El plantel, el cuerpo técnico y los dirigentes «canallas», junto a algunos de sus familiares, cenaron directamente en el vestuario del estadio Madre de Ciudades, donde brindaron con champán y cantaron hasta pasada la 1.15 de la madrugada, cuando finalmente abrieron la puerta y comenzaron a salir encabezados por el bombo «canalla» de Tomás O’Connor, con un piluso de Central a lo «Negro» Olmedo, escoltado por el capitán y arquero «Fatura» Broun, que caminaba abrazado a la Copa de la Liga y sonreía como un niño.
«Fatura», el héroe de los dos penales atajados contra Racing y los tres a River, que volvió a sacar tres pelotas muy difíciles -un tiro libre a Ocampo en el primer tiempo, un derechazo a Salazar y un cabezazo a Servetto, en el final- confió a Télam: «Estoy feliz porque logramos esto en el club del que soy hincha, el club que me formó en el fútbol y como persona. Y porque tenemos un grupo humano muy bueno en el plantel, el cuerpo técnico y los dirigentes. Aquí están mi familia y la familia del plantel, del cuerpo técnico, de los médicos, los utileros y los analistas de videos. El mérito de haber logrado todo esto es por eso, así que estoy feliz por ellos también».
«Fatura» compartió la alegría de los cientos de miles de hinchas «canallas» que a la madrugada festejaban el título en Rosario, desde el Gigante de Arroyito y el Monumento a la Bandera hasta el Aeropuerto de Fisherton. «El Monumento está explotado. El aeropuerto está explotado. Esta alegría es para la gente, que nos bancó siempre, que siempre alienta y llena el Gigante de Arroyito, donde somos el único equipo invicto gracias a la fuerza que nos dan ellos en cada partido, Así que como esto es de ellos y para ellos, que lo disfruten».
Consultado por Télam sobre si la serie de tres penales atajados contra River fue su mejor partido en Central, «Fatura» alcanzó a contestar que «no, hubo otros partidos», antes de subirse al colectivo de la delegación con sus compañeros y el cuerpo técnico, con los que tomaron un vuelo chárter que los dejó en el Aeropuerto de Fisherton pasadas las 4.30, donde los esperaban miles de «canallas».
El director técnico de Central, Miguel Ángel Russo, fue uno de los últimos en salir del vestuario, detrás de sus jugadores, con una sonrisa ancha que hablaba por si misma. Se paró a la salida y confió: «Gracias a Dios se dio. Esto es para ellos (por los jugadores y los hinchas), es muy importante y se siente mucho. Loa sueños no tienen fecha. Arrancamos a cinco puntos del descenso, en un club deficitario y con Gonzalo (Belloso, el presidente) armamos un grupo muy compacto, nos caímos y nos hemos levantado. Y por todo eso hoy estamos aquí, felices por haber logrado esto en este club porque era una cuenta especial. Esto es Central».
El último en salir del vestuario fue el presidente «canalla», Gonzalo Belloso, vestido con ropa de jugador, quien después del partido compartió su alegría: «Se lo dedico esto a mi hermana Romina, a mi vieja y a mi viejo, que ya no está pero que siempre me decía que no me metiera en Central. Perdón, viejo, te fallé».
«Yo no tengo que hablar porque los que tienen que hablar son los jugadores y el cuerpo técnico, nosotros tenemos que darles herramientas para que ellos puedan trabajar», advirtió Belloso sobre su perfil bajo durante la gestión, con un par de conferencias de prensa en un año.
Consultado sobre si hace un año, cuando ganaron las elecciones el domingo 18 diciembre soñaba con que Central saliera campeón, Belloso respondió: «Yo siempre sueño».