El seguimiento de precios que realiza el centro de almaceneros de Córdoba anticipa una fuerte desaceleración en el precio de los alimentos durante el mes de abril, lo que impactó directamente en la inflación que fue calculada en 9,3%, mientras que en el caso de los alimentos que integran la canasta básica la suba fue de sólo de 5,1%.
Así, la inflación del primer cuatrimestre de Milei en la Casa Rosada llegaría al 71,4%, con un costo de $ 953.045 para completar la canasta básica total y no caer en la pobreza; mientras que la canasta básica de alimentos para que una familia tipo no se indigente requirió de $ 552.486.
En marzo, el centro de almaceneros adelantó una inflación de 10,4%, mientras que el porcentaje de la Dirección de estadísticas y censos del Gobierno la fijó en 11,1%, por lo que el relevamiento de los comercios minoristas es consistente con la cifra oficial.
El relevamiento del centro de almaceneros durante el mes de abril, sobre la base de 2.500 encuestas, indica que el 58% de los hogares cordobeses no pudo acceder a la totalidad de los alimentos que conforman la canasta básica. Los hogares que sí pudieron acceder, sólo el 24% lo hizo con recursos propios, mientras que la mayoría requirió asistencia estatal.
La encuesta advierte que el 89% de los hogares tuvo que financiar la compra de alimentos en abril. El «fiado» fue el método más utilizado (48%), seguido por la tarjeta de crédito, que canalizó el 33% de las compras. En ese orden, el dato enciende una luz de alarma porque el 39% de las familias admitió tener las tarjetas en mora.
Respecto del volumen de venta en los almacenes, generalmente enclavados en barrios de clase media y media baja, el rubro alimentos cayó 30% en comparación al mismo mes de 2023. En marzo la caída había sido similar.
Esto «pone en evidencia el derrumbe del consumo de alimentos básicos como consecuencia del franco deterioro del poder adquisitivo de las familias», señala el informe, un termómetro social de lo que ocurre en los comercios minoristas de cercanía.
En ese marco, el 9% de las familias encuestadas manifestó que durante abril algún integrante comió sólo una vez al día (o dejó de comer todo un día). Mientras que el 18% de los hogares se quedó sin alimentos al menos algún día del mes. La falta de recursos para la compra de alimentos hizo que al menos un integrante del 26% de las familias sintió hambre pero no pudo ingerir alimentos.
Marcando un deterioro de 1 punto respecto de marzo, en un 45% de las familias algún integrante dejó de desayunar, almorzar, merendar o cenar durante abril.