Los manifestantes reclamaron su liberación y que Estados Unidos retire los cargos por espionaje y evite su extradición a ese país, en el primer día de audiencia judicial en Londres.
Con un escenario montado en la mitad de la plaza, con las banderas de los sindicatos, imágenes con el rostro de Assange y cartelería con consignas como «Lo que le sucede a Julián no se puede deshacer, significa el fin de nuestro derecho a la información y el fin de nuestra democracia» se realizó el acto-festival.
Assange, de 52 años, imputado de 18 cargos penales, podría ser condenado a 175 años de prisión en Estados Unidos por divulgación de documentos militares clasificados a través de WikiLeaks.
Sus defensores argumentan que Assange es víctima de revelar malas conductas por parte de Estados Unidos.
«Hay una doble vara sobre la libertad; Estados Unidos pregona la libertad históricamente, y en nombre de la libertad ha hecho las peores atrocidades del mundo», dijo a Télam Agustín Lecchi, secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba).
«A Assange lo han sometido a todo tipo de torturas psicológicas y físicas, solamente por el solo hecho de informar, de demostrar a toda la población mundial, los crímenes de guerra de los Estados Unidos; exigimos que no se lo extradite, esperamos que en ese sentido el tribunal se expida a favor del resguardo de su salud. Bregar por su libertad es también una lucha por la libertad de expresión en todo el mundo», agregó.
La rectora organizadora de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo, Cristina Caamaño, se proclamó por la libertad de expresión y alegó que «el silencio es siempre complicidad».
«Lo que se está poniendo en riesgo es la libertad de expresión, la libertad de información, que es un derecho; hoy Julian no está condenado por Estados Unidos, pero está detenido hace años, lo que puede llevar a sentar precedente para seguir persiguiendo al periodismo independiente, a quienes investigan a fondo lo que no quieren que se sepa», expresó a Télam, por su parte, Celeste Fierro, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT).
A su vez, el periodista Santiago O’Donnell manifestó que «hay que derrocar el mito de que Assange robó información y que es un espía».
«Estamos hablando de información de interés público» y que Estados Unidos «no soportó» por eso busca enjuiciarlo, convirtiendo esto en «un acto de censura a nivel mundial», agregó.
Además participaron de la convocatoria la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), Sindicato de Prensa Rosario, la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina (CTA), la organización social Servicio Paz y Justicia de Argentina (Serpaj), y artistas musicales.
El escándalo de los Wikileaks
WikiLeaks fue fundada por Assange en 2006. En 2010 comenzó a publicar información gubernamental clasificada proporcionada por Chelsea Manning, exsoldada estadounidense.
Manning le envió a Assange videos de lo que se conoció como «asesinato colateral», imágenes que muestran cómo un helicóptero estadounidense mata a un grupo de civiles en Irak, también documentos secretos que derivaron en las publicaciones de los Diarios de la Guerra de Afganistán y de los Registros de Guerra en Irak.
En junio de 2023, Assange presentó su última apelación en el Alto Tribunal de Londres, sin embargo, la defensa aún puede presentar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para evitar la extradición.