Los demócratas ya no tienen dudas: Kamala Harris será su candidata presidencial tras la renuncia de Joe Biden a su intento de reelección. Salvo un imponderable, la actual vicepresidenta tiene virtualmente asegurada su postulación y será rival de Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
Harris dio este lunes pasos fundamentales para asegurarse la nominación demócrata. Tras el respaldo del gobernador de California, Gavin Newson, que era el potencial contrincante de mayor peso en una eventual interna, otros cinco gobernadores demócratas le dieron su apoyo. No fueron adhesiones menores. La lista incluye a una referente como Gretchen Whitmer, que gobierna el estado de Michigan y tiene un fuerte arraigo en las minorías árabes y afroamericanas y en la clase obrera.
“Estoy entusiasmada por respaldar a Kamala Harris para la presidencia de Estados Unidos”, dijo Whitmer en un comunicado conjunto con sus pares de Illinois, Minnesota y Wisconsin. El gobernador de Maryland, Wes Moore, también respaldó la candidatura de la vicepresidenta, así como el de Pensilvania, Josh Shapiro, y el de Illinois, J.B. Pritzker, todos potenciales rivales en una contienda interna.
El apoyo de Whitmer, de 52 años, es altamente significativo. Se trata de una estrella en ascenso en el ala progresista del Partido Demócrata. Enfrentada con Trump durante la pandemia de covid, fue blanco de un plan fallido de secuestro y asesinato organizado por un grupo de ultraderecha. Además, Michigan será uno de los estados clave en los comicios.
Pero el empujón definitivo vino de parte de la expresidenta de la Cámara de Representantes, la influyente Nancy Pelosi. ”Hoy, con inmenso orgullo y optimismo ilimitado en el futuro de nuestro país, respaldo a la vicepresidenta, Kamala Harris, para la Presidencia de Estados Unidos. Mi apoyo entusiasta a Kamala Harris para la Presidencia es oficial, personal y político”, afirmó en una carta.
Kamala Harris ya se aseguró un cuarto de los votos que necesita para obtener la nominación
La vicepresidenta reaccionó rápido y mostró sus aspiraciones. “Harris tiene dos ventajas. Una, que es la actual vicepresidenta y había sido elegida por Biden como compañera de fórmula. Y otra, que es quien más razones pareciera tener para ser candidata y la que posee más visibilidad. Su mayor desventaja es no que no logró brillar lo que suponía debía brillar como vicepresidenta. Lograba más visibilidad la entonces jefa de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que lo que Harris logró como titular del Senado”, dijo a TN el analista internacional Claudio Fantini.
En solo 24 horas, Harris se aseguró el voto de 531 delegados de los 3900 que deberán elegir al reemplazante de Biden en la convención nacional demócrata prevista para el 19 de agosto en Chicago, según un recuento del diario The Hill. La vicepresidenta, la primera mujer en ocupar ese cargo en el país y de ascendencia jamaicana y sudasiática, necesitará 1986 votos para ser designada oficialmente como candidata. En un solo día, se aseguró un cuarto de los sufragios necesarios para ganar la nominación. La convención incluso podría adelantarse al 1 de agosto, informó la CBS. No hay tiempo para perder.
También un gran número de legisladores y gobernadores se encolumnó detrás de su postulación. De los 263 senadores y 23 gobernadores demócratas, un total de 179 ya formalizó su apoyo a Harris contra 107 que aún guardan silencio, escribió The Washington Post. Incluso, más de una docena de congresistas hispanos anunciaron su adhesión a la vicepresidenta.
“Kamala Harris será la próxima presidenta de Estados Unidos. Prometo mi pleno apoyo para asegurar su victoria en noviembre”, dijo en X la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las primeras en formalizar su respaldo.
En tanto, los delegados demócratas de cinco estados se reunieron en forma virtual en las últimas horas y anunciaron su apoyo a la candidatura de Harris. Representan a Tennessee, Carolina del Sur, Carolina del Norte, New Hampshire y Florida.
El rol de Barack Obama y Nancy Pelosi
La vicepresidenta no ha perdido el tiempo. Desde el mismo momento en que se conoció la renuncia de Biden a la reelección, comenzó a moverse como virtual candidata. El respaldo del propio presidente le dio el impulso necesario, que se expandió con el apoyo de Bill y Hillary Clinton. La adhesión de Pelosi, una de las figuras más poderosas del partido, no dejó dudas.
En cambio, sorprendió la ambigüedad de Barack Obama, que ni siquiera la nombró en un extenso comunicado en el que pidió elegir a “un candidato extraordinario”. También están en silencio el jefe demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer. Son los últimos escollos que necesita sortear Harris para allanar el camino a su nominación.
Según la prensa estadounidense, Harris pasó el domingo al teléfono intentando sumar el apoyo de los principales referentes del partido en el Capitolio, entre los gobernadores y líderes sociales y sindicales.
Pero hay un condimento extra que Kamala Harris deberá usar para terminar de convencer a su partido de que es la mejor opción para derrotar a Trump. Deberá negociar a un o una compañera de fórmula de consenso, a menos de tres meses y medio de las elecciones. “El gobernador de California, Gavin Newson, es el mejor posicionado”, dijo Fantini en su diálogo con TN.
Por lo pronto, la campaña de Biden cambió su lema por “Harris para Presidenta”. En solo 24 horas, recaudó 81 millones de dólares en donaciones, que se suman a los 96 millones que tenía el presidente a fines de junio. La campaña aún no comienza, pero Harris ya está en carrera.