuidando la boca para evitar aftas
Un artículo del Ministerio de Salud de Buenos Aires dice que es posible tomar algunas precauciones que pueden evitar el desarrollo de aftas bucales comunes. La mejor manera de prevenir la aparición de aftas bucales es mantener una buena higiene oral y un estilo de vida saludable. Algunos consejos para reducir el riesgo incluyen:
- Cepillar los dientes suavemente con un cepillo de cerdas suaves para evitar lesiones en la boca.
- Usar un enjuague bucal sin alcohol que no irrite la mucosa oral.
- Evitar alimentos que puedan desencadenar aftas, como frutas ácidas, alimentos picantes y chocolate.
- Mantener una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales, particularmente vitamina B12, hierro y ácido fólico.
- Gestionar el estrés mediante técnicas de relajación, ejercicio y un descanso adecuado.
Además de estos hábitos, es recomendable evitar el uso de pastas dentales y enjuagues bucales que contengan lauril sulfato de sodio (LSS) ya que esta sustancia puede irritar la mucosa bucal y favorecer la aparición de aftas.
Tratamientos para aliviar el dolor y acelerar la curación
Aunque las aftas bucales suelen desaparecer por sí solas, existen varios tratamientos que pueden ayudar a aliviar el dolor y acelerar la curación. Entre ellos se encuentran:
- Enjuagues bucales de agua salada. Este método simple y efectivo ayuda a reducir la inflamación y el dolor. Se recomienda enjuagar la boca varias veces al día con una solución de agua tibia con sal.
- Pomadas y geles tópicos. Existen productos específicos en el mercado que se pueden aplicar directamente sobre las aftas para protegerlas y disminuir el dolor. Algunos de estos productos contienen ingredientes como benzocaína, un anestésico local que adormece el área afectada.
- Productos naturales. El uso de ciertos productos naturales, como la miel o el aloe vera, también puede ser beneficioso. La miel tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, mientras que el aloe vera puede calmar y acelerar la cicatrización de la mucosa oral.
- Alivio con hielo. Chupar cubitos de hielo pequeños puede ayudar a adormecer el dolor temporalmente y reducir la inflamación.
La clave para gestionar las aftas bucales radica en escuchar a tu cuerpo y adoptar medidas para mantener la salud bucal.