Este fin de semana detuvieron a un noveno sospechoso en la causa que investiga la tortura y muerte de un preso en la cárcel de Bouwer, en Córdoba. Se trata del segundo médico involucrado, quien se entregó ante la Unidad Judicial de Homicidios.
El nuevo implicado en la caso se suma a los ocho imputados entre los que se encuentran el director del Servicio Penitenciario, seis guardiacárceles y otro profesional de la salud.
Este último sospechoso detenido este fin de semana permanecía en libertad. Tomás Aramayo, su abogado, dijo a Telenoche (El Doce) que esperarán la indagatoria para poder conocer la imputación. La misma se realizará la próxima semana. “Allí se les hará saber el rol que cumplió cada uno dentro del proceso para la acusación que están recibiendo”, señaló.
“Él sostiene que es inocente, que hizo correcta toda la praxis que le tocó implementar. Él dijo que no tiene ningún problema, más allá que le duele y está apesadumbrado, aseguró que no tiene nada que ocultar”, agregó el defensor.
Según precisaron desde la investigación, el último detenido fue el primer médico penitenciario que indicó la “medida de contención” para César Moreno, el preso fallecido.
La detención habría comenzado por un “altercado con personal de servicio”, donde el detenido fue “golpeado por al menos siete empleados”. “Se ha determinado que hubo hasta punta pie cuando la persona estaba en el piso”, agregó el abogado de la familia, Alejandro Pérez Moreno.
“Con conocimiento del director y médicos imputados y detenidos se procedió a una sujeción que nunca fue preventiva, una sujeción que representó una verdadera tortura, lo apretaron en todas las extremidades, lo mantuvieron al menos 48 horas sin suministrarle alimentos y bebidas, si hizo necesidades encima, no lo higienizaron”, aseguró.
Cómo fue el momento de la detención del preso que murió en una cárcel de Córdoba
César Darío Moreno tenía 50 años y murió luego de sufrir una presunta tortura en la cárcel de Bouwer en septiembre pasado, 48 horas después de su detención.
De acuerdo a lo informado, Moreno protagonizó disturbios en una panadería ubicada frente al Paseo del Buen Pastor, en Nueva Córdoba. Alterado, discutió por un lugar en la fila y hasta se peleó con dos empleados.
En un video que fue filmado por quienes pasaban por la zona y que posteriormente fue publicado en redes sociales, se alcanza a ver como el hombre salió corriendo del local y dos empleados lo persiguieron unos pocos metros.
Tras ello apareció un policía que lo detuvo. Enseguida lo trasladaron al Establecimiento Penitenciario 9 (ex-UCA). Sin embargo, cuando se estaba finalizando el operativo, tomó una lapicera y pese a que tenía las manos esposadas atacó al policía que lo custodiaba.
Ante esta situación se lo imputó de manera provisoria por los presuntos delitos de lesiones leves, lesiones leves calificadas (por el ataque al policía) y daño.
La familia aseguró que Moreno padecía trastorno bipolar con episodios de esquizofrenia, que había estado internado y medicado. “El día del hecho estaba sin medicación y entró a la panadería diciendo que lo perseguía La Cámpora”, señalaron.
Según precisó Cadena3, el detenido fue trasladado al Centro Psicoasistencial (CPA), pero no fue internado sino que la médica que lo revisó dijo que no lo advertía descontrolado por lo que sugirió un tratamiento ambulatorio.
De esta manera, lo trasladaron a la cárcel de Bouwer. Según la acusación, Moreno sufrió una salvaje paliza por parte de un grupo de guardias, pero no fueron esos golpes los que causaron su muerte. Después, el detenido fue atado de pies y manos en una cama y lo mantuvieron así, inmovilizado, aislado y sin recibir atención médica, durante 48 horas, hasta que se descompensó y murió el 18 de septiembre pasado.
Así, después de seis meses de investigación, el fiscal José Mana ordenó las detenciones en el marco de una serie de 10 allanamientos en distintos puntos de la ciudad e los imputó a los ocho funcionarios por el delito de tortura seguida de muerte.