El máximo órgano de conducción del organismo multilateral encara el acuerdo luego de que el pasado 10 de enero se logró «reflotar» a nivel técnico el entendimiento que en su momento fue alcanzado durante la gestión de Alberto Fernández.
El tratamiento del caso argentino ocurrirá un día después de que el FMI corrigiera las proyecciones de crecimiento para la Argentina en su última actualización del informe de Perspectivas Económicas.
Así, mientras que en octubre pasado proyectaba un crecimiento de 2,8% para la economía local en 2024, ahora estima que caerá en igual porcentaje, un -2,8%.
No obstante, para el 2025 el FMI prevé que la economía argentina crecería un 5%.
La revisión a la baja responde al «significativo ajuste de política» realizado por el gobierno de Javier Milei para «restaurar la estabilidad macroeconómica», indicó el organismo.
El economista en jefe y director del Departamento de Investigación del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, sostuvo hoy -durante la conferencia de la presentación del informe- que la inflación mensual del país volverá a ser «de un solo digito» a «mediados de este año» y que finalizará 2024 con una suba acumulada de aproximadamente 150%, menor al 211,4% proyectado en la previsión de octubre.
En paralelo, y en medio de la expectativa por un posible nuevo desembolso, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, partió el lunes por la noche a Washington para reunirse con miembros del Tesoro de EEUU y el FMI, entre otros.
En la agenda del Jefe de Gabinete en la capital estadounidense, está previsto un encuentro con la segunda del Fondo, Gita Gopinath, y, por otro lado, con el secretario adjunto del Tesoro de EEUU, Michael Kaplan, y con el subsecretario de Asuntos Internacionales de esa misma entidad, Jay Shambaugh, entre otros encuentros.
Al respecto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró este martes que el Gobierno no está buscando una «renegociación, ni recalibración ni absolutamente nada» con el FMI, y que el viaje a Estados Unidos del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, obedece al interés de «afianzar o seguir avanzando en las relaciones bilaterales» con ese país.
Gopinath y Posse ya se cruzaron hace pocos días en el Foro económico de Davos, lugar en donde Milei mantuvo un encuentro con la titular del FMI, Kristalina Gerogieva.
La titular del Fondo remarcó que al FMI le interesa «profundamente» que Argentina proteja a la población más vulnerable mientras prosigue con sus «reformas muy audaces» y que «estamos viendo progresos en todos estos frentes» en Argentina, luego del encuentro en el Foro de Davos.
El 10 de enero pasado, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que se logró «reflotar el Acuerdo de Facilidades Ampliadas, que estaba caído, con el Fondo Monetario Internacional».
El funcionario subrayó que no se trataba de «un acuerdo nuevo» y que, a partir de esa negociación, Argentina recibirá desembolsos «para pagar los vencimientos de capital correspondientes a diciembre, enero y abril».
En una conferencia de prensa brindada en el Palacio de Hacienda, junto con el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, Caputo dijo en aquella ocasión que «ahora el staff del FMI va a mandar al board la decisión con las nuevas metas sujetas a la aprobación del Directorio, con un desembolso de 4.700 millones de dólares» para Argentina.
Ni bien se alcanzó el acuerdo técnico, la vocera del FMI, Julie Kozack, a través de un comunicado de prensa, destacó que la Argentina comenzó a aplicar «un plan de estabilización ambicioso» y que el organismo confiaba en que el gobierno de Javier Milei siga «generando apoyo político» para poder avanzar en «aspectos clave» del proyecto de ley Bases que se debate en el Congreso.
El equipo técnico del organismo que visitó el país, encabezado por Luis Cubeddu y Ashvin Ahuja, observó que el programa original «se desvió gravemente de su rumbo: se incumplieron las metas de déficit fiscal primario y de deudas internas para finales de septiembre, y datos preliminares sugieren que las metas de fin de año se incumplieron incluso por un margen mayor».
Los graves desvíos señalados por los técnicos del FMI hacen referencia al déficit fiscal de 1,9% del PBI comprometido para el 2023 por la administración de Alberto Fernández, que finalmente cerró con un resultado negativo del 2,7%.
A esto se sumó el compromiso de recuperar reservas por parte del Banco Central, cosa que no ocurrió debido a que finalizó con una pérdida de alrededor de US$ 10.000 millones, debido al impacto de la sequía en las exportaciones del sector agroindustrial.
En los primeros 45 días de gestión de Milei, el Banco Central logró comprar unos 5.800 millones de dólares, según los números aportados por el Gobierno.
El informe de los técnicos del organismo resaltó que «el presidente Javier Milei y su equipo económico actuaron de manera rápida y decisiva para desarrollar e implementar un sólido paquete de políticas con el objetivo de restaurar la estabilidad macroeconómica, demostrando total determinación para llevar el programa actual de vuelta al rumbo correcto».
Estimaron, además, que «a medida que se implementen las políticas y se reconstruya la credibilidad, debería iniciarse un proceso gradual de desinflación, acompañado de un fortalecimiento adicional en las reservas y una eventual recuperación en la producción, la demanda y los salarios reales».