El bloque macrista en la Cámara de Diputados esperaba terminar la semana al menos con una señal del gobierno sobre una hoja de ruta para destrabar el mega decreto y la ley omnibus de Milei.
Pero nada ocurrió y el desconcierto crece entre los legisladores que conduce Cristian Ritondo y constituyen el único aliado seguro con el que cuenta la Casa Rosada. Hasta este jueves a la noche, nadie del gobierno se comunicó con sus diputados y el libertario Martín Menem seguía sin abordar la conformación de las comisiones, necesarias para que el Congreso funcione.
Menem, a quien hasta sus propios compañeros de partido ven como inexperto, no logró ni siquiera cerrar acuerdos para constituir comisiones críticas como la Bicameral de Trámite Legislativo, que debe revisar los decretos presidenciales, como las de Presupuesto, Asuntos Constitucionales y Legislación General.
«Están esperando que lleguen las fuerzas del cielo a sancionarle las leyes», dijo a LPO, entre el humor y la desolación un experimentado diputado, que no recuerda un caso de semejante vacío de conducción política.
«Milei no tiene generales curtidos en batalla y no se da cuenta que Churchill mandó a su mejor división a frenar el avance de Hitler, sabiendo que esos soldados no volverían para contarla», dijo a LPO un legislador macrista.
«Somos el único bloque que está dispuesto a votarle, con modificaciones, el decreto y la ley omnibus y no mandan a nadie del gobierno a hablar. Pareciera que no se dan cuenta que no tienen los votos», agregó a LPO un importante diputado macrista.
Como sea, a pocas horas de que el DNU entre en vigencia, el macrismo resolvió dividirse las áreas que afectan los distintos artículos para estudiarlos en detalle. La idea sería volver a reunirse el martes próximo para poner en común el trabajo que cada despacho realizó.
El decreto fue publicado en Boletín Oficial al día siguiente del mensaje que Javier Milei grabó para su emisión en cadena nacional pero no ingresó al Congreso, a pesar de que el inciso 3 del artículo 99 de la Constitución Nacional fija un plazo de 10 días para que el Poder Ejecutivo remita su decreto al Legislativo. De todas maneras, el Régimen Legal de Decretos de Necesidad y Urgencia, impulsado en 2006 por Cristina Kirchner, establece en su artículo 18 que «en caso de que el Jefe de Gabinete no remita en el plazo establecido a la Comisión Bicameral Permanente los decretos, dicha Comisión se abocará de oficio a su tratamiento».
El problema es que la Bicameral aun no se conformó. Por eso, hay diputados opositores que advierten que el mismo reglamento plantea que, vencido el plazo de 10 días que se le concede a la comisión de los DNU, el decreto puede tratarse directamente en el recinto de ambas cámaras.
Sin embargo, tampoco está claro cómo debe computarse el transcurso de los días. «Ayer no sabíamos si los 10 días de plazo que deben pasar para que el Ejecutivo mande el decreto al Congreso y los otros 10 para que la Bicameral lo trate eran hábiles o no», dijo un legislador peronista que participó este miércoles de la reunión con los gobernadores.
Mientras tanto, los diputados de LLA ignoraban el saldo de la discusión sobre las comisiones. Cerca de un legislador libertario estimaron, incluso, que la integración definitiva podría anunciarse recién la semana que viene.
La demora en la designación de miembros para las comisiones complica también el avance del paquete de leyes de Milei. El único nombre puesto hasta la semana pasada era el de José Luis Espert, como presidente de la comisión de Prespuesto. Las demás permanecían acéfalas y vacías.
Para colmo, el gobierno no cuenta con enlaces que contengan o conversen con las bancadas a las que debe pedirles apoyo: con 37 diputados, necesita indefectiblemente la adhesión de muchos más diputados que los 38 que le ofrece el PRO. Y aún cuando el macrismo manifiesta públicamente que acompaña la orientación de las medidas de Milei, el gesto no estaría siendo retribuido siquiera con el diálogo político para las articulaciones más elementales. «Salió a bancar Cristian (Ritondo), salió el Colo (Diego Santilli), salió María Eugenia (Vidal) pero no hay ninguno de ellos que ponga la cara», reprochó un legislador.
Así, el macrismo atraviesa una identificación política con las iniciativas de un Presidente que las anuncia pero carece de los funcionarios y legisladores que las impulsen en el Congreso. La cuenta de los que se preocupan por esa incongruencia es que el peronismo tendría 102 diputados encolumnados contra el decreto, la izquierda cinco, los socialistas dos y el bloque de Pichetto 23. La cifra trepa a 132.
El caso de la Ley Ómnibus sería diferente porque permitiría su disección y podrían conseguirse algunas adhesiones entre los que rechazan el decreto, salvo que impere la premura de agotar el tratamiento en sesiones extraordinarias como dijo Milei que pretende que este sancionada antes de fin de mes. Se asistiría entonces a una peligrosa apuesta a todo o nada.
