El enojo de Javier Milei con los diputados quedó clarísimo este miércoles cuando los acusó de pedir «coimas» para no rechazarle el decreto desregulador. Pero la frustración que exhibe por estas horas el Presidente tiene en la intimidad un foco muy preciso que puede tener derivaciones en la interna del gabinete.
Milei está indignado con los diputados «cordobeses» como llama al pequeño grupo que armó el ex gobernador Juan Schiaretti y que en los hechos estuvo muy cerca de quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados con Florencio Randazzo o el cordobés Carlos Gutiérrez.
«Los de Schiaretti nos pidieron Obras Publicas, Transporte, Anses, Enhosa, los trenes y ni hablaron del DNU», le dijo indignado Milei al ministro del Interior, Guillermo Francos, en la última reunión de gabinete. De hecho, se quedó corto: también le entregó a Schiaretti el Banco Nación.
En efecto, el gobernador de Córdoba logró ubicar hombres suyos en todos esos cargos, que manejan las partidas más grandes del presupuesto. En la Anses está su ex ministro de Economía, Osvaldo Giordanoi y en la Secretaría de Transporte a Franco Mogetta. Mientras que la Secretaría de Obras Públicas, Vialidad y el Enohsa -a cargo de todas las obras de agua del interior- es para Luis Giovine, otro hombre de Schiaretti que se desempeña en la empresa cordobesa de energía (Epec). Y en el Nación recaló Daniel Tillard, ex Banco de Córdoba.
Apuesta de riesgo: Milei dijo que si el Congreso no le aprueba el decretazo llamará a un plebiscito La indignación de Milei con los cordobeses es en rigor una autocrítica y sobre todo un cuestionamiento a Francos. Cuando Mauricio Macri le propuso en la charla del Pacto de Acasusso avanzar en la definición de áreas de gobierno, Milei lo cortó en seco «Presidente no creo que sea bueno hablar ahora de cargos» y nunca más aceptó una negociación formal de integración de fuerzas. En lugar de eso prefirió hacer ofrecimientos individuales a ex funcionarios macristas que elegía él -como hizo Macri en su gobierno con los radicales- y compró la idea de Guillermo Francos de sí avanzar en un acuerdo con el peronismo no kirchneristas, en el que Schiaretti se llevó la parte del león. Esto provocó que se cayera la presidencia de Diputados para Cristian Ritondo, que fue el único pedido concreto que Macri le hizo directamente a Milei.
El problema es que como detectó el Presidente, en la primer crisis seria de gobierno, no se escuchó a ningún dirigente del oficialismo cordobés -empezando por Schiaretti-, defender el mega DNU de Milei.
«Schiaretti no habla, Martín Llaryora cuando puede marca diferencias y los diputados cordobeses no defienden el decreto, no se entiende que negoció Francos», se indignan en uno d ellos despachos importantes de la Casa Rosada.
Francos es visto por Macri como el enemigo en el gobierno, el hombre que le impide concretar un acuerdo político serio y equilibrado con Milei.
Mientras que en el bloque de diputados macristas que encabeza Ritondo la indignación este miércoles por la noche volaba. «Nos acusa de coimeros cuando somos el único bloque que lo defiende de manera sistemática ¿Dónde están los peronistas que iba a acercar Francos?», afirmó a LPO un diputado de esa fuerza, que recordó las recientes declaraciones de Diego Santilli y María Eugenia Vidal jugando fuerte en favor de Milei.
La indignación de hecho se extiende a todos los bloques aliados. «Dice que los diputados somos coimeros, ¿Y él que sería entonces?, en el decreto hay capítulos enteros que redactaron los estudios en defensa de sus clientes, como la desregulación de farmacias para Mario Quintana o lo de Massalin, por no hablar de quien paga el Hotel de Elsztain donde vive», agregó un diputado radical.