El cuerpo humano sigue respondiendo al entorno externo incluso durante el sueño y un nuevo estudio realizado por el Centro de Investigación Ciclotrón de la Universidad de Lieja (Bélgica) revela que el cuerpo dormido también reacciona al ambiente que lo rodea, lo que explica cómo cierta información del entorno sensorial puede afectar a la calidad del sueño.
Investigadores de la universidad colaboraron con la de Friburgo en Suiza para investigar si el cuerpo está realmente desconectado del mundo exterior durante el sueño. Para ello, se centraron en cómo cambian los latidos del corazón cuando escuchamos diferentes palabras durante el sueño, y descubrieron que las palabras relajantes ralentizaban la actividad cardíaca como reflejo de un sueño más profundo y en comparación con las palabras neutras que no tenían ese efecto. Los hallazgos se publicaron en Journal of Sleep Research y proporcionan nuevos datos sobre las interacciones cerebro-corazón durante el sueño.
Cómo mejorar la calidad del sueño con ciertas palabras
Matthieu Koroma (Investigador postdoctoral del Fondo para la Investigación Científica, FNRS), Christina Schmidt y Athena Demertzi (ambas del Fondo para la Investigación Científica, investigadora asociada del FNRS) del Centro de Investigación sobre Ciclotrones GIGA de la Universidad de Lieja se asociaron con colegas de la Universidad de Friburgo en un estudio anterior que analizaba datos cerebrales (electroencefalograma) que muestran que las palabras relajantes aumentan la duración y la calidad del sueño profundo, lo que demuestra que podemos influir positivamente en el sueño utilizando palabras significativas.
Los autores plantearon la hipótesis de que el cerebro también sigue siendo capaz de interpretar información sensorial de una manera que hace que nuestro cuerpo esté más relajado después de escuchar palabras relajantes durante el sueño. En este nuevo estudio, los autores tuvieron la oportunidad de analizar la actividad cardíaca (electrocardiograma) para probar esta hipótesis y descubrieron que el corazón ralentiza su actividad solo después de la presentación de palabras relajantes, pero no de control.
Luego compararon los marcadores de actividad cardíaca y cerebral para determinar su contribución en la modulación del sueño por estímulos auditivos. La hipótesis es que la actividad cardíaca influye directamente en cómo percibimos el mundo, aunque hasta ahora esta evidencia se había obtenido solo en estado de vigilia. Con estos nuevos hallazgos, los investigadores de la universidad de Lieja demuestran que esto también ocurre durante el sueño, ofreciendo una nueva perspectiva sobre el papel crucial de las reacciones corporales, más allá de los datos cerebrales, en la comprensión de nuestro sueño.
La investigación
“La mayor parte de la investigación sobre el sueño se centra en el cerebro y rara vez investiga la actividad corporal”, dice Schmidt. “Sin embargo, planteamos la hipótesis de que el cerebro y el cuerpo están conectados incluso cuando no podemos comunicarnos completamente, incluyendo durante el sueño. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta tanto la información del cerebro como la del cuerpo para una comprensión completa de cómo pensamos y reaccionamos a nuestro entorno”, explica Demertzi.
Por su lado, Koruma indicó: “Hemos compartido nuestra metodología abiertamente siguiendo los principios de la Ciencia Abierta, con la esperanza de que las herramientas que facilitaron este descubrimiento animen a otros investigadores a estudiar el papel del corazón en otras funciones del sueño“.
Este trabajo ofrece un enfoque más completo para la modulación de las funciones del sueño mediante información sensorial. Al analizar las respuestas cardíacas a los sonidos, podremos, por ejemplo, estudiar en el futuro el papel del cuerpo en la forma en que los sonidos influyen en el procesamiento emocional de los recuerdos durante el sueño.