Los servicios de seguridad franceses rechazaron más de 4.000 solicitudes de acreditación para los Juegos Olímpicos de París 2024, entre otros motivos por espionaje y ciberataques, informó el domingo el ministro del Interior en funciones.
Gerald Darmanin dijo que las autoridades francesas han comprobado hasta ahora cerca de un millón de solicitudes de acreditación para los Juegos que comienzan el 26 de julio y habían rechazado a 4.340 personas, algunas de ellas por tener conexiones islamistas radicales o sospechas de ser espías extranjeros.
Cerca de un centenar fueron rechazadas por temor al espionaje o a que fueran agentes que intentaban obtener una acreditación usando una profesión diferente.
“Probablemente no estén allí para cometer atentados. Pero además de la inteligencia y el espionaje tradicionales, existe la posibilidad de acceder a puntos de entrada en redes informáticas para llevar a cabo un ciberataque”, dijo Darmanin al semanario Journal du Dimanche.
Darmanin añadió que se habían presentado como periodistas o técnicos y que sus países de origen eran Rusia y Bielorrusia, entre otros, que no nombró.
«Por ejemplo, rechazamos a un gran número de ‘periodistas’ que pretendían cubrir los Juegos. En cambio, aceptamos la presencia de rusos que trabajan para el Comité Olímpico Internacional (COI). Aplicamos el principio de precaución», dijo.
París desplegará 45.000 efectivos de seguridad para garantizar la seguridad de los Juegos y su singular ceremonia de apertura en río Sena, donde los atletas flotarán en barcazas ante cientos de miles de espectadores.
Los organizadores han reducido el número inicial de espectadores de 600.000 a unos 300.000.
Hace un año, el responsable de los Juegos Olímpicos de París declaró audazmente que la capital de Francia sería “el lugar más seguro del mundo” cuando los Juegos se inauguren este viernes. El pronóstico confiado de Tony Estanguet parece menos descabellado ahora con escuadrones de policías patrullando las calles de París, aviones de combate y soldados listos para despachar, e imponentes barreras de seguridad de metal erigidas como una cortina de hierro a ambos lados del río Sena que protagonizarán el espectáculo inaugural.
La enorme operación policial y militar de Francia se debe en gran parte a que los Juegos, que se celebrarán del 26 de julio al 11 de agosto, enfrentan desafíos de seguridad sin precedentes. La ciudad ha sufrido repetidamente ataques extremistas letales y las tensiones internacionales son altas debido a las guerras en Ucrania y Gaza.
En lugar de construir un parque olímpico con sedes agrupadas fuera del centro de la ciudad, como Río de Janeiro en 2016 o Londres en 2012, París ha optado por albergar muchos de los eventos en el corazón de la bulliciosa capital de 2 millones de habitantes, y otros en los suburbios que albergan a millones más. La instalación de estadios deportivos temporales en espacios públicos y la elección sin precedentes de realizar una ceremonia de apertura a lo largo de kilómetros del Sena hacen que su protección sea más compleja.
Los organizadores olímpicos también tienen preocupaciones por los ciberataques, mientras que los defensores de los derechos humanos y los críticos de los Juegos están preocupados por el uso en París de tecnología de vigilancia equipada con inteligencia artificial y el amplio alcance y escala de la seguridad olímpica.
En resumen, París tiene mucho en juego para garantizar la seguridad de 10.500 atletas y millones de visitantes.
(Con información de Reuters y AP)