Las declaraciones de Javier Milei de este domingo en una entrevista a radio Mitre donde redobló la presión sobre el Congreso para que le apruebe la Ley Ómnibus a riesgo de tener que llevar un ajuste mayor si el proyecto no se concreta, generó la reacción del PRO y de la UCR cansados del destrato presidencial.
El presidente del bloque radical, Rodrigo de Loredo, y el gobernador de Chubut del PRO, Ignacio Torres, salieron en las redes con durísimos cuestionamientos a los dichos de Milei, que no pierde oportunidad de tildar de coimeros a los legisladores que plantean observaciones y cambios al proyecto.
En la entrevista, Milei señaló que «cuanto mayores dilaciones y tonterías se hagan desde la política, el mercado te pasa la factura», y repitió que «el origen de todos los males es el Estado y los políticos generando déficit fiscal», además de sugerir el fracaso de Macri por haber elegido el camino del gradualismo cuando la actual gestión optó por el shock.
Como si fuera poco, además de tratar a los legisladores de coimeros, el presidente también amenazó con investigar el patrimonio de los diputados, senadores y gobernadores que se opongan al plan oficialista tensando aún más la delgada cuerda en la que se discute la Ley que pretende refundar la Argentina.
Cansados del maltrato, los principales aliados con los que cuenta Milei para tener la ley salieron a responderle por X: «Es peligroso y profundamente irrespetuoso afirmar que existen intereses espurios en buscar modificaciones a la Ley Ómnibus o marcar algún desacuerdo con el DNU», expresó el chubutense Ignacio Torres quien consideró de «inadmisible» que el déficit fiscal se aborde afectando a las economías regionales aumentando las retenciones y los impuestos no coparticipables.
Por su parte, el cordobés de Loredo, quien venía defendiendo la mayoría de las medidas que integran el proyecto de ley con un delicado equilibrio dentro de su bloque para que no se fuguen los diez diputados que responden a Facundo Manes, salió con los tapones de punta y volvió a agitar un pacto de impunidad con el kirchnerismo:
«Le exigimos al gobierno que desista de este pacto de impunidad que tiene con el kirchnerismo» y enumeró los puntos que sembraron dudas al respecto y que obligó al ministro de Justicia, Cuneo Libarona, a salir a negarlo.
Según de Loredo, los rumores sobre un pacto de impunidad se alimentan por la intención del gobierno de quitarle a la Oficina Anticorrupción la obligación de ser querellante en las causas de corrupción, que ex funcionarios puedan blanquear fondos, el mantenimiento de funcionarios claves del gobierno anterior en áreas sensibles y declaraciones que buscan llevarles tranquilidad al peronismo.
Además, de loredo se refirió a las permanentes acusaciones de coimas que Milei repite; «volvemos a instar que procesa a denunciarlas e investigar», dijo el cordobés y dio un paso más al afirmar que el gobierno «O conoce hechos sobre los que no denuncia, o denuncia hechos que no existen. En ambos casos incumple los deberes de funcionario público. De continuar y no acudir a los tribunales el gobierno, seremos nosotros quienes lo haremos».
Las manifestaciones de ambos dirigentes de primera línea dejan a la Ley Ómnibus al borde del precipicio. Sin los 34 diputados del radicalismo que acerca de Loredo y sin los 37 votos del PRO, el gobierno se queda con apenas 38 bancas de La Libertad Avanza y el bloque de Pichetto que entre sus 23 legisladores hay socialistas y de la Coalición Cívica y del GEN que difícilmente apoyen si el radicalismo no acompaña.
Es que además del permanente ataque de Milei al Congreso, de Loredo manifestó una cuestión evidente: «en todo el texto de la ley ómnibus no hay ningún plan monetario ni fiscal de estabilización. De manera que ni el fracaso de las licitaciones BOPREAL, ni el aumento de la brecha cambiaria ni la escalada inflacionaria pueden encontrar vinculación con el exprés tratamiento que de forma cooperativa le estamos dando a todos sus pedidos».
A su vez, de Loredo aprovechó para chicanear a Milei por su lado: Durante cuatro años el presidente fue determinante en que la inflación es un proceso monetario y no multicausal como siempre argumentó el kirchnerismo, resulta falaz que ahora la inflación se deba a una inédita y veloz discusión parlamentaria, sostuvo en respuesta al argumento que usó el mandatario de echarle la culpa al Congreso de la nueva brecha cambiaria.