Javier Milei rechaza la cercanía geopolítica con China y Rusia y hace pocos días envió cartas oficiales a Xi Jinping y Vladimir Putin anunciando que retiraba a la Argentina del foro multilateral BRICS. El presidente también comunicó esta decisión institucional a Lula da Silva, Narendra Modi y Ciril Ramaphosa, que no tenían demasiado interés en sumar al país a este bloque Sur-Sur que liderado por China libra una sinuosa guerra comercial contra Estados Unidos.
En el texto de la misiva oficial -al que accedió Infobae– la administración Milei expone sin medias tintas los motivos del portazo. “Como es de su conocimiento, la impronta en materia de política de exterior del gobierno que presido desde hace pocos días difiere en muchos casos de la del gobierno precedente”, estableció la carta firmada por el jefe de Estado argentino.
Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) sumaron a la Argentina durante una cumbre que se realizó en Johannesburgo a fines de agosto. En ese encuentro multilateral además se votó la incorporación de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto e Irán, que son países claves al momento de fijar los precios internacionales del petróleo y el gas.
Es decir: si Milei no definía la renuncia formal a los BRICS, Argentina desde el primero de enero hubiera compartido escenario multilateral con China, Rusia e Irán, que apoyan -con diferentes tácticas- a la organización terrorista Hamas. Este grupo palestino atacó Israel y mató a miles de judíos en la madrugada del 7 de octubre.
A menos de cuatro meses de terminar su mandato, Alberto Fernández definió la incorporación de Argentina a los BRICS. El presidente fue apoyado por Xi, pese a la reticencia de Lula y Ramaphosa y la equidistancia de Modi. Brasil y Sudáfrica no querían un socio que es competidor en el Sur-Sur, y al final el líder comunista aplicó su peso político en el bloque multilateral.
“Vamos a ser protagonistas de un destino común en un bloque que representa más del 40% de la población mundial, al mismo tiempo que seguimos fortaleciendo nuestras relaciones fructíferas, autónomas y diversas con otros países del mundo”, señaló Alberto Fernández cuando se conoció que Argentina había sido aceptada en los BRICS.
XI pretende aliados en la región, y Argentina es una pieza que encaja en su plan de disputa de intereses comerciales con Estados Unidos. China intenta acotar la influencia de Washington a nivel global, y el pedido de incorporación de Alberto Fernández era funcional a sus pretensiones geopolíticas.
Milei tiene otra mirada del tablero internacional. El presidente se recostó sobre Estados Unidos, y su ideología rechaza la agenda de China y su canon de política exterior. “No voy a impulsar un trato con comunistas”, contestó Milei cuando le preguntaron acerca de los BRICS.
En este contexto, el jefe de Estado solicitó a Diana Mondino que preparara un texto común para las cinco cartas que enviaría a Lula, Putin, Modi, Xi y Ramaphosa con el objetivo de anunciar que Argentina se retiraría de los BRICS. La canciller acercó a Milei un modelo de misiva con prosa diplomática que exhibe la voluntad de retirarse y que – a su vez– trata de no causar daño en las relaciones bilaterales con Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS).
Las cartas con la firma presidencial salieron hace unos días de Balcarce 50, y en Brasilia, Moscú, Nueva Delhi, Beijing y Johannesburgo ya saben que Argentina renunció a su membresía en los BRICS. Xi hizo lo posible para incorporar al país durante la administración de Alberto Fernández, y ahora no pudo torcer la voluntad política de Milei pese a la presión que ejerció desde ciertos canales diplomáticos.
La renuncia de Argentina a los BRICS muestra un giro geopolítico del Gobierno que incluye una condena explícita a las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela con la postura de no designar embajadores, la decisión de negociar contra reloj una actualización del acuerdo Mercosur-Unión Europea y la voluntad de incorporar al país a la OCDE.
Desde esta perspectiva, adonde hay una apuesta al libre comercio entre bloques con impronta democrática, Milei optó por renunciar a un foro multilateral que integran Rusia, China e Irán, aliados en la guerra contra Ucrania y protectores de la organización terrorista Hamas.