Luego de la «venganza» puesta en marcha por Javier Milei contra los gobernadores Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro, el cordobés salió fuerte contra el Gobierno nacional: «Córdoba nunca se arrodilló y tampoco lo hará ahora, porque es el legado que el pueblo de Córdoba le dio con el voto, también a este gobernador».
En ese sentido, Llaryora le reclamó a Milei «mesura y cordura» ante la decisión del Gobierno nacional de «eliminar únicamente para el interior del país» los subsidios al transporte, establecidos en el pacto fiscal de 2018.
«No es tiempo de responder agravios ni insultos», dijo Llaryora. Sacó del archivo el manual básico del cordobesismo de José Manuel de la Sota: el fallecido ex mandatario decía respecto de la disputa con Cristina Fernández: «Yo peleo por Córdoba, no por pelear».
Un rato antes, Miguel Sicialino, jefe del bloque de legisladores provinciales del peronismo, dijo que «el Presidente Milei actúa con Córdoba como antes lo hizo el kirchnerismo». Espalda con espalda con Maximiliano Pullaro, Llaryora se paró ante la avanzada de Milei sobre los subsidios al transporte del interior.
De hecho, y para diferenciarse, ratificó la continuidad de los tres programas de boleto subsidiados que tiene el Gobierno de Córdoba. El más importante es el Boleto Educativo Gratuito, que este año tiene un presupuesto de 11.157 millones de pesos; el Boleto Obrero Social ($ 568.6 millones); Boleto Gratuito al Adulto Mayor ($ 1.444 millones) y el Boleto Social Cordobés ($ 488 millones); un paquete de fondos similar al que cortó Milei.
«Es un enorme esfuerzo económico, pero es nuestro compromiso, convicción y decisión acompañar a la ciudadanía frente a la medida arbitraria que ha tomado el Gobierno nacional», agregó Llaryora.
En un mismo sentido, Llaryora salió a bancar la movida de los intendentes en contra de la eliminación de los subsidios: es un colectivo multipartidario que lideran Daniel Passerini y Pablo Javkin, e integran entre otros los PRO Juan Pablo Poletti y Guillermo Montenegro y los radicales Marcos Ferrer, Raúl Jorge y Roy Nikisch.
Llaryora bancó fuerte la jugada: «Quiero expresar mi solidaridad con el reclamo que están realizando ante estas medidas que perjudican a los trabajadores, a los estudiantes, a los jubilados y a las familias argentina», se posicionó. Le sumó leña al fuego: «Le pedimos al Presidente que reflexione sobre la suspensión del pago del incentivo docente. Sólo la educación nos hará libre y soberanos», escribió en clave política.
