Esta semana, el bloque radical en la Cámara de Diputados comenzó a cerrar filas internas para fijar una postura uniforme de rechazo al grueso de la avanzada privatista contemplada en la ley ómnibus de Javier Milei.
Según pudo recopilar LPO de legisladores que reportan a distintas tribus UCR, hay un rechazo unánime al intento de privatizar el Banco Nación e YPF. Sin embargo, hay predisposición a discutir algunas empresas estatales, entre las que mencionan a Aerolíneas Argentina como la más significativa en términos simbólicos y de estructura.
El miércoles pasado hubo una reunión del bloque en el que se perfilaron las primeras posiciones. En ese tanteo, sorprendió a algunos diputados la unidad de criterio en oponerse a dos puntos: la ola privatista y las delegaciones de facultades al Ejecutivo que pretende Milei.
En el bloque de 34 miembros creen que hay «una mecánica de encubrimiento» en el intento libertario de privatizar las 41 empresas y que «en ese barullo» el objetivo central de Milei está en privatizar el Banco Nación e YPF.
«Nosotros no somos casta ni representamos a ningún sector concentrado financiero, representamos al pueblo que cada vez que va a sacar un crédito va a golpear la puerta del Banco Nación», dijo a LPO una voz cercana a Facundo Manes.
Sobre YPF, en Evolución consideran que, a partir de Vaca Muerta, la empresa aumentará significativamente en su valor en los próximos cinco años y que, además, la petrolera ya se privatizó «y no salió bien».
Pero la unidad de criterio no evita las chicanas. «Los que hasta hace poco antes eran ‘Aguante Pato’, ya Pato no aguanta tanto, empezaron a tranquilizarse y a decir que el radicalismo históricamente no acompañó estas cosas», dijo a LPO un diputado que direccionó las chicanas a pares cercanos a Ernesto Sánz, como Fabio Quetglas y Karina Banfi.
También algunos se vieron sorprendidos por la actitud de Martín Tetaz durante la constitución de la comisión de presupuesto, donde cruzó fuerte numerosos puntos de la ley ómnibus. Sin embargo, hay quienes no se entusiasman tanto y creen que el economista mediático puede mostrarse permeable a algunas privatizaciones.
Similar postura algunos le endilgan al jefe del bloque, Rodrigo de Loredo, a quien definen con una actitud «sinuosa».
Ante esas dudas, quienes se oponen al grueso de las privatizaciones resaltan que De Loredo «debe mostrar coherencia». «Formó parte de ARSAT, él sabe lo que se hizo con el tendido de red de fibra óptica de 34 mil kilómetros en todo el país, eso es soberanía de las comunicaciones, en el siglo XXI es clave», dijo un diputado abordado.
En el radicalismo se cuidan de no mostrarse como una oposición que «rechace por deporte». Por eso, aseguran que aún no se cerraron a discutir la privatización del pleno de las 41 empresas del Estado.
«Hay que rastrear la sensatez de cada intento de privatización», dijo otro miembro del bloque en paralelo al análisis que están haciendo, caso por caso, los diversos asesores del bloque.
Es ahí donde consideran que «se puede analizar» una propuesta privatizadora de Aerolíneas Argentinas «que contemple un mejor servicio, con más frecuencias y precios más bajos», dijo un legislador. Se trata de una puerta entreabierta que podría generar fricciones internas en el -hasta el momento- alineado rechazo radical a las privatizaciones de Milei.
«Cuando baje la fiebre libertaria, no queremos quedar como aquellos que formaron parte del desguace del Estado para cuatro tipos», sentenció un diputado.
