Al menos 19 personas murieron por incidentes violentos en la República Democrática de Congo (RDC) durante la preparación y celebración de las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales del 20 de diciembre, incluidos dos candidatos, informó este viernes el Centro Carter, la ONG que actúa como observadora en los comicios.
El país, ubicado en el centro del continente africano, con una pequeña salida al mar sobre la costa occidental, es un mosaico de un centenar de etnias, que otorga una enorme variedad cultural.
La votación, inicialmente programada para el día 20, fue extendida al 21 de diciembre por la Comisión Electoral Nacional Independiente (CEN) debido a que muchos colegios electorales abrieron puertas tarde o no se abrieron en absoluto el primer día.
«Aunque la misión del Centro Carter observó que el periodo de la campaña era tranquilo en general, se registraron varios incidentes violentos a medida que se acercaba el día de las elecciones. Al menos 19 muertes, incluidas las de dos candidatos, se han atribuido a la violencia relacionada con las elecciones», indicó la ONG en un comunicado publicado en su sitio web.
Precisó que en dos días de la votación, 43 observadores de 22 países visitaron 154 colegios electorales en once provincias de la RDC y presenciaron la apertura de los colegios, la votación, el cierre y el recuento de votos.
Se prevé que algunos observadores del Centro permanecerán en el país para evaluar también el proceso postelectoral, recogió la agencia de noticias Sputnik.
La organización llamó a la calma y la transparencia mientras continúa el escrutinio, cuyos resultados preliminares se anunciarán el 31 de diciembre, según lo previsto.
En el evento electoral, el presidente Félix Tshisekedi enfrenta a una oposición fragmentada, en un clima político y de seguridad muy tenso tras una campaña marcada por la violencia que incluyó la muerte de dos candidatos al Parlamento.
Cerca de 44 millones de personas estaban inscriptas para votar en este país africano de 100 millones de habitantes, que también elige legisladores nacionales y provinciales.
En la elección a una sola vuelta, Tshisekedi, de 60 años y en el poder desde inicios de 2019, aspira a un segundo mandato frente a otros 18 candidatos.
Durante la campaña, calificó a sus oponentes de «candidatos extranjeros», insinuando que obedecían a intereses del exterior y carecían del valor suficiente para enfrentarse a Ruanda, a la que República Democrática del Congo acusa de financiar a grupos rebeldes presentes en su territorio.
Moise Katumbi, un empresario de 58 años y exgobernador de la provincia de Katanga, rica en recursos minerales, es el principal blanco de esos ataques.
También se presentaron Martin Fayulu, un exejecutivo petrolero de 67 años, que asegura que él fue el verdadero ganador de las elecciones de 2018.
Concurre asimismo el ginecólogo Denis Mukwege, de 68 años, que ganó el premio Nobel de la Paz en 2018 por sus esfuerzos para ayudar a víctimas de violación.
Por su parte, los principales candidatos de la oposición acusaron al gobierno de «maquinar un fraude electoral».
El secretario general de la ONU, António Guterres, exhortó a las autoridades a garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a los centros de votación y emitir su voto «sin temor».
Pidió a todos los actores políticos y a sus seguidores a evitar cualquier tipo de acción que incite a la violencia o exacerbe discursos de odio contra ciertas comunidades, etnias o contra las mujeres que se presenten como candidatas.
En este caso, la única mujer que se postula es Marie-Josée Ifoku Mputa.
Los comicios son apoyados logísticamente por la ONU y constituyen la primera ocasión en la que el país celebra elecciones desde la independencia en 1960, después de una transición democrática tras las elecciones de 2018, cuando Tshisekedi sucedió a Joseph Kabila.
El proceso de votación está siendo supervisado por varias misiones, la más importante dirigida por un grupo de las iglesias católica y protestante, que movilizaron a 25.000 observadores.
La campaña se vio ensombrecida por la precaria seguridad que se vive en una nación donde la violencia armada en curso desde mediados de los años 1990 alcanzó un punto álgido de tensión en los dos últimos años, con el resurgimiento de la rebelión del M23, apoyada por Ruanda.