Así lo reveló este martes la comuna en un comunicado al precisar que el procedimiento se desarrolló en el marco de las auditorías realizadas en distintas dependencias de la ciudad a pedido del intendente Julio Alak, quien busca “garantizar la transparencia de la administración municipal”.
El hallazgo se realizó en cuatro depósitos que no estaban preparados como morgues ni estaban destinados a la conservación de cadáveres o restos óseos humanos, indicó la comuna.
Y, detalló que en un panteón denominado “Protectora” se hallaron 16 cajones de madera con una protección interior metálica, lo cual denota que su procedencia pudo ser de una bóveda o de un nicho, sin identificación, y además féretros en el piso con agua estancada.
En el segundo depósito, denominado “Sala de velatorios”, se hallaron arrumbadas cerca de 200 bolsas de consorcio negras con restos óseos, muchas sin estar identificadas con nombre, nicho y ubicación catastral, además de 15 cajones féretros de madera.
Respecto al tercer depósito, ubicado en el segundo piso del edificio, la intendencia indicó que se encontraron cientos de féretros de personas adultas, 22 correspondientes a niños, ya que tenían la identificación de “angelitos” y bolsas de consorcios con restos óseos y huesos desparramados por el piso.
En el cuarto depósito, denominado “Galpón de arena”, los inspectores visualizaron cuatro lugares separados con más de 107 ataúdes apilados indiscriminadamente arrumbados y bolsas negras de consorcio con restos humanos.
El municipio indicó que todos estos sitios se encontraban en “muy mal estado de conservación y limpieza, con olores nauseabundos y agua estancada”.
Tras el hallazgo, la comuna hizo una presentación judicial ante la UFI de turno con la solicitud de “averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y los restos óseos hallados no identificados”.