El gobierno finalmente decidió abrir una negociación sobre la ley ómnibus con el Congreso. El presidente del bloque de diputados de la UCR, Rodrigo de Loredo, mantuvo este lunes una reunión secreta con un enviado del gobierno para empezar a discutir modificaciones a la norma que permitan su aprobación.
El encuentro, que LPO pudo confirmar de fuentes al tanto del mismo, se concretó en el Hotel Savoy, a dos cuadras del Congreso y el enviado habría sido un funcionario de la Jefatura de Gabinete que conduce Nicolás Posse. Tiene sentido, porque lo que acuerda el ministro Guillermo Francos hasta ahora no es validado por Milei ni por Posse. Hasta ahora el hombre que habla en nombre de Posse con los diputados es el vicejefe de Gabinete, José Rolandi.
La decisión de abrir la negociación, luego que durante semanas el presidente Milei acusara a los legisladores de los bloques aliados de «coimeros», se precipitó cuando la Casa Rosada tomó conciencia que la ley podía caerse. No parece casual que De Loredo haya sido el elegido: este domingo mantuvo un duro cruce con Milei por las redes sociales.
El gobierno tomó nota además de sus propias dificultades para elaborar un dictamen que condense las modificaciones a una iniciativa de 600 artículos, por la falta de experiencia de sus legisladores.
En la conversación del Hotel Savoy, De Loredo garantizó el apoyo a tramos claves del proyecto, que LPO pudo confirmar, no cuentan todavía con el respaldo de los integrantes de su bloque.
Uno de esos puntos fue la posibilidad de conceder todas las facultades delegadas por un año, con habilitación para prorrogarlas un año más con permiso del Congreso. El artículo 3º del proyecto establece que esas asignaturas serían «económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social hasta el 31 de diciembre de 2025».
Este entusiasmo de De Loredo no es compartido por el resto de los radicales que sólo aceptarían votarle las primeras tres.
Lo curioso es que hasta Patricia Bullrich se burló de esa enumeración. «No se porque metieron eso, no necesito la emergencia de seguridad», habría dicho.
Hasta donde supo este medio, De Loredo habría negociado también otros aspectos que una parte de su bloque resiste, como el de la eliminación de la fórmula jubilatoria y la aplicación de retenciones a economías regionales. Más allá de la tensión interna entre el sector que expresa el negociador radical y los seguidores de Facundo Manes, por ahora prevalece la voluntad de darle gobernabilidad a La Libertad Avanza (LLA).
Como sea, la UCR cuenta con una estructura de cuadros y expertos preparados para la elaboración de un dictamen tan complejo como el que se tramita en este momento. Uno de los diputados encargados de estudiar el articulado es Alejandro Cacace, quien advirtió en declaraciones a LPO que «el oficialismo tiene que dimensionar el trabajo con este proyecto» porque «no se trata de hacer retoques sino de discutir modificaciones».
Si bien los radicales son para Milei hoy su principal obsesión, los acuerdos también deben pasar el filtro de los otros bloques aliados: el PRO y el de Pichetto y Monzó. En principio, se supone que el gobierno también se reunirá con ellos. El jefe del bloque PRO, Cristian Ritondo, y Monzó están regresando este martes de una escapada de fin de semana.
Desde el entorno de Ritondo, dijeron a este medio que el diputado se había reunido la semana pasada por última vez con el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, y sus compañeras de bancada María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato. Monzó, por su parte, mostró desde el inicio de las discusiones su compromiso con la necesidad de cuidar «el equilibrio fiscal», aunque no está claro cómo se alcanzará esa meta.
La reunión de De Loredo pegó fuerte en Diputados, que en ese momento avanzaba en la discusión de la ley en un plenario de comisiones. El jefe del bloque de Unión por la Patria (UxP), Germán Martínez, se quejó por los pocos miembros presentes de los otros bloques.
«Se dice que hay una mesa donde se están negociando cambios. ¿Dónde está esa mesa, si no está acá adentro en el plenario de las comisiones? ¿Quién está negociando? ¿En qué lugar?», afirmó Martínez. Y en el mismo sentido, preguntó: «¿es cierto que hay oficinas pagadas por empresarios, como se dice acá? ¿Es cierto que hay hoteles importantes en la zona del Congreso que están siendo utilizados para negociar la ley ómnibus?».
En efecto, la reunión con De Loredo se concretó en un hotel, urgido el gobierno por conseguir un dictamen de mayoría, lo que exige un acuerdo con los tres bloques aliados.
Un legislador cercano a Pichetto confirmó el giro negociador del Gobierno. «Lo tienen que hacer porque debemos dictaminar», argumentó.
Tal como adelantó LPO, la situación no es sencilla para los libertarios porque el tiempo corre y ya se considera imposible la idea de la Casa Rosada de tener dictamen este jueves. Por eso, Pichetto propuso que se forme un grupo de economistas que estudie y calcule las implicancias sobre la quita de artículos o la inclusión de retoques, para no comprometer el paquete fiscal que defiende el gobierno.