«Eso baja a las redes sociales a las cuentas libertarias, ahora parece que hay un ala villarruelista, que dicen ‘yo no voté a Karina Milei’, a lo que Santiago Caputo dice ‘entonces no entendiste nada hermano'», agregó Amorín.
«El ámbito digital es elegido no solo para dirimir internas sino para decidir si un funcionario sigue o no sigue. Es lógico que se traspase. Se habla de sicariato digital, de ataques, con personajes identificables. Ahora hablamos habitualmente del Gordo Dan«, señaló Cittadini, en referencia a Daniel Parisini, conocido tuitero libertario y a cargo de un programa en un canal de streaming oficialista.
«Parisini habla con Santiago Caputo, y en su streaming baja la línea paraoficial de la Casa Rosada. En el marco de la interna del Gobierno, quien lo ve, sabe que está hablando una parte de la Casa Rosada», expuso Schargrodsky.
Sin embargo, «mientras el Gordo Dan decía en su streaming que ‘se acabaron las internas’, Milei decía en otra entrevista que Karina había ido a la embajada a ‘arreglar el quilombo diplomático’ generado por el tuit de Villarruel. Entonces lo que se ve desde afuera es que no está todo armónico».
«Hay algo que no tiene que perder de vista el Gobierno y es que Villarruel no va a aflojar ni un tranco de pollo en lo que le convenga. Es alguien que, en absoluta soledad respecto al mainstream, militó a favor de la libertad de los genocidas. Está acostumbrada a los escarceos, a la lucha. Pensar que va a tener un repliegue es no conocer al personaje. Habría que preguntarse si el tuit y el enfrentamiento con Casa Rosada de Villarruel no fue para tapar la visita de los diputados a Alfredo Astiz», indicó el columnista.
El episodio protagonizado por los diputados libertarios Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci y María Fernanda Araujo, quienes visitaron a un grupo de genocidas en la cárcel, entre los que se encontraba Astiz, generó polémica al interior de La Libertad Avanza, e incluso el propio Milei intentó despegarse. La fórmula que se utilizó fue que actuaron «a título personal».
«Esa una excusa usada en ambos casos: tanto en el tuit de Villarruel como en la visita a los genocidas. Son funcionarios, no hacen nada a título personal, son públicos. Además, como excusa es muy flaca», afirmó Cittadini.
«Puede ser que la visita a Astiz no tenga relevancia. Pero tenés a un partido como el PRO, que se autopercibe ‘liberal’, a la americana. ¿Un partido como el PRO puede hacer un interbloque con diputados que van a visitar a Astiz? Son cuestiones que en la convivencia política pueden generar fricciones de acá en adelante», cerró Schargrodsky.