La revolución de la inteligencia artificial generativa trae consigo encantos, pero también riesgos y temores. Las voces agoreras repiten que las máquinas se quedarán con nuestros trabajos. Es posible que eso vaya a ocurrir en algún momento, ¿pero es factible en la actualidad? ¿Qué ocurrirá en las próximas décadas? Un estudio conjunto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), The Productivity Institute y el Institute for Business Value de IBM desafía a las visiones apocalípticas valiéndose del método científico. En lugar de simplemente sacudirse por el pavor, examinan si el reemplazo del humano por máquinas es viable económicamente.
En otras palabras: ¿es conveniente para las empresas desplazar a los trabajadores de carne y hueso, sustituyéndolos por sistemas de IA? ¿Los temores tienen fundamento, o son una manifestación de nuestra ansiedad frente al avance? El mencionado estudio, que se enfoca en las tecnologías de visión por computadora y en las labores que quieren ese sentido humano, apunta en una dirección contraria a las visiones apocalípticas.
Los investigadores encontraron que, en la actualidad, solo el 23% de los trabajos que involucran visión son viables para la automatización con IA, en términos económicos y de sensatez para las compañías. En otras palabras, en el 77% de los casos, a las firmas no les resulta beneficioso el cambio. “Esto indica una integración más gradual de la IA en diversos sectores, en contraste con el rápido desplazamiento de empleo impulsado por la IA, que a menudo se supone como hipótesis”, señala Neil Thompson, investigador del MIT CSAIL.
La sombra de la inteligencia artificial se cierne en el mundo laboral: ¿qué ocurre con la “luminosidad” de los trabajadores humanos?
El estudio echa luz sobre situaciones como la siguiente. Si un empresario procura optimizar los procesos en una compañía, no solo debe evaluar la eficiencia de las tecnologías que eventualmente reemplazarán a los empleados. También se enfrenta al examen de la inversión económica, en el corto, mediano y largo plazo. Al respecto, notan desde el MIT que aquello que distingue a la presente investigación es su modelo analítico amplio, que contempla los requisitos de rendimiento técnico de los sistemas de IA, además de las variables presupuestarias.
TN Tecno consultó a los investigadores por qué han escogido para su estudio a los sistemas de visión por computadora, aquellos que analizan el entorno real y actúan en consecuencia, por ejemplo los vehículos autónomos. Al respecto, explican que esas tecnologías llevan varios años en el mercado y que, por eso, sirven para vislumbrar qué podría ocurrir en el futuro con los modelos de lenguaje masivos, ahora en auge en el detrás de ese de sistemas como ChatGPT y Gemini, habilidosísimos para generar contenido en forma automatizada.
Entonces, si en la actualidad un bajo porcentaje de trabajos son reemplazables por IA, ¿qué ocurrirá cuando los costos de implementación se reduzcan? “Las implicaciones de este cambio son profundas: podría democratizar el acceso a las tecnologías de IA, permitiendo que las empresas y organizaciones más pequeñas se beneficien de (estas tecnologías) sin la necesidad de grandes recursos internos. Además, esto podría dar lugar a la aparición de nuevos modelos de negocio centrados en los servicios de IA”, afirma Thompson.
En ese camino, la clave será la adaptación del mundo laboral a los cambios, que el investigador subraya serán graduales y no abruptos. “Así, se abren nuevas vías para futuras investigaciones sobre la escalabilidad, rentabilidad y potencial de la IA para crear nuevas categorías laborales”, observan desde el MIT. En línea con lo que ya ha ocurrido en anteriores revoluciones, señalan que “a medida que ciertos trabajos se automaticen habrá una creciente necesidad de roles centrados en administrar, mantener y mejorar los sistemas de IA, así como roles en áreas donde las habilidades humanas son irremplazables”.
“A medida que la IA continúa avanzando y remodelando las industrias, esperamos que los hallazgos de este estudio sean una referencia fundamental, que oriente las futuras exploraciones y la formulación de políticas en la intersección en constante evolución de la tecnología, la economía y el mercado laboral para ayudar a navegar los desafíos y oportunidades que presenta la actual integración de la IA en el lugar de trabajo”, concluye Thompson.
A fin de cuentas, el carácter humano siempre dice presente en las diversas áreas de trabajo, más allá del avance tecnológico. Esta semana, encontramos una divertida reflexión al respecto en la red social de un diseñador gráfico, quien aseguró —un poco en broma, un poco con verdad— que siempre será necesario alguien que interprete los complejos pedidos de los clientes.