Entre las distintas proyecciones que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo sobre la Argentina, hay una que despertó cierto asombro. El organismo dijo que espera que la economía vuelva a crecer en el segundo semestre del año y abrió una serie de interrogantes sobre cómo puede evolucionar la actividad en los próximos meses y cuándo se sentirá el impacto en el bolsillo.
Aunque prevé que empiecen a aparecer señales de recuperación, el FMI pronosticó que la economía caerá 2,8% este año. Economistas consultados por TN fueron más prudentes sobre la mejora económica, pero reconocieron que la desaceleración de la inflación más rápida de lo esperado puede empezar a apuntalar los ingresos y, con ellos, la actividad.
“Estamos atravesando una crisis de demanda. El poder adquisitivo cayó mucho durante los meses de verano y el consumo representa el 70% del PBI. La recesión está siendo aguda. Hacia adelante, el salario debería ir recuperándose, pero mes a mes, en el margen”, afirmó Matías De Luca, economista de Empiria. No obstante, el analista sostuvo que para que la economía despegue, el Gobierno necesita levantar el cepo al dólar y reformas de fondo, entre las que mencionó la modernización laboral.
“Para que la economía pueda crecer en el mediano plazo es necesario que aumente el denominado PBI Potencial. Para ello, deben activarse también los motores de mediano plazo (empleo productivo, stock de capital –inversión– y productividad de la economía). Condiciones necesarias para lograr esto son la desaparición sostenible del desequilibrio fiscal, un nuevo régimen cambiario que elimine el actual cepo y la concreción de las reformas estructurales respaldadas en leyes”, acordaron los analistas del Ieral.
A su turno, Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, consideró que la recuperación podría consolidarse en la segunda mitad del año, pero advirtió que puede verse amenazada si la inflación se vuelve a acelerar, ya sea por una eventual suba del dólar o por el freno al aumento de tarifas y su posterior corrección.
Recuperación: ¿En V, en U o en forma de pipa?
Desde el Gobierno, insisten con que la recuperación de la economía tendrá forma de “V”, pero los analistas privados ven un rebote menos pronunciado. “Los salarios no se van a recuperar en V y el consumo es la mayor parte del PIB. Creemos que va a ser más en la forma de la pipa de Nike”, sostuvo Pablo Repetto, socio de Aurum.
Y completó: “Recién en el último trimestre de 2025 volveríamos a niveles como los de septiembre a noviembre de 2023. Para 2024 estimamos una caída del PBI de 2,9%. El agro, el petróleo y la minería, con sus efectos indirectos en transporte, van a empujar para arriba, pero no vemos una recuperación sustancial del consumo, al menos para volver a niveles previos por el deterioro del salario real formal y, sobre todo, del informal”.
Por su parte, Sigaut Gravina anticipó una recuperación en forma de U, con el piso del nivel de actividad en el segundo trimestre en curso. En esa línea, señaló que puede haber una incipiente recuperación del salario real por la decisión del Gobierno de posponer algunos aumentos para contener la inflación.
“El PBI del agro, con la cosecha de soja y maíz, va a empezar a impulsar porque compara contra el año pasado. Puede seguir creciendo el crédito, que en abril ya no cayó y en mayo parecería estar repuntando”, detalló. Al juntar todos esos valores, el economista sostuvo que tanto la actividad como el salario pueden tocar un piso antes de mitad de año.
“Si a eso se suma que el Gobierno podrá flexibilizar un poco el gasto en algunas partidas, con alguna mejora en las jubilaciones, para al menos dejar de licuarlas… Todo ello lleva a una economía que hacia mediados de año va a empezar dar señales claras de estabilizarse y empezar alguna recuperación, que debería consolidarse en el segundo semestre”, apuntó Sigaut Gravina.
En Ieral coincidieron en el diagnóstico, aunque también prevén una caída promedio de la economía de 2,8% para este año: “Salvo en los indicadores de la Industria (donde aún no hay datos disponibles para el mes de abril), en la mayoría del resto de los sectores, hay métricas que muestran un freno en la caída y/o, en algunos casos, una leve mejoría en los últimos meses. De esta forma, si el panorama político lo permite y se concretan estos incipientes indicadores, la economía podría haber tocado el piso del proceso recesivo entre fines del primer trimestre y principios del segundo”.