A poco más de un mes de su asunción como Presidente, Javier Milei no tuvo tiempo de experimentar ningún tipo de luna de miel. Con una intensidad sin precedentes, el primer mandatario libertario de la historia enfrentó los primeros días de comando sufriendo un importante desgaste político a ojos de la opinión pública.
Aún cuando su participación en la economía nacional aún es incipiente, la administración Milei ya tiene sus propios problemas que han abierto el juicio de los votantes, quienes han respondido al “no hay plata” con un “no hay tiempo”, mucho más contundente. O al menos así lo pintan los primeros sondeos de la era libertaria.
Al respecto, la consultora realizó un relevamiento de opinión pública con el cual pudo determinar que la mayor preocupación general en la actualidad es la inflación. Un tema que entrecruza auténticamente la vida de cada uno de los argentinos.
En ese orden, un 63,3 por ciento de los consultados señalaron que la inflación es el principal problema que afecta al país. Se trata del porcentaje más alto en ocho años, luego de que en diciembre el índice declarado por INDEC alcanzara el 25 mensual.
A pesar de ello, en el Gobierno nacional la agenda parece correr por otro lado. Con la Ley ómnibus en el escenario central, muchos consideran que el enfoque está desviado y, eso, tendría un alto costo político.
De hecho, en su primer mes de Gobierno, Javier Milei sufrió una fuerte suba de la imagen negativa. Desde la toma de poder, las consideraciones negativas respecto al presidente crecieron casi 7 puntos, llegando al 48 por ciento y acercándose al capital del 50% de imagen positiva, derivada aún del balotaje.
La dedicación especial al mega DNU y a la batalla del Congreso ha dibujado a un Milei alejado del principal problema manifestado por los votantes. Incluso algunos propios han cuestionado el método elegido para impulsar la abarcativa reforma, que toca temas de dudosa urgencia.
Según la consultora, la reforma tendría un mayor rechazo (47 por ciento) que aceptación. Además, el 53,4 de los encuestados cuestionó la manera de llevar adelante los cambios, entre quienes se encontraron incluso un 20 de votantes del propio Milei.
A ello, se sumó casi un 70 por ciento de encuestados que opinaron sobre la necesidad de una faceta dialoguista para poder impulsar los cambios estructurales. Algo que, en la práctica, está muy lejos de suceder.
Con todas esas alarmas sonando, Javier Milei todavía cuenta con un resto positivo a nivel de imagen. Su consideración general positiva supera a la negativa, además de ser el dirigente mejor considerado entre la fauna política.
Nueva grieta
Una particularidad surgida de la opinión pública es la nueva versión de la grieta que surgió en el último balotaje. Con otra forma diferente a la que provocaron Cristina Kirchner y Mauricio Macri, la grieta sigue vigente.
En ese sentido, el rechazo del primer mes de gestión se ubicó por encima del 42 por ciento de los encuestados, que calificaron el desempeño como “muy malo”. Mientras que poco más del 32 lo calificó como “muy bueno”, dejando a gran parte de los consultados en dos extremos diametralmente opuestos.