El partido ante Ecuador sepultó las dudas que Lionel Scaloni había expresado ante de la Copa América que está por venir. Este nuevo punto de partida, con la confirmación del DT en el cargo (de mínima) hasta el Mundial 2026, dejó otras buenas noticias: hay presente y hay futuro para la Selección argentina.
El grupo está intacto
Sacando al particular caso de Paulo Dybala, la base del campeón mundial para todo lo que viene es prácticamente la misma. Ángel Di María, que se despedirá de la Selección después de esta Copa, luce intacto física y futbolísticamente. Lionel Messi, el gran capitán de barco, encontró en el Inter Miami un lugar a medida, absolutamente funcional a su prioridad: prolongar su presencia en Argentina hasta que su cuerpo y su espíritu digan basta. Pulgar para arriba para los dos cracks.
Los que llegaban tocados
La exhibición de recursos de Lisandro Martínez frente a Ecuador es otro punto alto para analizar. Las lesiones severas que lo sacaron de la cancha durante la última Premier League no han dejado secuelas. Los ecuatorianos, sobre todo, son prodigios físicos. Por eso el rendimiento de Licha es para destacar. Junto con el Cuti Romero marcaron la cancha y se hicieron dueños de la pelota, de los espacios y hasta del juego.
Enzo Fernández, cuarenta y cinco días después de una cirugía, también sumó minutos. Para los que llegaban justo, pulgar arriba.
La motivación
Salvo Messi y Fideo, ningún jugador se siente dueño del puesto, ni siquiera Dibu Martínez, aunque sea un indiscutido. No sobran a nadie, se juega con seriedad, y se pelea en cada práctica y cada partido para cuidar el lugar deseado. No es anecdótico el hecho de que varios de los que serán parte de la Copa América y han sido campeones mundiales también quieran participar de los Juegos Olímpicos. Pulgar arriba para el aspecto anímico.
Los goles ya van a venir
Es curioso que Lautaro Martínez y Julián Álvarez sufran la falta de gol en un conjunto multicampeón, con funcionamiento aceitado. Pero ocurre. Y se nota.
Basta con recordar el desahogo del delantero del Inter cuando interrumpió ese déficit, o lo que le cuesta al del Manchester City lo que fluía naturalmente en el pasado Mundial.
Pero no es un tema preocupante: son atacantes brillantes. Tal vez no convivan armónicamente, pero todo indica que, si hay lógica, ambos gritarán goles durante la próxima Copa América.
En síntesis, la Scaloneta seguirá siendo porque seguirá al frente Scaloni. Hay recambio en todos los puestos con jóvenes que asoman como Valentín Barco, Valntín Carboni o Alejandro Garnacho.
También se recuperaron a tiempo futbolistas determinantes. Y Messi y Di María vuelan. Y el compromiso de todos hace de este grupo un lugar de absoluta pertenencia.
Esto es fútbol, es cierto, y la Copa será durísima, pero la previa estimula. Pulgar arriba para la ilusión que despierta la Selección argentina.