Los anuncios del Gobierno durante la primera semana de gestión tuvieron dos grandes ausentes: los salarios y las jubilaciones. Mientras las autoridades hablan de ajuste y estanflación, la cuestión de los ingresos quedó relegada.
Las proyecciones de inflación para diciembre, enero y febrero tiene un piso de 25% y golpearán al poder adquisitivo. “El sinceramiento de los precios rezagados impactará de lleno en la ‘economía del metro cuadrado’. Inevitablemente, el poder adquisitivo del salario profundizará una caída que ya se extiende por más de 5 años”, afirmaron en GMA Capital. Los analistas privados empiezan a calcular el impacto en ese frente.
“De hecho, la caída de los salarios reales de diciembre podría superar el récord mensual de descenso de alrededor de 9% verificada en abril de 2002″, advirtieron en Equilibra. Los analistas de esa consultora indicaron que, probablemente, los asalariados formales busquen alguna recomposición que haga trepar la nominalidad en el primer bimestre del año que viene. A pesar de eso, anticiparon: “La caída del salario real ascendería como mínimo 8% entre noviembre y febrero 2024″.
Las negociaciones paritarias, de todos modos, no resultaron tan efectivas para mitigar el efecto de la inflación en 2023. De acuerdo con datos que compartió Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social en el Instituto de Estudios y Formación de la CTA en su cuenta de X, los aumentos pactados entre diciembre de 2022 y el mismo mes de este año estuvieron entre 150% y 180%, pero la inflación acumuló 160,9% hasta noviembre.
“Asumiendo una aceleración de la inflación en los próximos meses y dado que casi no hay aumentos salariales previstos a partir de enero, la caída del salario real puede ser muy importante. No sería raro que en febrero veamos números similares a los del 2002, o peores”, afirmó Campos.
Las jubilaciones también perderán
A los jubilados tampoco les irá mejor. El nuevo Gobierno ya avisó que buscará anular la fórmula vigente para el cálculo de la movilidad y por el momento no dio mayores detalles sobre el futuro de la política de bonos para recomponer esos ingresos. El ministro de Economía, Luis Caputo, anticipó a TN que se buscará una compensación para que no pierdan contra la inflación, pero no brindó mayores detalles.
Sobre ese punto, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) recordó: “Hoy la jubilación mínima se encuentra en $105.000 + bono de $55.000. Esto arroja un haber de bolsillo de $160.000. Si se suspendiera el pago del bono, ello sería una reducción nominal del haber mínimo del 34%, lo cual sumado a la fuerte aceleración inflacionaria que se espera, llevaría a las y los jubilados a una situación crítica”.
El ajuste fiscal que diseñó el Ministerio de Economía apunta a reducir en 0,4 puntos el gasto en jubilaciones como porcentaje del PBI. Sin embargo, la mera licuación de los pasivos en pesos por efecto de la inflación generaría una merma mayor.
Así lo desglosó Equilibra: “En 2023, el gasto en jubilaciones y pensiones alcanzaría los 8,7 puntos del PBI, incluyendo 0,8 puntos de bonos extraordinarios. Como consecuencia de la aceleración inflacionaria, con la fórmula de movilidad actual y manteniendo el monto de bonos otorgados en términos reales, el gasto en jubilaciones alcanzaría los 5,7 puntos del PBI el año próximo”.
Teniendo en cuenta esa cifras, la consultora señaló que el gasto en jubilaciones caería todavía más de lo previsto por el Gobierno. Por eso, estimó que las autoridades están pensando en mantener alguna clase de refuerzo o bono, o bien, aprobar una fórmula más beneficiosa para los jubilados. Sin embargo, aun en ese escenario, Equilibra proyectó que, junto con la caída de 4% en el PBI, el poder adquisitivo de las jubilaciones y pensiones retrocedería un 7,5% en promedio.