El Banco Central lleva acumulado compras por USD 1.734 millones en enero y desde el 13 de diciembre totaliza USD 4.596 millones. Sin embargo este número no se traduce en acumulación de reservas en arcas del Central, que se mantienen sin variaciones significantes, en la zona de los USD 24.000 millones, según los números oficiales de la institución que maneja Santiago Bausili.
Algo de esto se refleja en el frente cambiario. Los dólares paralelos batieron marcas históricas. El blue subió hasta los $1.180 este martes. Por su parte, el MEP operó en $1150 y el CCL en $1261.
Los analistas coinciden en que la disparada del precio de los dólares se explica por una combinación de variables que desembocan inexorablemente en un nuevo salto devaluatorio.
«Tiene que ver con la política monetaria: tasas en pesos corriendo al 9% contra inflación una corre al 25%. No tenés instrumentos con tasa positiva, entonces es más que lógico que el mercado busque dolarizar, como reacción defensiva de parte de los ahorristas e inversores», explicó a LPO un reconocido operador financiero.
Esta fuente destacó el esquema para el tipo de cambio: «Si el Banco Central te garantiza una devaluación mensual del 2%, obviamente esos dólares son baratos, y alientan la demanda».
Para la consultora Ecolatina «el esquema cambiario monetario instrumentado por el Gobierno es audaz e involucra riesgos no menores, tanto por cuestiones estacionales como por una demora en el impacto de las medidas implementadas: tanto la oferta excepcional de divisas como su acotada demanda tienen patas cortas y difícilmente logren sostenerse durante el verano sin instrumentar nuevas medidas» afirma en su último informe.
Por este sendero «convivirá una tendencia decreciente en la demanda de dinero con una expectativa de tasa de interés real fuertemente negativa al tiempo que continuará la apreciación cambiaria, reduciendo en el margen incentivos a los exportadores a liquidar divisas, mientras los importadores comienzan de a poco a demandar nuevamente divisas en el mercado cambiario» se estima en el documento de Ecolatina.
Respecto a la cuestión de la «normalización» del flujo de importaciones, hay polémica. El mercado interpreta que ante la liberalización total de las compras al exterior, bajo un esquema de pago en 4 cuotas a plazos de 30, 60, 90 y 120 días, se sumará un factor de presión dada la demanda.
En contraposición, los economistas mas heterodoxos descartan una demanda importadora excesiva «El dólar importador paga impuesto país, con lo cual no es barato para un stockeo especulativo como sucedió durante la post pandemia. Tampoco acompaña el nivel de actividad de ese entonces, cuando la economía rebotaba a mas del 10%. Ahora los empresarios no saben si van a fabricar, entonces dejan de importar» precisó a LPO un ex director del BCRA.
Con todo esto, desde la consultora Ecolatina concluyeron que «Esta dinámica deterioraría la posición compradora del BCRA durante el verano a la espera de la llegada de la cosecha gruesa. De hecho, el mercado prevé que desde febrero se abandone el crawling peg al 2% mensual» Esto quiere decir que se descuenta una devaluación antes de que termine el verano.