Las cerealeras confirmaron la bronca con el gobierno de Javier Milei y empezaron a sumar votos en el Congreso para frenar la suba de retenciones a los productos industrializados de la soja, una medida que según advierten lejos de mejorar la recaudación generará pérdidas por hasta 2000 millones de dólares.
LPO accedió a la carta que desde la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) le enviaron al jefe de los diputados nacionales peronistas, Germán Martínez, para frenar la suba del 31 al 33 por ciento de la alícuota para el harina y el aceite de soja y del 7 al 15 por ciento para el aceite de girasol, que dispuso el gobierno de Javier Milei.
«El gobierno espera erróneamente incrementar sus ingresos fiscales, pero desconoce que la suba de impuestos provocará una menor molienda de soja, con la consecuente reducción de las exportaciones de los bienes industrializados. Esta situación, generará una caída en el ingreso de divisas y por lo tanto de los ingresos fiscales», señalan en la carta.
«Argentina perderá, según cálculos de la Bolsa de Comercio de Rosario y de consultores privados, entre 1.700 a 2.000 millones de dólares de ingresos de divisas al caer los volúmenes de las exportaciones de productos industrializados de la soja y girasol», advierte CIARA.
La cámara agrega que la suba de retenciones «promoverá una primarización de las ventas al exterior» y beneficiará a quienes venden el poroto de soja sin procesar a China, que para peor se está inclinando a comprar el producto a Brasil.
«Argentina perderá mercados de mayor valor agregado frente a sus competidores (Brasil y Estados Unidos) y se promoverá las inversiones en países que hoy son destino de nuestras exportaciones, para que ellos mismos procesen la soja en vez de hacerlo en el nuestro», continúa la nota.
LPO había revelado que en las cerealeras hay bronca con el gobierno por la suba de retenciones y frenaron las liquidaciones, lo que redundó en una caída del ritmo de compras diarias del Banco Central y alimentó la brecha cambiaria.
La apuesta a los diputados de la oposición para frenar el proyecto en el Congreso es una reacción de las cerealeras ante un diálogo que está absolutamente roto con el gobierno de Milei, al que le achacan incumplir su promesa de bajar las retenciones.