Patricia Bullrich volvió a meterse de lleno en la discusión de la Bicameral de Inteligencia en el Congreso y desafía a Santiago Caputo en la disputa que mantienen el asesor estrella de Javier Milei y su hermana, Karina Milei, contra la vicepresidenta Victoria Villarruel por la conducción de la comisión.
Fuentes parlamentarias revelaron a LPO que la ministra de Seguridad envió este miércoles a un almuerzo en la Cámara Alta al ex senador Pablo Walter, quien actualmente se desempeña como subdirector ejecutivo en la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC), para reunirse con el legislador Martín Göerling. La cita revela que Bullrich apoya la apuesta de Villarruel para que el misionero presida la Bicameral de inteligencia contra los deseos de Caputo, que promueve al entrerriano Edgardo Kueider para ese lugar.
“Göerling debería ser presidente por acuerdo de los bloques cerrado en marzo pero eso la excede a Patricia”, dijeron a LPO cerca de Bullrich.
Lo paradójico es que Göerling es el sucesor de Humberto Schiavoni, a quien se le atribuye lealtad con Mauricio Macri. Hasta ahora, la interpretación extendida en los despachos legislativos era que la cercanía o afinidad entre Villarruel y el ex mandatario explicaban el impulso al misionero pero la intervención de Bullrich aportaría nuevos condimentos a la disputa.
La pelea por el manejo de ese cuerpo es central para la Casa Rosada, sobre todo después de que el Presidente se percatara que los aliados amagan con voltearle el decreto de ampliación de los fondos reservados para la SIDE, tal como informó LPO.
Pero también reviste suma importancia para Bullrich, quien ya se había zambullido en la puja por la conformación de la comisión cuando se enteró que el titular en funciones de la Bicameral, Leopoldo Moreau, había recogido los testimonios de los detenidos durante la represión policial de la protesta contra la ley Bases el 12 de junio pasado.
El diputado kirchnerista reveló que los manifestantes apresados habían sido sometidos a interrogatorios políticos, lo cual constituye una vulneración inédita a las garantías constitucionales desde el retorno de la democracia. Si ese escándalo escalara, los agentes de las fuerzas de seguridad que la ministra maneja y que hubieran participado de esos apremios ilegales podrían costarle caro.
En ese contexto, Bullrich había apurado la conformación sin que la integrara el peronismo. Aunque Martín Menem estaba dispuesto a seguirle el juego, Miguel Angel Pichetto habría puesto el grito en el cielo y, tal vez en represalia a esos pruritos institucionales, el Poder Ejecutivo habría encargado al riojano que declinara el ofrecimiento a Emilio Monzó para que ocupara un lugar en la Bicameral.
Ese destrato detonó profundamente la relación del rionegrino con Menem y la relación entre Hacemos Coalición Federal y los libertarios se congeló. Pero, además, alineó a los otros bloques aliados contra el titular de la Cámara Baja, algo que terminó de consolidarse con la expedición de seis diputados oficialistas al penal de Ezeiza para entrevistarse con Alfredo Astiz y otros represores condenados por crímenes de lesa humanidad.
No obstante, las dificultades de la Casa Rosada para controlar la comisión se agudizaron en las últimas horas. Un legislador experimentado le dijo a LPO que el oficialismo no tiene los votos para ungir a Kueider al frente de la Bicameral: “ni siquiera lo votan los libertarios”, graficó.
Los miembros de La Libertad Avanza (LLA) que integran esa comisión son nada menos que Gabriel Bornoroni y César Treffinger. Ambos responden directamente a Menem y su rebeldía sería un desaire rotundo a Caputo y la hermana del Presidente.
Tampoco votarían a Kueider los seis peronistas que se anotaron provisoriamente, por las dudas que la Bicameral sesionara de urgencia y trataran de quitarles espacio: Germán Martínez, Paula Penacca, Moreau por Diputados; Oscar Parrilli, Wado De Pedro y Florencia López por el Senado.
Los otros seis integrantes se reparten entre la UCR, con las senadoras Mariana Juri y Edith Terenzi y la diputada Mariela Coletta; el PRO, con Cristian Ritondo y el propio Göerling; y el entrerriano Kueider.
Cerca de Villarruel explicaron a LPO que la batalla se libra en diversos frentes a la vez. Por caso, citaron que la nota elevada por el radical Francisco Monti y Nicolás Massot contra Juan Carlos Pagotto para que ponga en funcionamiento la Bicameral de DNU también llevaba la firma del correntino Carlos “Camau” Espínola, compañero de bancada de Kueider. “Espínola puso la firma para que el oficialismo tome nota de la bronca de Kueider si lo bajan de la Presidencia”, comentaron.
Como sea, el senador del PRO parecía cosechar más adhesiones que el entrerriano al cierre de esta nota. Si bien las chances de que prevalezca el candidato de la Vice contra la jugada de Caputo y Karina no eran tan elevadas cuando comenzó la refriega, el desgaste sufrido por Menem a raíz de sus limitaciones para conducir la Cámara y el bochorno institucional de la visita a los represores podrían haber cambiado la relación de fuerzas.
Para colmo, emisarios de Villarruel se habrían encargado de hacerle saber a Milei que Kueider “juega bien” con ella pero habla pestes de él y su hermana Karina. Ya en la entrevista que le concedió a LPO, el senador manifestó que “Villarruel está haciendo lo que debería hacer Milei”.