Un elefante marino del sur fue rescatado en las playas de la localidad de Costa Azul debido al acoso de turistas y mascotas que alteraba su proceso de muda del pelaje y descanso por lo que fue reinsertado al mar, informó este jueves la Fundación Mundo Marino que llevó a cabo su rescate.
El ejemplar de elefante marino del sur (mirounga leonina) regresó al mar en las playas de San Clemente el lunes pasado luego de permanecer poco más de dos semanas en el Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Se trató de un macho juvenil de aproximadamente 100 kilos, el cual comenzó a ser monitoreado por la fundación desde el pasado 30 de noviembre, a partir del llamado de turistas que encontraron al animal en las playas de Costa Azul.
Cuando los rescatistas acudieron al lugar durante los primeros días de diciembre, encontraron que el elefante marino se encontraba descansando y llevando a cabo un proceso fisiológico natural de muda de su pelaje.
«Frente al asedio que sufría el animal por parte de turistas y mascotas que intentaban tocarlo, se decidió su traslado e ingreso el pasado 2 de diciembre a la Fundación Mundo Marino», indicaron desde la fundación.
«Por tratarse de animales juveniles, ellos hacen la muda de su pelaje entre los meses de noviembre y diciembre y siempre la hacen descansando en tierra», señalaron.
Destacaron que «en estos casos es importante respetarlos y no molestarlos porque el descanso en estas especies juveniles propicia el desarrollo de procesos fisiológicos claves para su supervivencia, como el aumento de la capacidad de la sangre de almacenar oxígeno».
Además, recordaron que, por tratarse de fauna silvestre, «pueden transmitir una zoonosis y hay que siempre mantener una distancia prudencial», explicó Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Al ingresar al Centro de Rescate, al ejemplar se le realizó un examen clínico y se le tomaron muestras de sangre cuyos resultados corroboraron se encontraba bien de salud.
También comenzó a comer sólo rápidamente, «mostrando una buena actitud».
«Por otra parte, mientras estos animales llevan a cabo el proceso de muda de su pelaje, se desencadena un cambio térmico en su organismo alterando sus mecanismos de vasoconstricción que hacen que la sangre caliente vaya a la superficie del cuerpo para favorecer ese proceso», explicó Rodríguez Heredia.
«Si una persona moja o empuja a estos animales dentro del agua lo único que va a lograr es, además de alterar un proceso natural, generarle un cuadro de hipotermia por el cambio abrupto de temperatura», concluyó Heredia.