Los bloques de Miguel Pichetto, Innovación Federal y el radicalismo lograron incorporar al final del tratamiento de la Ley Ómnibus el controvertido impuesto al tabaco, a pesar de que los libertarios habían quitado ese apartado del proyecto por el lobby cruzado de las empresas del sector. De hecho, la votación fue la más pareja de la jornada: 82 votos por la afirmativa y 77 en contra.
Sin embargo, el tema no hubiera prosperado si el peronismo (que también aportó algunos votos positivos) y la izquierda no se hubieran abstenido. En total, hubo 69 legisladores que optaron por la abstención bajo el pretexto de que se trataba de «una pugna entre grandes empresarios».
Los libertarios y el PRO mantuvieron su rechazo a la iniciativa, votada en medio de un desorden total en el recinto. En tanto, algunos diputados peronistas prefirieron levantarse de sus bancas.
«A nosotros nos decían que no había consenso cuando el oficialismo lo sacó pero nosotros veíamos que había respaldo del radicalismo, Hacemos e Innovación», sostuvo una fuente del bloque de la UCR, y reconoció que para esos bloques del centro fue «una grata sorpresa».
La cuenta previa, cuando empujaban para tratar el tema, indicaba a los impulsores de la reposición del impuesto que si el macrismo y los libertarios rechazaban y el peronismo se abstenía, los pichettistas, el radicalismo y los salteños no llegarían a imponerse. Sin embargo, Unión por la Patria aportó 21 votos a favor.
En la Cámara Baja, atribuían esas gestiones a la diputada Victoria Tolosa Paz. Cerca de la legisladora, explicaron a LPO que «no se trataba de lobby sino del cobro de impuestos más altos».
Como informó sucesivamente este portal, la elevación del gravamen beneficiaba a la empresa Massalin respecto de su competidora local, Tabacalera Sarandí.
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