El gas importado vale tres veces más que el que se produce en Vaca Muerta. Incluso un poco más, porque ante la caída de la actividad industrial, las fábricas ofrecen su excedente gasífero en el mercado spot a un precio aún menor. Pero el gobierno no lográ capitalizar un recurso en abundancia porque frenó la construcción de las plantas compresoras que duplican la capacidad del gasoducto de Vaca Muerta, que hizo el pasado gobierno. De hecho, no avanzó con ninguna de las obras para incluso exportar el gas, como el reversal del norte.
Así, en medio de la crisis de faltante del fluído, compró un buque de combustible líquido que le revendió Petrobras por contratación directa, en una maniobra sin precendentes sospechada por conflicto de intereses.
Pero además, tanto la Secretaría de Energía como el Ministerio de Economía, demoraron los pedidos de Cammesa para la importación de combustible líquido. La mayorista de energía eléctrica evalúa técnicamente la necesidad de GNL y Fueloil para programar sus compras. Esto le permite jugar con variables como: temperatura, precios internacionales, características de lo pliegos licitatorios, nivel de demanda, etc.
Dada la demora en la aprobación de la programación de Cammesa, los primeros indicios de faltantes precipitaron la urgencia. «Curar siempre es mas caro que prevenir», gráfico a LPO un especialista que agregó «apurados, autorizaron a Cammesa a adjudicar tres buques más para esta semana, en condiciones mucho menos convenientes de haber salido al mercado un mes atrás. Lo peor, subió la temperatura».
Más allá de la chicana, el impacto en el balance de pagos es fuerte. Se calcula en USD 3200 millones. La cifra supera al próximo vencimiento con el FMI, y equivale a 10 veces el nivel de reservas netas en el Banco Central.
En paralelo, también aumentó el costo fiscal de la extensión de los subsidios: «Actualmente los usuarios pagan apenas el 5% del precio de generación, el resto lo cubre el Tesoro. Como se trata del segmento dolarizado, los números se dispararon trás el salto cambiario de diciembre pasado. Las partidas aumentaron en 3.2 billones de pesos», agregó el especialista.
«Esa es la deuda que Caputo acumuló con las energéticas. Lo que pasa es que ahora viene el invierno, el costo de generación aumenta y con eso los subsidios. Difícil que le cierren las cuentas si normaliza los pagos de la generación y mantiene los subsidios», expresó a LPO la fuente consultada.